Cuestión Malvinas: soberanía, diálogo y diplomacia

En 2007 se cumple un nuevo aniversario del conflicto del Atlántico Sur, uno de los peores momentos de la larga historia de la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

La dictadura militar que gobernaba la Argentina en 1982 actuó a espaldas del pueblo argentino, apartándose del tradicional reclamo pacífico sobre las islas.

Se trató de una decisión equivocada porque el pueblo argentino siempre supo que el ejercicio pleno de la soberanía sobre las islas sólo puede ser recuperado por el diálogo pacífico y diplomático; equivocada porque se malversó la confianza de los combatientes al ponerlos al servicio de un subterfugio ideado para sobrevivir a la coyuntura política que le era adversa al gobierno de facto de entonces.

La Argentina conmemora este aniversario con profundo respeto por quienes dieron sus vidas y sus esfuerzos en esa parte entrañable de su territorio. Por su parte, el Reino Unido ha anunciado públicamente un programa de eventos que revisten un carácter celebratorio y militarista.

La Argentina no puede compartir ese espíritu.

Transcurridos 25 años, no debemos perder de vista que la causa del conflicto de 1982 lo precedió en mucho tiempo y continúa plenamente vigente a 174 años de la usurpación británica de las islas: la recuperación del ejercicio pleno de nuestra soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional, que constituye un objetivo permanente e irrenunciable de la República Argentina consagrado en su Constitución Nacional.

Las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur son parte integrante del territorio argentino desde el momento de la independencia argentina, por formar parte del territorio heredado de España. Hasta 1833, el gobierno argentino ejerció en forma efectiva el gobierno de las islas mediante autoridades por él designadas y con sede en ellas.

No obstante, el Reino Unido usurpó las islas y expulsó a las autoridades y pobladores argentinos, los que fueron sustituidos por una administración colonial y una población de origen británico, que se mantienen hasta el presente.

Perpetrado el despojo de 1833, la Argentina inició inmediatamente lo que devendría un permanente reclamo por la restitución de las islas, que no dejó de incluir propuestas de solucionar la controversia por diversos medios pacíficos.

La Justicia de nuestro reclamo fue reconocida en 1965 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que adoptó la Resolución 2065 (XX) y reconoció la existencia de la disputa de soberanía sobre los archipiélagos australes a la que denomina «Cuestión de las islas Malvinas», la define como una forma de «colonialismo» e impone a las únicas dos partes en la disputa la obligación de negociar, a la mayor brevedad, para encontrar una solución pacífica, justa y duradera a la controversia, teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas.

Todas las resoluciones posteriores de la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización reiteran, hasta nuestros días, la vigencia de dicho mandato.

El conflicto del Atlántico Sur no alteró, de este modo, la vigencia ni la naturaleza de la disputa y así lo reconoció la Resolución 37/9 del 4 de noviembre de 1982 de la Asamblea General, a menos de cinco meses de finalizado el conflicto, y resoluciones posteriores. Al igual que antes de 1982, la comunidad internacional continuó reconociéndolo desde entonces, a través de reiterados pronunciamientos, año tras año, de la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización.

Reanudadas las relaciones diplomáticas en 1990, ambos países acordaron varios entendimientos provisorios de cooperación, bajo fórmula de salvaguardia de soberanía, sobre aspectos prácticos en el Atlántico Sur con miras a generar el marco propicio para reanudar las negociaciones de soberanía para solucionar la disputa. Sin embargo, el Reino Unido continúa ejecutando ilegítimos actos unilaterales, bajo reiterada protesta argentina, contrarios no sólo a la cooperación convenida sino al mandato de la comunidad internacional, alejando a las partes de la mesa de diálogo.

A 25 años del conflicto, el Reino Unido persiste así en su renuencia a reanudar las negociaciones a fin de solucionar la disputa, contradiciendo los reiterados llamamientos no sólo de las Naciones Unidas sino también de la Organización de Estados Americanos y otros foros como las cumbres iberoamericanas, reuniones de presidentes de América del Sur, cumbres de jefes de Estado de la comunidad sudamericana de naciones, Grupo de Río, Mercosur, Aladi y cumbre de los países sudamericanos y países árabes.

En la permanente búsqueda de una solución a la controversia es que la nación argentina mantendrá inclaudicablemente su reclamo con firmeza y de modo pacífico, haciendo presente en todos los foros internacionales la plena vigencia de la disputa de soberanía y la urgente necesidad de dar cumplimiento a la obligación que pesa igualmente sobre ambas partes de encontrarle una solución mediante la reanudación de las negociaciones bilaterales sobre la cuestión de fondo.

A tal fin, resulta de la mayor importancia continuar contando con el apoyo decidido y activo de nuestra región. Por ello, la Argentina agradece y valora el incondicional apoyo de la República Oriental del Uruguay, cuya renovada solidaridad de país hermano contribuirá a poner fin a esta anacrónica disputa colonial. *

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje