EDITORIAL

La votación del FA

LA REPUBLICA publicó ayer un exhaustivo informe de la votación en Montevideo, serie por serie de credencial. El informe recorre las 108 series de la capital y permite establecer con claridad el desempeño político de cada partido en cada barrio montevideano.

El cuadro publicado permite comparar la votación de cada partido entre octubre de 2004 y octubre de 2009 y además con el balotaje realizado el último domingo de noviembre.

La primera conclusión importante y concluyente es que se mantuvo y en varios casos se incrementó la hegemonía política del Frente Amplio en Montevideo.

De 108 series de credenciales el FA ganó en el balotaje en 94 y el Partido Nacional y el Partido Colorado sólo pudieron imponerse en 14.

Una lectura más fina permite señalar que además el FA mantiene e incrementa un predominio muy claro en todo el cinturón oeste de la ciudad y también en los barrios populares del norte de Avenida Italia.

Lo muestran las votaciones por encima del 80% en barrios como el Cerro, Casabó y los accesos de Montevideo; por encima del 70% en La Teja, Cerro Norte, Paso de la Arena, Santiago Vázquez, Sayago, Peñarol, Cerrito, Casavalle, Marconi, Colón, Lezica, Belvedere, Conciliación, Villa García, Punta de Rieles, Jardines del Hipódromo, Malvín Norte y Carrasco Norte; y superiores al 60% en Aguada, Flor de Maroñas, Unión, La Blanqueada, Cilindro, Pérez Castellanos, Capurro, Arroyo Seco y Reducto. La izquierda también se impone y se mantiene en zonas como Buceo, Malvín, Parque Batlle y Prado, superando el 50%.

En la contracara, la derecha sólo se impone en zonas de la costa este de Montevideo: Pocitos, Villa Biarritz, Trouville, Carrasco Sur, donde predomina claramente. Luego se impone pero sólo sumando los votos blancos y colorados y por escaso margen en el Centro, una zona del Cordón, Parque Rodó y por muy poco en Punta Gorda.

Es decir, la izquierda se mantiene y crece en sus bastiones tradicionales del oeste, Cerro, La Teja, Paso de la Arena, Belvedere, donde históricamente votó muy bien, y profundiza su presencia en zonas que no le fueron tan favorables hasta 2004, todas en barrios populares y humildes.

Pero también tiene un desempeño muy bueno en zonas de trabajadores de la ciudad y de capas medias como Malvín, Prado, Parque Rodó y Punta Gorda.

Esta votación da para muchos análisis y muchas lecturas; dónde cayó el FA con respecto a 2004 en la votación de octubre, dónde se recuperó e incluso creció en el balotaje; cuáles son los barrios donde tiene más debilidad. Seguramente se harán.

Lo que está fuera de discusión es que la izquierda, el Frente Amplio, mantiene un predominio político muy claro y contundente en Montevideo.

El tradicional peso de los barrios obreros y populares sigue estando allí.

Lo nuevo expresado en 2004, los barrios más pobres, de asentamientos irregulares, se han volcado a la izquierda y ese vuelco se mantiene.

Cada vez está más claro también que en las zonas donde viven los sectores de mayor poder adquisitivo es en los lugares que la derecha tiene su fuerza.

No es de extrañar. Estas percepciones que no obedecen a lecturas políticas o ideológicas sino a datos objetivos de la realidad, se repiten también en lo grueso en Canelones y en el espectacular crecimiento del Interior.

El presidente electo, José Mujica, dijo pocos días antes de la primera vuelta electoral que una de las grandes potencialidades del Frente Amplio es que «es como el país, en el Frente están todos los sectores sociales, todas las sensibilidades». Es una buena definición. El Frente Amplio es el único partido político de Uruguay que hoy es capaz de contener a todos los sectores de la sociedad. Es claramente el partido político en el que los trabajadores y los humildes depositan sus esperanzas.

Pero también incorpora, como lo hizo desde su fundación, a las capas medias, los intelectuales, los profesionales y los trabajadores de la cultura. Tampoco son pocos los empresarios que han votado al FA.

Todo eso es el Frente Amplio. Pero su crecimiento es exponencial en los sectores más postergados.

El desafío político para el FA es cómo seguir expresando esa pluralidad, en la gestión de gobierno y en la acción y la organización política.

El FA, la izquierda, siempre incluyó en su propuesta como prioridad a los sectores más humildes de la sociedad. En su primer gobierno nacional y en sus 8 gobiernos municipales los tuvo como centro de su gestión. Desde hace dos elecciones también los tiene como votantes y militantes.

No es poca cosa, es parte del cambio profundo que está viviendo nuestro país.

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