Hace mucho tiempo. Se originó en la era del Devónico

Habría petróleo en Uruguay desde hace 400 millones de años

De Santa Ana se estaba refiriendo a tierra firme, no a la plataforma marítima, y aprovechó el momento para invitar a los presentes a no «desaprovechar la oportunidad de exploración y producción» en las cuencas que precisó a lo largo de su exposición.

Si bien en nuestro país desde principios de 1900 se estuvo buscando petróleo sin especial suerte, el desencadenante del nuevo interés por la exploración, en particular en la Cuenca Norte de nuestro país, lo fundamentó a partir de «la utilización de los nuevos modelos geológicos, al estado de arte de la exploración y prospección de hidrocarburos no convencionales, la activa difusión de situaciones exploratorias y la potencialidad del sistema petrolero del Devónico en Uruguay».

El Devónico es el período geológico que comenzó hace 416 millones de años y terminó hace 359 millones de años. Durante el Devónico se formaron los yacimientos de petróleo y gas de algunas zonas.

El gerente de Ancap señaló que según los estudios de Schuepbach Energy LLC, hay «evidencia de petróleo en el Devónico» de nuestro país con una roca generadora de entre 50-70 metros de espesor a unos 100 metros de profundidad.

Al referirse al Pozo La Paloma, en Durazno, anunció la existencia de petróleo libre con secciones superficiales «con excelente potencial entrando en la ventana de generación de petróleo», pero también informó sobre la existencia de hidrógeno IH original con una muy buena potencialidad de generación de petróleo. Agregó que el mínimo de Carbón Orgánico Total (COT) para la generación de hidrocarburos ronda un valor de 0,5, el cual existe en la zona a menos de 100 mts, pero a los 110 mts este valor asciende a 1,5 y a menos de 130 mts alcanza a 2,5.

El análisis de Carbono Orgánico Total (COT o TOC por sus siglas en inglés) es frecuentemente utilizado para determinar la abundancia y calidad de la materia orgánica en rocas generadoras, en la evaluación del potencial de generación de hidrocarburos. Este tipo de análisis ha demostrado, además, ser de gran valor en la determinación de carbono mineral y el análisis de contaminación de suelos por hidrocarburos.

Finalmente, para fortalecer sus argumentos técnicos, De Santa Ana señaló que el Indice de Hidrógeno (IH), que representa el potencial de hidrocarburos del total de la materia orgánica, alcanza a 600, lo cual implicaría haber encontrado una zona que es muy buena generadora de petróleo.

En definitiva, la presentación reservada del geólogo a los integrantes de Arpel fue muy positiva y señaló que se abren interesantes incógnitas sobre las zonas del noroeste del país que no han sido debidamente estudiadas.

 

La reforma del Código Minero

Ha sido tema de discusión en estos días la reforma del código de minería. En la reforma se hace especial énfasis en el cuidado del medio ambiente y, por ello, cualquier iniciativa industrial deberá contar con el visto bueno y el control de la Dinama. Se ha cambiado el canon de producción y los porcentajes y los destinos de los montos que percibirá el Estado uruguayo de parte de las empresas que participan en los yacimientos.

Como novedad, se destinan porcentajes para el Fondo de Desarrollo del Interior, para la promoción de la geología y la minería y para Rentas Generales. Otro aspecto importante de la reforma se refiere al canon o regalía, el porcentaje de la producción que deberá pagar el minero al Estado por la extracción del recurso, en este caso no renovable. Aquí la reforma reduce lo estipulado para los metales; la ley vigente establecía un 5% en los primeros cinco años y un 8% en los años siguientes, mientras que ahora permanecería en un 5% durante toda la fase de explotación.

Por otra parte, uno de los puntos principales de la propuesta oficial de reforma del Código de Minería es la extensión física y cronológica de los derechos mineros, es decir, el incremento de las superficies abarcables y de los plazos de vigencia de las llamadas ‘servidumbres mineras’ en las tres fases ­prospección, exploración y explotación­, durante las cuales el propietario del campo está obligado por el código actual, una vez que lo decide el Poder Ejecutivo, a permitirle a la minera operar libremente en su territorio.

Por la ley vigente, un permiso de prospección puede extenderse hasta 24 meses en una superficie con un tope máximo de 100 mil hectáreas y tener, una sola vez, una prórroga por 12 meses más ­tres años en total­, reduciendo la superficie a la mitad. En la reforma, el plazo inicial llega hasta 36 meses y con prórrogas alcanza a 72 meses ­seis años­, el doble que antes. En cuanto a la superficie, resulta que el minero podrá retener hasta 100 mil ha por 48 meses, 75 mil ha por 60 meses y 56.250 ha por 72 meses.

Pero la reforma agrega que el Poder Ejecutivo «podrá autorizar que se exceda el área máxima, por razones fundadas», sin definir esas razones. Con esto, el gobierno no tendrá límites para ampliar el área ni razones establecidas a que atenerse.

De la misma manera se amplían los plazos máximos para la exploración de 48 a 72 meses, sin liberar superficie en los 48 meses iniciales, y vuelve a autorizar al Poder Ejecutivo a sobrepasar «por razones fundadas», sin explicar cuáles y en forma ilimitada, las áreas máximas previstas por la ley.

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