Como te digo TLC te digo me equivoqué

Las contradicciones constituyen el movimiento interno y necesario de todo desarrollo. No hay un solo acto de la naturaleza, de la vida social o del pensamiento que no conlleve alguna contradicción. Por eso es impensable que un ser humano exponga su pensamiento y actúe sin contradicciones, que hoy no diga una cosa y mañana otra, porque él mismo y toda la realidad que lo rodea se modifica continuamente. Sin embargo, tratándose nada más ni menos que de un precandidato a la presidencia de la República, es legítimo reclamarle el mayor grado de coherencia. Hasta allí, todo normal.

Lo que ya no es normal es machacar acerca de las contradicciones de uno solo de los precandidatos frentistas. La acusación contra Mujica es que se trata de un superficial, diletante, bolacero. En cambio, su principal competidor sería un intelectual serio, seguro, experto, capaz de ganar cualquier elección No obstante, en este razonamiento falta considerar que hay contradicciones y contradicciones, unas menores y otras graves, entre las que sobresale confundir a los amigos y a los enemigos. Quien no diferencia quienes son los suyos y quienes están económica, social, política e ideológicamente contra los suyos, no ofrece credibilidad.

En las últimas semanas, un dirigente sindical destacó la «honestidad intelectual» del Cr. Astori por haber hecho una clara autocrítica de la posición favorable que sostuvo al defender la firma de un TLC con EEUU. Es una afirmación superficial. La honestidad intelectual debe partir ­para ser electo candidato por una fuerza de definida orientación anti-imperialista­ de la identificación con esa orientación, expresada en su declaración de principios y en el programa aprobado, programa con el que Astori no se identifica. Además, quien se identifica y compromete con ellos, no puede ser permisivo con los organismos reguladores de la economía mundial representantes del imperialismo (casos del Banco Mundial, el FMI, el BID); no puede olvidar al imperialismo como elemento rector del mundo; no puede menoscabar los intentos de integración regional, tales como Mercosur, Parlamento o Banco del Sur; no puede aceptar los tratados que el imperialismo ­y EEUU particularmente­ impone a los países dependientes.

El ex secretario de Estado de EEUU Colin Powell, hace pocos años, expuso claramente: «Nuestro objetivo es garantizar el control del territorio que va del Artico a la Antártida, libre acceso, ningún obstáculo o dificultad para nuestros productos, servicios, tecnología y capital». Así se fundamentó el ALCA (Alianza de Libre Comercio para las Américas). Fidel Castro advirtió: «Las naciones latinoamericanas estarían llamadas a convertirse en enormes zonas francas que no pagan impuestos o sólo muy reducidos». En síntesis, se trata del «zorro libre en el gallinero libre»…

Sin embargo, el ALCA fue sepultado en Mar del Plata por los cuatro socios del Mercosur y Venezuela. Pero EEUU ya había ajustado su táctica: si no había ALCA, multiplicaría los TBI (Tratados Bilaterales de Inversiones) y TLC (Tratados de Libre Comercio) que quitasen «obstáculos» país por país. Los entreguistas de la soberanía de siempre ­los partidos tradicionales y la mayoría de las cámaras empresariales­ reclamaron TBI y TLC. Junto a ellos, el Cr. Astori fue dentro de nuestras filas, su principal vocero.

Pero lo cierto es que, por sagacidad popular y por conciencia adquirida, puede afirmarse que el Frente Amplio será liberado de la candidatura presidencial del Cr. Astori. Y la izquierda ­ésa que existe y de la que formamos parte muchos años antes de la aparición del Frente Amplio­ a su vez, se verá liberada de lo que pudo ser una terrible alternativa: votarlo o ser consecuente con sus fundamentos anti-imperialistas y socialistas.

Sería positivo que los encuestadores y politólogos con honestidad intelectual (excluidos los que bajo la apariencia de tales hacen politiquería) se pregunten: ¿cuántos votos el Frente perdería si el candidato a la presidencia fuera Astori? Y politólogos, encuestadores y ciudadanos en general, pensaran qué honda ruptura produciría en el Frente Amplio la irrupción de un candidato bien mirado por el imperialismo y desconfiado por los líderes y movimientos populares del continente y gran parte de las clases populares del país.

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