EDITORIAL

Una revolución que perdura

Cuba celebró hace pocas horas los 51 años del triunfo de la Revolución de todo un pueblo, comandado por Fidel Castro. Fue en Santiago de Cuba, la primera ciudad liberada por los rebeldes, donde el comandante anunció en 1959 el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, tras 25 meses de combates en la Sierra Maestra.

Hoy en pleno siglo XXI el presidente de la Perla de las Antillas, su hermano Raúl Castro, subrayó por estas horas que «las revoluciones sólo avanzan y perduran cuando las lleva adelante el pueblo».

«Haber comprendido esa verdad y actuado invariablemente en consecuencia con ella, ha sido factor decisivo de la victoria de la Revolución cubana frente a enemigos, dificultades y retos en apariencia invencibles», destacó el general quien asumió la conducción de la revolución socialista. Llamó a estar alerta ante los peligros externos y las actuales turbulencias del mundo contemporáneo ­en referencia a la crisis económica mundial­ al tiempo que advirtió que cambiar la realidad no será fácil, por lo que instó a los cubanos proseguir la lucha.

«La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en adelante todo será más fácil; quizás en adelante todo sea más difícil.» Eso le dijo al pueblo de Cuba el comandante en jefe Fidel Castro el día de su entrada a La Habana el 8 de enero de 1959. A partir del triunfo de la revolución cubana, la isla conquistó por vez primera la posibilidad real de ejercer el derecho de libre determinación, ante lo cual los dirigentes de Estados Unidos iniciaron las agresiones, los intentos de atentados contra el comandante Fidel Castro y reiterados intentos por hacer naufragar el proceso revolucionario. Desde ese momento, los cubanos aprobaron un Estado socialista con democracia participativa, igualdad y justicia social. La respuesta ayer y hoy sigue siendo firme.

En aquellos tiempos la economía se caracterizaba por un lento desarrollo industrial, dependiente en su mayoría de la producción azucarera y agrícola. El 70 por ciento de las exportaciones e importaciones cubanas estaban atadas a Estados Unidos. En el aspecto social, el escenario se dividía entre analfabetismo, desempleo, deficientes condiciones del sector salud; pero sobre todo por un enorme desequilibrio en la distribución de los ingresos de los cubanos. No fue sino hasta 1940 que, con la aprobación de la Constitución y en correspondencia con las normas del Derecho Internacional, que Cuba logró ejercer el derecho a disponer de sus recursos naturales y riquezas. Fue entonces cuando la Revolución dio inicio a la entrega de tierras a los campesinos y por otro lado se intensificó el proceso de industrialización, cuando registró un crecimiento catorce veces mayor a la época anterior para la producción de aceros, cemento, níquel, fertilizantes, refinación de petróleo, producción de textil y turismo entre otras.

La libre determinación del pueblo cubano se mantiene hoy en la defensa de la nación frente a las agresiones extranjeras.

Estados Unidos ha mantenido un bloqueo criminal sobre Cuba durante los últimos 45 años, prohibiendo alimentos, medicinas, exportación azucarera, además de haber intervenido sistemáticamente para evitar u obstaculizar el comercio y la obtención de asistencia por parte de gobiernos, instituciones y ciudadanos de otros países y organismos internacionales.

La Revolución cubana tiene el reto para permanecer y seguir adelante en la lucha pese a los escollos, con el comandante Fidel Castro como soldado de las ideas, sirviendo de guía en la batalla de los cubanos y de los pueblos latinoamericanos que marchan hacia el futuro.

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