Impresentable

Tal vez fue un lapsus. No parece ser actitud propia de quien se supone inteligente y tan comprometido con los intereses colectivos que defiende la de este señor de la Cámara de Comercio que agredió verbalmente al senador José Mujica diciéndole «impresentable». No lo hubieran puesto donde está si no estuviera calificado para las «pablic releishons» además de conocer al dedillo dónde les aprieta el zapato a estos empresarios necesarios como la enfermedad para que se vendan remedios, bendecidos por el reparto desigual de los bienes materiales del mundo.

Una cosa es cierta: las negociaciones pasan y los agravios quedan, y es complicado remangarse a conversar si hubo improperios y además gratuitos.

Ahora, si lo que le resulta impresentable a Juan Mailhos en realidad es lo que Pepe representa, es otra cosa, más que eso, se podría decir que el líder del MPP es el símbolo de su derrota.

Pero veamos qué significa el vocablo en cuestión que tiene varios sinónimos cuál de ellos más ilustrativo de lo que dijo este descendiente de una casta, parafraseando a Viglietti, de «los dueños del Uruguay».

Impresentable refiere a: desagradable, incorrecto, asqueroso, repulsivo, hediondo, infecto, inmundo, nauseabundo, pútrido, mugriento, repugnante, incómodo, irritante, molesto, desaliñado, indecente, en fin. No hay cómo encontrarle eufemismos. El hecho es que estos «piropos» no se los dijo sólo al senador José Mujica, sino a los varios cientos de miles de votantes que le siguen y están por ponerlo en la Presidencia de la República. Digamos entonces, sin querer defender al abogado, que el fracaso reflejado en la salida de tono y torpeza de Juan no es personal, sino síntoma de la sartén por el mango que ya no tienen y extrañan, porque ven cada vez más lejos. Entonces no ofende, simplemente porque no puede.

Don «corazón» Mujica es un estratega. Alguien que hoy se inmola camino a la presidencia aunque quería retirarse y continúa por su gente. También por compatriotas que no aprecian la dimensión y la necesidad imprescindible de negociar beneficios porque no queda otra, porque de la guerrilla Pepe ya volvió. Nadie puede decir que su entrega no tiene la medida de sus ideales. ¿O acaso alguien cree que es fácil ser Presidente? Estamos casi frente a un kaminaze de la política partidaria e increíblemente en ocasiones debe justificarse frente a la prepotencia y la incomprensión de algunos que quieren ser más realistas que el rey, con todo respeto. Aunque buscamos lo mismo y sin bajarnos de los principios, tenemos que aplicar la astucia para llegar porque todavía el poder económico impone sus reglas. Ya ven, hasta se dan el lujo de agraviar públicamente al personaje más popular y votado de nuestro país.

Sin embargo, la grandeza es humilde. Estoy segura que cuando al ex ministro de Ganadería le toque hablar con este doctorzuelo autócrata y suelto de lengua, lo hará sin rencores, buscando lo mejor para el pueblo en la medida de lo posible y caminando hacia las verdaderas transformaciones sociales.

Confiamos en usted señor senador, déle con fe.

Y…ladran Pepe.

Señal que nos impresentamos.

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