La muchachada nos alegró mucho

En esta última semana hubo algunos acontecimientos deportivos, en los que la muchachada fue protagonista de primer nivel. Un caso fue el de Chris Namús, boxeadora de primer nivel de nuestro país; otro, el de los juveniles de la Sub 20, muchos de los cuales finalmente fueron protagonistas del partido de fútbol en el que Nacional ganó la copa, ante el popular Danubio.

Esta nota no tiene interés en involucrarse en debates deportivos, que últimamente tienen más de circo romano que de expresión de la capacidad y las artes físicas de los seres humanos.

Lo que nos interesa señalar es que hubo una expresión juvenil que le dio vida a una sociedad uruguaya acostumbrada solamente a ver la fecha de pago de los jubilados o a escuchar y ver, gracias a la patología televisiva dominante, de cómo la gente se mata y se roba, como si eso fuera el principal acontecimiento de la sociedad.

El combate de Chris Namús contra la boxeadora estadounidense detuvo, por lo menos en Montevideo, a toda la sociedad. Alguien que tuvo que hacer el recorrido entre Punta Carretas y la zona oriente de la capital nos aseguró que no hubo bar, ni restaurante que no estuviera repleto de comensales, todos apoyando a esa muchacha joven y bonita, de buen lenguaje, que se puso la idea de que «se puede» al hombro.

Junto con este júbilo popular que logró concitar Chris, también tuvimos, en este verano de sequía y de incendios, el éxito de los juveniles de fútbol que fueron a Caracas y terminaron clasificando para el mundial Sub 20 de Egipto.

No sólo clasificaron, sino que jugaron bien. Además mostraron, fuera y dentro de la cancha, una conducta impecable. Muchos de ellos, además, participaron de la final Nacional-Danubio ­como es el caso de Lodeiro y el «Morro»­ mostrando talento, alegría y disposición para la lucha, festejando su triunfo con sencillez, pero también con una emoción desbordante y contagiosa.

En el caso de Chris hay un fuerte apoyo del Estado; el presidente de la República, el doctor Tabaré Vázquez, ha sido el principal impulsor del boxeo femenino. En el caso de los juveniles, particularmente los de Nacional porque supieron aprovechar su oportunidad, es fruto de la iniciativa privada, en esta oportunidad un club de fútbol.

Estas dos experiencias deben enseñarnos mucho. A todos, gobernantes y ciudadanos, que queremos un país pujante, no sólo por su desarrollo económico, sino porque la muchachada se siente bien y se dispone a seguir adelante, conquistando nuevos sueños.

Sería bueno que las autoridades de la enseñanza y de los sindicatos respectivos tuvieran planes y objetivos para que los uruguayos también pudiéramos disfrutar de los éxitos alcanzados por nuestros estudiantes.

Hace un tiempo, estudiantes liceales de Maldonado lograron premios en la Nasa, lo que fue festejado por lo fernandinos. ¿Por qué no nos proponemos que esas «goleadas» sean conocidas por todos los uruguayos y disfrutadas por ellos?

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