PBI 2009 y 2010. Sería mucho mejor de lo esperado inicialmente

Corregirán crecimiento al alza

La realidad supera cualquier expectativa. Esta afirmación se ha ido tornando un lugar común en materia de crecimiento de nuestra economía.

El día de mañana, el Banco Central del Uruguay (BCU) daría a conocer las cifras definitivas de la evolución del Producto Bruto Interno durante el año 2009, que serían significativamente mejores a las esperadas por todos los analistas económicos. Ello supondría también, una revisión importante de las proyecciones para el 2010.

En términos oficiales, luego de haber evitado caer en recesión en pleno 2009, cuando capeaba la crisis económica mundial, las cifras definitivas indicarían un crecimiento del PBI superior al 1,2% previsto a finales de año, pudiendo llegar al entorno del 2%.

Ello implicará que las cifras oficiales sobre la expansión de la actividad para este año sufran correcciones al alza que podrían ubicarse entre 3,5% y 4%. Es decir, más cercanas a las establecidas hace un tiempo por la Cepal, de modo tal que volveríamos a crecer por encima de la media regional.

 

Privados alineados

En el mismo sentido han evolucionado las expectativas de crecimiento de los analistas y actores privados que mensualmente realiza el BCU. Mes a mes las expectativas de los consultados (BBVA, BHU, Cámara de Industrias, CPA/Ferrere, Credit, Deloitte, Discount, Equipos Mori, Instituto de Economía de la Facultad de CCEE, ITAU, KPMG, Lloyds, Mosca y asociados, Oikos, PriceWaterhouse, Rafap, Santander) han ido tornándose más optimistas.

Para la encuesta del mes de marzo, la respuesta más frecuente indica que las expectativas de crecimiento para el 2010 se ubican en 4,2%. Esto en un rango de oscilación que va de aquellos más optimistas, que estiman un 5,3%, a los menos esperanzados, que proyectan un crecimiento de 3,5%.

 

Fundamentos tangibles e intangibles

Cabe destacar la importancia de que las expectativas de los actores privados sean tan positivas. Más en un contexto económico global en el que las incertidumbres y los coletazos de la mega crisis global continúan golpeando, incluso a economías mucho más fuertes y poderosas que la nuestra.

Expectativas de este tenor, que no sólo se basan en los fundamentos tangibles de la realidad, como la estabilidad macroeconómica, la inversión y el equilibrio fiscal. En un contexto como el actual, es relevante reparar también en los fundamentos intangibles que consolidan un escenario futuro de expansión, como la confianza de los agentes económicos, desde el inversor hasta el consumidor, así como la aceptación, en términos generales, de los distintos actores sobre las pautas que cimentan la política económica, y la seriedad y prestigio de nuestras instituciones y de los equipos de gestión de la cosa pública. Los logros en materia social y salarial garantizan un clima óptimo para el desempeño de las fuerzas productivas.

En este caso, una democracia sólida también es negocio para todos.

 

Lo excepcional no quita lo prudente

A la luz de los datos sobre el desempeño de la economía en su conjunto, desde el gobierno se apresuraron a indicar que la austeridad anunciada por la administración Mujica se mantendrá en todos sus términos, como santo y seña de su ética política.

A pesar de ello y de los importantes vencimientos de deuda programados para este y el siguiente año, los datos permitirán consolidar un espacio fiscal más amplio para llevar adelante aquellas políticas que insumirán una erogación extraordinaria para las arcas públicas, como el Plan de Impacto Habitacional, la ampliación de las escuelas de tiempo completo y el combate frontal a la indigencia y la pobreza, entre otras iniciativas.

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