Sector estratégico. La Armada Nacional juega un rol primordial

La industria naval renace de sus cenizas

La Armada Nacional ha encontrado una gran oportunidad de trabajar para el país por medio de sus diques y astillero. LA REPUBLICA visitó el astillero y el dique ubicados en Punta Lobos, junto al Cerro de Montevideo, donde se pudo apreciar el proceso de construcción de las barcazas para Ancap y, a su vez, dialogar con el director general y el jefe de Servicio de Construcciones Navales, capitán de navío Alejandro Leopold.

Previamente, el jefe de Relaciones Públicas de la Armada , capitán de navío Anselmo Borges, nos había introducido en el tema a través de un video, fotos y una charla.

 

Reflote

Por su parte, el capitán Leopold historió la operativa del astillero, cerrado en 1990. «Dos lanchas de desembarco y el balizador Sirius fue lo último que se armó acá y se recomienza el trabajo con las barcazas de Botnia, que se iban a construir en Argentina pero logramos que se hicieran en Uruguay».

«Nos encontramos con que el astillero eran unas paredes semiderruidas; hubo que volver a hacerlo sobre la marcha mientras se construían las barcazas. Aún queda por hacerse una protección para la rampa, un espigón para proteger de las mareas».

El marino señaló que a continuación de las barcazas se hizo «un proyecto puente» para aprovechar a la gente que se capacitó con las barcazas. Advirtió que «la construcción naval es muy exigente en control de calidad. Los soldadores tienen que estar calificados, se los prueba en distintas técnicas de soldadura y luego se analiza la calidad del trabajo, es complicado».

«El proyecto puente consistió en construir un balizador para trabajar en el río Uruguay; luego surgió la construcción de un pontón (un buque de fondo chato) para una empresa que hace buceo en Uruguay, mientras se comenzó con la idea de convencer a Ancap de construir las barcazas y el empujador en el astillero de la Armada.

 

Nueva estrategia

«Esto es un gran desafío y una gran esperanza que tenemos, poder reflotar el cabotaje en el río Uruguay», sostuvo el contralmirante Caramés. «Todo esto hace una nueva estrategia que implica la hidrovía, pero también la construcción de buques de 40-50 mts de eslora (largo) para patrullaje costero para luego poder lanzarnos a los patrulleros de zona oceánica, que ya se trata de otra cosa puesto que deben disponer de helicóptero, contenedor para establecer una barrera anticontaminación y un par de embarcaciones rápidas para 10-12 personas para que nuestra gente aborde con facilidad otras naves para inspeccionarlas, así como proteger nuestras aguas de la pesca ilegal, el contrabando, drogas, etcétera».

El jerarca explicó que los buques de patrulla más cercana a la costa no son complejos; disponen de una tecnología casi comercial, de fácil acceso. No así los patrulleros oceánicos, que son mucho más complejos.

 

Visión de futuro

«Por ahí, creo yo que va nuestro futuro, pero nuestro presente es finalizar el «proyecto puente», que ya casi está, y trabajar con fuerza con el proyecto Ancap». Lo definió como un una propuesta «muy exigente, de primer mundo», con un estricto control de calidad tanto en soldadura como en los procesos de trabajo, a grado tal que el jefe del astillero le pidió que hiciera la gestión para presentarse al Premio Nacional de Calidad.

«Lo ideal hubiera sido comenzar con el empujador paralelamente con las barcazas», reconoció el jerarca, pero al no haber finalizado la construcción de un segundo galpón se retrasó, razón por la cual no esperaremos a eso y comenzamos, supongo, en agosto». Un empujador es una suerte de remolcador que empuja al tren de barcazas desde atrás. «Es ingeniería de detalle bastante más completa que la de las barcazas ­que tienen más exigencias que las de Botnia porque son petroleras y que tienen mínimo equipamiento­; en cambio el empujador es un barco con todas sus instalaciones», explicó.

