El espiral de violencia en Gaza

El dolor humano que rodea la reciente violencia en Gaza y la condena a la misma, no nos puede alejar de analizar el significado complejo que viven las fuerzas en pugna.

Atónitos por los sucesos de Gaza, y los sucesos anteriores en Israel, en el Regional Shaar Haneguev y heridos en nuestros valores humanistas, no podemos ni más ni menos que pensar ¿Qué pasó?, ¿porqué la parte de Cisjordania, dirigida por la histórica OLP, hoy no está en conflicto? ¿Que es el Hamas? ¿Por qué Hamas hizo el año pasado un golpe de Estado frente a la Autoridad Palestina OLP, democráticamente constituida? ¿Cuál es la política israelí, de agresión y castigo desmedido frente a las provocaciones terroristas? Hoy no basta condenar la violencia, sino que hay que condenar a los intereses que intentan desestabilizar la región, provocando acciones para que se produzca esta violencia.

Después de décadas de desencuentros entre palestinos e israelíes, un gran cambio surgió de las entrañas de cada pueblo. Con el asesinato de Rabin, Israel tomó definitiva conciencia en permitir la creación de un Estado Palestino, antes negado. Con la muerte del principal líder palestino Arafat, terminaron los dobles discursos y su sucesor M. Abas marcó un claro entendimiento con Israel y la aceptación de «dos pueblos dos Estados». Pero con la reciente creación de Hamas, desde el punto de vista del reloj histórico, ella marcó la división de los palestinos en forma muy trascendente. La OLP por un lado, es una organización de Liberación Nacional Palestina Secular y el nuevo grupo Hamas es de corte fundamentalista influenciado por los Hnos. Musulmanes Islamistas, de corte integrista cuya definición es un Estado basado en el Corán dirigido por sus Ayatolás. Las fracciones integristas islamistas no solo «no» quieren un Estado secular palestino, sino que aspira a una gran Nación Islamista. Marcando esta postura, tomaron por la fuerza parte del territorio palestino de Gaza, zona de la que Israel se había retirado tiempo atrás, como parte de buena vecindad en relación a la paz.

Este golpe de Estado en Gaza permitió a Hamas el predominio militar y su crecimiento terrorista-militar que está llegando a niveles muy altos. Las fuerzas de la OLP en Gaza son aniquiladas permanentemente y perseguidas como en una de las peores dictaduras, fortaleciéndose solo en Cisjordania, donde gobierna. En Gaza no hay intento de desarrollo económico y reciben por razones humanitarias ayuda del extranjero el 75% de su población. Situación que los provocadores terroristas del Hamas les resulta útil para continuar desestabilizando su región, no dejando a su población integrarse en sus labores propias. Es obvio que con una clase trabajadora y sectores productivos comprometidos como las fuerzas vivas que pujen el desarrollo, esa estructura económica, desarticularía el terrorismo en su propio territorio, para defender sus intereses de clase. En consecuencia ahora es desde Gaza donde han salido más de 1.000 cohetes Kazan entre otros, en estos últimos 18 meses, contra poblados civiles israelíes. La provocación es clara, se intenta no permitir avanzar en las negociaciones de paz con los otros palestinos, que si lo quieren (en este clima es muy difícil avanzar). Hamas, al no aceptar la existencia del Estado de Israel, de ahí sus actividades de carácter adversas y provocativas. Es necesario «condenar en primer lugar» este origen de la violencia, apoyadas internacionalmente por Irán, Siria e Hezbolá, que no quieren reconocer a la vez la existencia de Israel y quieren borrarlo del mapa, apoyando al Hamas.

Por otra parte la reacción de Israel nos merece una dura reflexión: durante 40 años se ha empleado una política de dar una mayor respuesta (desmedida) frente a las provocaciones recibidas. Esto solo llevó a que el conflicto se agravara durante 6 décadas; creo que es el momento que Israel debe entender que la estrategia a seguir debe ser otra y no darle el «beneplácito» a los provocadores del otro lado. Claro, del lado israelí las fuerzas políticas conservadoras y ortodoxas ganan espacio con estas políticas como la llevada el 29 de diciembre y que en definitiva a veces no se sabe, quién comenzó primero.

Si la paz con Siria se lograse, y la conflictividad contra Hamas, pudiese encausarse de otra forma (reconozco que no es fácil) seguramente sus posturas integristas tan extremas sufrirían grandes recorte y evolucionarían de otra forma, en un movimiento tan extremo como Hamas, en donde hay en su haber un abanico de contradicciones internas, que solo cuando los sucesos militares israelíes marcan presencia belicista, las fuerzas más extremas se fortalecen. La violencia se desarrolló con las acciones fascistas del Hamas y su escalada permanente de 1.000 cohetes lanzados a poblados civiles israelíes en los últimos 18 meses; junto a la intolerancia desmedida de los halcones israelíes, que reaccionan en esta oportunidad a pesar de todo (18 meses después).

En estos tiempos las religiones deben volver a sus templos, las guerras santas son un pasado que desgraciadamente se vuelven presente. Con intereses gravemente retrógrados de teocráticos, lo secular y laico es la revolución progresista más importante en este conflicto. Los pueblos necesitan líderes para un desarrollo sostenido y una paz duradera.

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