¿Hay en la campaña electoral travestismo político?

Avanza la campaña hacia Junio y surgen ideas, refritos, exhumación de temas y personajes.

En estos días debimos escuchar dos veces a un candidato para saber si era él, si era su partido y si su tono y lenguaje le eran propios o era un caso de rapiña o apropiación indebida de formas, pretendiendo que son éstas y no el fondo lo que «el pueblo » percibe.

El Dr. Vaz Ferreira advertía que no debíamos quedarnos en «las cuestiones de palabras», «discutir sobre palabras» y sí sobre los problemas concretos que nos aquejan .

Esa es la cuestión, el modo, la forma valen en tanto la autenticidad de quien lo formula, esto es: que coincida con una forma de ser, con ser una persona y no un «actor político» que se viste con formas y a veces con discursos ajenos.

El diccionario nos enseña que no hay ni buenas ni malas palabras, solamente palabras para lograr comunicar lo que queremos. Si somos honestos con nuestro pensamiento: lograr el efecto de trasmitirlo, si no lo somos: disfrazar con la palabra algo que no es.

Eso está ocurriendo hoy en la campaña; sabemos que no hay candidatos de derecha, en todo caso de centro, centro-izquierda o izquierda.

La gente, el pueblo puede equivocarse pero no es tonto con quien se pretende travestir y parecer lo que no es.

Finalmente una anécdota: en el barrio había un gato que se creía perro y hasta nombre de perro le habían puesto: Kuki, pero el gato seguía siendo gato y por más que intentara ladrar, sólo maullaba.

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