Las materias primas alimentarias seguirán en alza

Diversas y persistentes siguen siendo las señales que indican que los precios internacionales de las materias primas alimentarias, uno de nuestros principales rubros de exportación, seguirán el alza.

Para ello contribuyen entre otros, factores climáticos que afectan la oferta mundial de granos, como la decisión rusa de prohibir la exportación de trigo y tal vez de otros granos, producto de la terrible seca que afectó sus cosechas, y las inundaciones que hicieron lo propio en China. Esta situación genera aún más presión sobre la demanda global de alimentos.

 

Dinamismo emergente

Esto sucede en un contexto donde buena parte del dinamismo actual se basa justamente en el crecimiento que vienen experimentando las grandes y populosas economías emergentes que, como la propia China, y más cerca Brasil, sustentan su expansión, entre otros aspectos en la incorporación de grandes contingentes poblacionales al mercado de consumo.

Los chinos, inmersos en un acelerado proceso de industrialización y urbanización que implica millones de seres humanos saliendo del autocultivo para alistarse en las filas del consumidor urbano. Brasil, por su parte, alienta la demanda de alimentos a través de la mejora en los estándares de vida de buena parte de su población, que ha supuesto que millones de norteños ingieran más de una comida por día.

Ambos países experimentan a su vez un cambio no sólo cuantitativo en la materia sino que se verifica un salto cualitativo, a través de la modificación de la dieta de aquellos que acceden a una mejora en sus ingresos. En este aspecto es paradigmático el auge de la carne vacuna que los asiáticos están experimentando.

En suma, en un escenario donde se verifican restricciones en la oferta y a la vez expansión de la demanda, la presión alcista sobre los precios de los alimentos es su evidente correlato.

 

Factor bursátil

Paralelamente, la persistencia de incertidumbres respecto a la evolución de algunas de las economías centrales, en especial de EEUU, generan sobre los inversores la búsqueda de refugios más seguros para sus colocaciones. En este sentido las materias primas, y en particular las alimentarias, vienen siendo objeto de la especulación bursátil, Esto genera entonces una mayor presión alcista sobre sus precios al inflar la demanda.

 

Neo colonialismo alimentario

Otro efecto nada menor de este proceso es la imparable apreciación del suelo con finalidades productivas, y la emergencia de nuevos fenómenos vinculados a esta dinámica, con múltiples e insospechadas derivaciones. Como ejemplo, el hecho de que ya no multinacionales del sector, ni pool de productores o inversores, sino directamente estados, están saliendo a la compra de suelo en terceros países. En general en países subdesarrollados, donde el precio de la tierra y las normativas son mas accesibles. Todo lo cual pone en peligro la ya precaria subsistencia y afincamiento de los nativos en sus propias tierras. Además, es un paso más hacia la concentración de la tierra y la producción de alimentos

 

Por casa

En este contexto, muy someramente descrito, nuestro país viene favoreciéndose con una demanda creciente de sus productos de exportación a precios crecientes. No obstante, este saludable ingreso de divisas supone la importación de presiones alcistas sobre los precios internos de algunos de estos productos, lo cual erosiona el poder adquisitivo y la calidad nutricional de los sectores más vulnerables de la sociedad, que cabe recordar son los hogares donde nacen la mayoría de los uruguayos. En un plano más sutil, pero no menos relevante este fuerte incentivo a la producción de materias primas conspira indirectamente en el necesario proceso de industrialización y generación de valor de la cadena agroalimentaria, así como desestimula la diversificación productiva hacia sectores con mayor incorporación de conocimiento.