EDITORIAL

Cuba reparada: "Una historia distinta"

Entramos en otra época: la Organización de Estados Americanos (OEA) decidió ayer revocar el decreto Nº 662, el cual aprobó hace 47 años la expulsión de Cuba del sistema interamericano.

Los diplomáticos, reunidos en Honduras a propósito de la 39ª Asamblea General de la OEA, aprobaron dejar sin efecto este decreto, tras la petición que elevaron varios países de Latinoamérica.

A pesar de las presiones de Estados Unidos, a través de la secretaria de Estado de Estados Unidos, la demócrata Hillary Clinton, la dignidad encontró sus espacios y se transformó en un grito de libertad, de paz y de entendimiento entre los pueblos.

Es el primer gran paso en la perspectiva de concretar un nuevo relacionamiento entre los países latinoamericanos y del Caribe, sobre el cual, Estados Unidos deberá sacar sus propias conclusiones.

Si la principal potencia mundial encabezada por Barack Obama llega a comprender la nueva realidad, es posible avizorar una nueva realidad política entre todas las Américas.

Si no fuera así, Washington se estará perdiendo la gran oportunidad de comenzar a trabajar sobre una nueva hoja de ruta, que nos permita a todos elaborar una nueva cultura de diálogo que potencie a todos los pueblos, en medio de la crisis global que vive la economía mundial.

El canciller de Ecuador, Fander Falconí, dijo que la resolución «lo que está haciendo es básicamente enmendar la historia y aquí tenemos un reto de construir una historia distinta». Con lo que estamos totalmente de acuerdo.

Es de esperar que la actual dirigencia blanquicolorada, asuma la misma responsabilidad que han tenido la mayoría de los países expresados en la OEA y, por lo menos, tenga la necesaria capacidad de autocrítica.

La derecha uruguaya no sólo puso el escenario, Punta del Este, en el momento de la expulsión, sino además la argumentación política e ideológica que llevó a la expulsión de Cuba de la OEA y del embajador de ese país en Uruguay.

Ha querido el destino que esta resolución de la OEA haya sido tomada durante el gobierno de izquierda y progresista de Tabaré Vázquez, que integra la gran columna del cambio que se expresa en Sudamérica, Centro América y el Caribe de forma mayoritaria.

Los dirigentes blancos y colorados ingresan, de esta manera, al Siglo XXI con la verdad y la justicia golpeándoles las caras, mientras la dignidad florece.

Aquellos que prepararon todo para incorporar a los años 60 en el debate electoral ­tanto en lo nacional como en lo internacional­ acaban de recibir una dura derrota política.

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