A PESAR DE LA BAJA DISPUESTA POR LA REFORMA TRIBUTARIA

Uruguay sigue con la tasa de IVA básico más alta de Latinoamérica

Técnicamente se puede definir al IVA como un impuesto indirecto sobre el consumo. Es indirecto porque no es percibido por el fisco directamente de la persona que soporta la carga del tributo y sí del consumidor final o usuario final, en el caso de los servicios. De esta manera, el IVA se paga por cada actor de la cadena de venta a la DGI, restando el IVA pagado (crédito fiscal) y el IVA cobrado (débito fiscal).

En definitiva, quien termina pagando el impuesto es el consumidor final, siempre y cuando no tenga oportunidad de ponerlo como un crédito fiscal a favor.

Este impuesto existe en casi todo el mundo y se aplica a todos los productos o a algunos de ellos.

Uno de los casos más particulares es en Estados Unidos y Australia.

En esos países, el IVA se aplica únicamente a la venta final, por lo cual no está en el resto de la cadena productiva. En el caso de Estados Unidos, este impuesto varía de estado en estado y va de entre 5% a 6%. Inclusive en algunos estados no se aplica.

A nivel mundial los sistemas tributarios van hacia dos tipos de estructura: tributación al consumo o indirecta (en Uruguay básicamente IVA e Imesi) y los impuestos a los ingresos o rentas (en nuestro país el IRPF).

Mientras que en los países con altos niveles de ingresos o rentas como en Estados Unidos, o en aquellos con un ingreso per cápita superior a los U$S 20 mil, se prefiere la tributación a la renta, en los de bajos ingresos, la mayor carga es con los impuestos al consumo.

Esto se debe a que la recaudación en los países de bajos ingresos es principalmente por el IVA. En el caso de Uruguay se estima que el IRPF recaudará un poco más del 10% del total de los impuestos que recauda la DGI, cuyo grueso de ingresos es el IVA.

 

Niveles de tasas

Uruguay es uno de los países del mundo con una de las tasas más altas de IVA básico o normal, llegando al 22% desde el 1 de julio.

Las tasas más altas en Europa están en Francia e Italia entre otros países que también superan el 20%.

Pero a nivel de Latinoamérica, la tasa más alta es la uruguaya, seguida por Argentina. Este país tiene una tasa del 21%, pero, según el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), grava con una tasa superior a diversos servicios (gas, electricidad, agua regulada por medidor, telecomunicaciones, intereses y comisiones sobre préstamos bancarios, entre otros) y además hay una tasa a nivel de las provincias de 3% sobre ingresos brutos, lo que arroja un 25%.

En el caso de los productos a los que se aplica la tasa básica aumentada, los mismos mayormente están subsidiados.

Chile tiene una tasa de 18%, la que podría subir a 18,25% si se aprueba el financiamiento propuesto para la reforma a la salud. Brasil tiene una tasa normal del 11%, pero según algunos expertos tributarios la tasa compuesta del IVA en ese país es de 20,5%.

Entre los países de la región con menor nivel de IVA figuran Panamá, con 5%, Paraguay y Haití 10%, Guatemala, Honduras, Ecuador y República Dominicana, con 12%.

 

 Otros países

En Europa, las tasas de IVA son cada vez más altas y están sustituyendo en parte a los impuestos que se aplican a ingresos o rentas.

No obstante, cifras por encima de un 20% son difíciles de conseguir. Se observan únicamente en Italia (20%), Portugal (21%), Polonia (22%), Eslovenia (20%), e Irlanda (21%).

Las tasas además varían con respecto a si se aplican tasas normales, reducidas (para algunos productos) o aumentadas (para otros con recargos especiales). *

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