El catecismo de Goebbels*

1-.»Gobernemos gracias al amor y no gracias a la bayoneta». Seguro que es lo que piensan Sanguinetti y Batlle del período del pachecato y sus prolegómenos. Los escuadrones de la muerte tenían carta blanca gracias a las connivencias de los corruptos gobernantes del último colegiado blanco. Desde el herrerismo, se abrieron las puertas de la Jefatura de Policía a los agentes de la CIA ya a comienzos de la década de los sesenta. El país es entregado al espionaje generalizado por parte de los servicios de inteligencia norteamericanos, el FBI y la CIA. Ya estaba tan infiltrado el Estado uruguayo, que el triple agente Manuel Hevia, es reclutado por agentes de la CIA, uruguayos que operaban en nuestro servicio diplomático. Este es destinado, previo entrenamiento en EEUU, al Uruguay. Lo esconden bajo el ala de Jorge Batlle, el cual le ofrece cobertura como empleado de su diario Acción a comienzos de 1964. Tal como lo cuenta este agente en su libro de memorias, «Pasaporte 1333. Ocho años con la CIA». Curiosamente, este era el número del pasaporte uruguayo obtenido por el agente, gracias a las genuflexas autoridades del «país de la cola de paja».

Todavía anda por ahí Bardesio, temiendo, si habla, la suerte de Berríos, en un país en el que los pactos del Cóndor han demostrado contar con tácitos avales, presidenciales y parlamentarios.

Cuenta Hevia, que para los entrenamientos en tortura, luego de arribado Mitrione en 1970, recolectaban «bichicomes» de la calle , cuatro se les murieron en las clases…¡Y aquí no pasaba nada!

Pero mejor, vaya el lector a Internet y busque el libro, y allí podrá encontrar a muchos muertos ilustres, blancos, colorados y algunos gerontes que aún levantan sus dedos acusadores, como Jorge Batlle, como si ellos en aquellos tiempos residieran en Marte.

2-«Seremos recordados por la historia como el máximo legado de todos los tiempos o como los criminales más terribles que el mundo haya conocido».

Bien consciente de que la historia la escriben los vencedores, sabía qué le esperaba si eran vencidos por las armas o por los historiadores. Y entre nosotros, da la casualidad de que los grandes autores de nuestras desgracias eran políticos publicistas, que se hacían cargo de sus propias propagandas fungiendo como periodistas partidarios, mucho antes de que la escuela de Goebbels se volviera carrera universitaria, se desarrollaran las «ciencias de la comunicación y el mercadeo». Siguiendo la tradición de don Bartolomé Mitre, mal general pero brillante publicista, Sanguinetti y Batlle no hacen más que defender sus viejos libretos de batalla a los cuales quieren llevar al rango de historia oficial de los orientales. A diferencia de don Bartolo, éstos se mantenían bien distantes de la sangre que vertían sus asalariadas espadas, pero se sienten responsables porque le «dieron letra a la violencia»…de ahí su terror a todo cuestionamiento y revisionismo de la historieta por ellos elaborada, toda sus teoría de «los dos demonios», los «tupas vs. milicos», ellos como dicen, «argentinos».

3-«En la propaganda, como en el amor, todo es permitido para lograr un fin».

Y el poder no es cualquier fin, como podría ser la conquista de un jugoso tálamo, es el fin en sí mismo, es «el poder», el más sensual de los atributos humanos.

Y por ello y para ello:

3-«No hay necesidad de dialogar con las masas, los slogans son mucho más efectivos.

Estos actúan en las personas como lo hace el alcohol. La muchedumbre no reacciona como lo haría un hombre, sino como una mujer, sentimental en vez de inteligente. La propaganda es un arte, difícil pero noble, que requiere de genialidad para llevarla a cabo…». Esto lo tienen claro los creativos contratados por Penadés, desarrollando esta campaña técnicamente goebbeliana, de pura cepa, que viene de hacer de las suyas al servicio de los PRO de Narváez en la otra banda.

4­ «Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad».

Esta, con ser la más trillada de las frases de nuestro «pro-hombre», es la primera que se aprende en las escuelas de marketing y publicidad. Ese es el objetivo de cierta prensa cagatinta que le hace la letra a todos los medios audio-visuales, los cuales logran el milagro de la reiteración, así pues la docena de noticiarios televisivos y el centenar de radiales que diariamente bombardean nuestras entendederas, dan fe del fundamentalismo goebbeliano de nuestros medios.

5-«Más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil».

Y fiel a esta máxima, Jorge Batlle no hace más que lanzar una infamia, envuelta entre signos de interrogación, para tomarle el pelo al juez de turno, destinada a ser repetida miles de veces, para que prenda, porque:

6- «Mientan, mientan, que algo queda…».

Durante veinte años, o más, hemos visto a estos próceres unitarios, presentes en actos de remembranza del holocausto judío. En los aniversarios de «la noche de los cristales rotos», Pero han estado ausentes en los actos que marcan nuestra parte en el holocausto americano contemporáneo, los 20 de mayo. Es que no sólo son «hábiles declarantes», son expertos en el arte del disimulo.

*Encargado de campaña del partido nazi, fue el organizador de la denominada «noche de los cristales rotos». Luego sería «ministro de propaganda» del régimen nazi.

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje