EDITORIAL

Todo esto es para llorar

Al premio Nobel de la Paz 2010, Barack Obama, no le alcanzó con continuar las guerras emprendidas por su antecesor en la presidencia de Estados Unidos, George Bush, en Irak y Afganistán. El presidente demócrata ha iniciado la suya propia, junto a sus aliados europeos, en Libia.

De esta forma, y consecuente con su investidura de Premio Nobel de la Paz, suma un nuevo conflicto al récord de su país e inaugura su cuenta personal de enfrentamientos bélicos provocados en nombre de la libertad.

El Premio Nobel de la Paz afirmó al referirse particularmente al líder de Libia: «Muamar Kadafi tiene que dejar el poder; un líder que bombardea a su pueblo pierde legitimidad y tiene que irse». No debería extrañarnos entonces la guerra iniciada contra Libia por la coalición que lidera el Premio Nobel de la Paz.

El Premio Nobel de la Paz habla de apoyo de la «comunidad internacional» para derribar a Kadafi en defensa de los derechos humanos, pero decenas de países rechazan la agresión: Rusia, China, Brasil, Cuba, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, las naciones africanas y, con seguridad, la mayoría de los países que integran la Asamblea General de la ONU.

Con el razonamiento esgrimido por el Nobel de la Paz para atacar al pueblo libio, podría estar cerca la intervención a Pakistán con el pretexto de desalojar de sus guaridas a los talibanes y a la gente de Al Qaeda, o quizás alguna intervención en otro punto del planeta.

Obama está convencido de la guerra. El Nobel de la Paz dirigió al presidente de la Cámara baja del Congreso estadounidense, John Boehner, y al presidente provisional de los senadores, Daniel Inouye, un mensaje concluyente.

En la misiva, el Nobel de la Paz expresa: «Si no se abordaba, la creciente inestabilidad en Libia encendería una mayor inestabilidad en el Medio Oriente, con peligrosas consecuencias para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos». Está claro que hablamos de los intereses de Washington. La opción era petróleo o muerte, y la Casa Blanca hizo su nefasta elección.

Muy pronto estará circulando un libro sobre las guerras de Obama. Como sus antecesores, este Nobel de la Paz será recordado por la intervención armada en Libia. El Premio Nobel ha dicho que las bombas contra Libia son para preservar los derechos humanos. Pero como dijo el presidente Mujica, los bombardeos implican «un retroceso en el orden internacional vigente».

«Es mucho peor el remedio que la enfermedad. Eso de salvar vidas a los bombazos es un contrasentido inexplicable. Todo esto es para llorar», afirmó Pepe, pese a que no es Premio Nobel de la Paz.

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje