Mujica en "El Pato Encadenado"

El resultado de las elecciones uruguayas ha generado una multiplicidad de comentarios en el mundo entero. Esto se refiere en particular a la elección de la dupla Mujica-Astori y al pasado del presidente electo. También de la senadora Lucía Topolansky, en este caso con el agregado de que las dos cámaras legislativas están presididas en este período (y la de Representantes durante todo el año) por dos mujeres, lo que ha dado lugar a consideraciones del más diverso orden. El lunes 1º de marzo tendremos entre nosotros a delegaciones de alto nivel de muchos países, en particular de América Latina.

Aquí queremos referirnos a uno de esos comentarios, ligeramente insólito (aunque quizá no tanto). Pertenece a «Le Canard Enchaîné» (El Pato Encadenado), el semanario sarcástico más conocido en Francia y en parte del mundo, que aparece los miércoles en París. Tiene una columna denominada «Le Journal de Carla B.» A nadie se le escapa que la actual esposa del presidente Nicolas Sarkozy se llama Carla Bruni y está dotada de un tempestuoso pasado. Por la mitad de su entrega de ayer puede leerse lo siguiente:

«Un cierto Pepe Mujica, recientemente electo presidente del Uruguay, me hace pasar sudores fríos. Este ex guerrillero anuncia que va a entregar el 87% de su paga a los pobres de su país. Temo que su mal ejemplo se propague hasta Francia. Ya estoy viendo que nuestros sindicatos van a exigir a Mi Marido (con mayúsculas) que entregue el 87% de su paga para financiar las pasividades. Ya es menos rico que yo. ¿Los franceses desean realmente un presidente agriado y complejeado por su mujer?».

No es por cierto el primer y único caso en Uruguay. El flaco Oscar de los Santos, intendente de Maldonado y aspirante a la reelección, dona desde el primer día de su mandato buena parte de su sueldo a la Universidad de la República y con esos recursos ya están sentadas las bases para construir la filial de la misma en el departamento. El presidente electo ha comprometido parte de su sueldo en planes sociales de vivienda para los sectores carenciados y su esposa senadora también. La candidata única a la intendencia de Montevideo anunció el propósito de mantener la práctica de su partido de percibir el equivalente al sueldo de un obrero calificado, lo que viene de muy lejos en la tradición leninista. Desde las legislaturas anteriores al golpe los legisladores comunistas recibían una mensualidad ajustada a los mismos parámetros, y recuerdo declaraciones públicas de Rodney Arismendi y de Enrique Rodríguez al respecto. El Frente Amplio recibe un porcentaje determinado de las retribuciones de sus miembros que ocupan cargos rentados de representación popular o de particular confianza. Eso se ha venido cumpliendo pacíficamente, y las pocas transgresiones han sido ventiladas y resueltas en los organismos correspondientes. Yo creo que todo eso es muy sano y está muy bien.

En todo caso, es infinitamente superior y se sitúa éticamente en otra escala con respecto a lo que vemos en tiendas distintas, donde campea la corrupción en esferas del gobierno. Y no sólo del gobierno, sino también en el terreno de ciertas centrales sindicales, incluso algunas muy cerca nuestro, como lo aprendimos directamente en el exilio, durante la dictadura. En cambio nuestra central obrera es de una austeridad y limpieza moral a toda prueba. Y eso también hace la diferencia.

Nos referíamos más arriba a la corrupción de los gobiernos. El caso de Silvio Berlusconi es emblemático. Su gobierno, antes y ahora, beneficiaba directamente a sus grandes empresas, particularmente los medios de comunicación, las mismas que contribuyeron decisivamente a llevarlo a su cargo. Decenas de veces la Justicia italiana comprobó sus maniobras delictivas en altísima escala, sus coimas escandalosas, pero ha logrado escapar a la condena. Ahora tenemos además tras los Andes a un Berlusconi chileno, Sebastián Piñera, que en los hechos no se ha desprendido de sus cuantiosos intereses económicos y financieros generados en la época dictatorial (y de paso nombra como ministro de Educación a Joaquín Lavín, pinochetista de tomo y lomo, lo que representa una provocación descarada contra las organizaciones de los docentes y de la juventud estudiantil).

Este fenómeno cubre continentes y latitudes muy diversas, y vale también para quienes hablan de la corrupción en países del Oriente Medio y dejan en la sombra casos como el del ex primer ministro israelí Ehud Olmert, que se guardaba dos veces la plata de los pasajes de sus viajes y se metía en el bolsillo las donaciones cuantiosas de representantes del lobby judío norteamericano par su campaña electoral. Y no hablamos del ex presidente Moshe Katzav, porque las violaciones éticas que lo sacaron del cargo son de otra naturaleza.

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