La experiencia de navegación fluvial ha demostrado que los empujadores pueden movilizar hasta 12 barcazas debidamente ensambladas mientras que un remolcador no puede, por motivos de maniobrabilidad y de corriente, mover más de una embarcación.

 

Navipartes nacionales

Caramés explicó que la prospección petrolera implica una diversidad de servicios, lo cual exige servicios de patrulla de las aguas. Por eso Uruguay aspira a ser proveedor de navipartes para Brasil, que no puede cumplir con sus propias necesidades. «El propio Mujica estuvo en Brasil, se interesó por el tema, vino acá, estuvo conmigo en el astillero y quedó muy esperanzado en que podamos participar, aunque quedó impresionado por los requerimientos de calidad que pone Brasil», dijo.

 

La Armada pacífica

Paralelamente se da un proceso en toda América del Sur respecto a buques en tiempos de paz.

Brasil, por ejemplo, está por llamar a empresas de diseño internacional para comprar sus proyectos y comenzar a construir patrulleras.

«Las tareas en tiempo de paz de nuestras armadas nos insumen la mayor parte del tiempo y no siempre se cumple con las naves adecuadas. La relación costo-beneficio para esa función no aconseja usar un buque de combate con 150 personas arriba, no es lo más adecuado para ello», explicó el contralmirante. Con todo, advirtió que los «medios de combate siempre van a ser necesarios para defender la soberanía, y para eso hablamos de otra coordenada, la relación costo-eficacia».

 

Más Uruguay

En setiembre tendrá lugar en Montevideo un seminario sobre «Patrulleros de alta mar». Es un tema de futuro que hace al mejor empleo de los medios económicos y que a más tardar en dos años el país va a tener que abordar porque ya hemos presentado la solicitud en Naciones Unidas para pasar de 200 a 350 millas de mar territorial con derecho sobre lecho y subsuelo, por lo que la Armada va a tener que realizar el control de nuestras aguas.

«Por ello estos buques son importantísimos, estratégicos», acotó.

 

Preferencia nacional

El dique ha tenido continuidad en su trabajo porque «siempre tuvimos un mercado en el que no competimos con nadie porque por estrategia arreglamos los buques de la Armada; no es concebible que vayan a otro país, es necesario que los buques estén bajo el control del Estado ya que no sólo se trata de la Armada sino también la ANP, Ancap e Hidrografía.

Hemos logrado por Rendición de Cuentas que antes de que se reparen en el exterior se consulte al dique y si los precios son razonables que se reparen acá. El dique implica utilización de mano de obra nacional y dinamiza la plaza metalúrgica, de talleres y reparaciones navales. En tres años se duplicó la facturación gracias a los buques del Estado».

 

Dinamización y bandera

Botnia nos permitió establecer un astillero y se salió a buscar un sector del mercado para continuar dinamizando la construcción naval, que había desaparecido en el país.

Son para Paysandú o usarlos en el Plata y el Paraná, según los requerimientos.

En la hidrovía hay 1.800 barcazas, por su bajo calado y gran capacidad de carga. Almirón permite 3 mts y llegará a 4 mts, pero los petroleros no pueden llegar a Paysandú.

La semana pasada en Paysandú vimos barcazas con bandera argentina. Nosotros queremos que sean con bandera uruguaya las que surquen el río Uruguay.

Hay que reflotar el cabotaje fluvial, no sólo de combustibles sino también de contenedores y otros productos.

Esto es un gran desafío y una gran esperanza que tenemos, la de reflotar el cabotaje en Uruguay.

 

Capacitación y desarrollo

Ahora seguimos capacitando gente y apostando a embarcaciones de mayores requerimientos tecnológicos. Los patrulleros, que sean con mano de obra uruguaya, que no se traigan del exterior, eso es lo que deseamos.

Hoy por hoy nuestro astillero es el único en el país; apuntamos a seguir apoyando al clúster naval, dinamizar la plaza con proyectos comerciales y comenzar a hacer nuestros pro
pios barcos.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje