EDITORIAL

Cuba no abdica del socialismo, lo perfecciona

A partir del pasado miércoles comenzó en Cuba la discusión y análisis del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Ese paso se desarrollará, como parte del proceso que, desde la base, se realizará con vistas al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, que se celebrará en abril del año próximo.

Esos debates en los barrios, centros de trabajo y escuelas, entre otros espacios, en el que intervendrán trabajadores, intelectuales, estudiantes y toda la sociedad cubana, permitirán expresar opiniones y puntos de vista en relación con la actualización del modelo económico cubano, a la que ha llamado la dirección de la Revolución.

El análisis del documento deberá realizarse con miras a revertir la situación que enfrenta la economía cubana, derivada entre otros aspectos, de factores externos ­como la crisis económica, financiera, energética, alimentaria y ambiental­ que repercuten en la inestabilidad de precios de los productos que intercambia y en mayores limitaciones en posibles financiamientos externos.

Además del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace medio siglo, se suman los fenómenos meteorológicos afrontados por Cuba en los últimos años, huracanes y sequías, con el resultado de pérdidas millonarias.

Como sostuvo el gobierno socialista, es vital el aporte de cada cubano en el debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, ya que todas las ideas serán válidas para resolver de manera gradual los problemas. Toca a los economistas explicar e instrumentar la aplicación de esos lineamientos y es necesario que la economía de la nación sea más financiera y menos administrativa, según afirmó el gobierno cubano.

Para el Partido Comunista Cubano, esta iniciativa abre «la posibilidad de que cada uno exponga su criterio, sin cortapisas, discrepando si así lo considera» de las reformas propuestas por el presidente Raúl Castro para dar un impulso a la economía. «Nadie debe quedarse con una opinión por expresar y mucho menos que le sea impedido expresarla», señala.

«El Partido demanda el máximo de transparencia a todas sus organizaciones, la mayor claridad en los análisis, el esclarecimiento a todas las dudas e inquietudes que tengamos dentro del seno de la revolución», explican los comunistas cubanos.

En Cuba habrá cambios, pero no los que sus históricos enemigos y conspiradores quieren. El presidente Raúl Castro fue categórico desde el primer momento cuando anunció las medidas que se estudiarían y la necesidad de su aplicación para actualizar el modelo económico y social cubano. Dijo entonces el presidente de los Consejos de Estado y de ministros: «A mí no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo». Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.

Amigos y enemigos no deben soslayar la historia, de lo contrario están condenados a equivocarse. Cuba no abdica del socialismo, lo perfecciona.

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