DEPORTE

¡Con la piel celeste!

Así se mostró nuestra Selección de fútbol en la Copa América, que finalizó al tope de ella, días pasados. Bajo la batuta del Maestro Tabárez, y como hace un año en Sudáfrica, volvió a marcar el camino a seguir en todos los terrenos de la vida.

Sacrificio, solidaridad, convicción de sus fuerzas, modestia, fuerza ante la adversidad, educación en sus protagonistas, y ello se consigue solo de una manera, con trabajo, honradez y tesón. Las únicas herramientas que han demostrado al hombre en su accionar en este mundo, que son las que llevan al éxito y avance en las tareas emprendidas.

Nuevamente este conjunto de deportistas, y como decíamos, con la conducción de un técnico que ha demostrado, a través de su prolongada carrera en ese rol, que lo suyo es sumamente positivo. No tiene secretos. Su tarea la hace desde lo que la vida le ha enseñado. Trabajo serio, periódico, indisoluble, rodeado de profesionales que comulgan su espíritu, y lo más importante, sabiendo trasmitir a sus discípulos, con sus mejores argumentos, su idea, y por ende logrando palmas.

Me tocó vivir, por razones familiares, este nuevo logro de la Celeste en tierras argentinas, al igual que el año anterior en el Mundial. Conozco bien lo que sufre el pueblo argentino ante las nuevas adversidades de su deporte más querido y más popular, por haber transcurrido tres décadas en este país. Además, Argentina vive un proceso electoral muy complejo, que al igual que el fútbol busca un camino a seguir, definitivo y de logros para el país.

Y la satisfacción fue doble. Es lo que sentí, además del título de mejor de América, la admiración, el respeto y la idea de que el camino a continuar, es el marcado por Tabárez y sus jugadores, ya sea por los periodistas, en el pueblo en general y marcado con énfasis, también, por ex deportistas encumbrados.

Este deporte, tan arraigado en nuestros pueblos, que conglomera a millones y millones en el mundo entero, demostró nuevamente lo que pregonamos siempre, y que tan trascendental resulta en estos tiempos que nos toca vivir.

Las circunstancias políticas y por ende económicas, son fiel reflejo de lo que se ha sembrado, y que hoy nos toca cosechar.

Tras un primer gobierno del FA, encabezado por Tabaré, en el que han sido notorios los avances en varios terrenos sustanciales para el país, se logró un nuevo triunfo, muy costoso y que dejó huellas en nuestra gente, con Mujica a la cabeza. Los quince meses de este período transcurridos desde su asunción, se transitaron con vaivenes muy notorios en nuestra política interna del FA, y externa a través de la oposición.

Con logros importantes en nuestras políticas de gobierno, pero con muy profundos enfrentamientos internos dentro de la fuerza, que han hecho y hacen perder el equilibrio, a la misma.

Expresado y palpado por propios y ajenos, que nuestro país ha crecido, que apunta a seguir haciéndolo, que nuestros mercados de ventas han desarrollado, que las inversiones que llegan se han duplicado, fomentando de esta forma el trabajo permanente de nuestra población, llegando a índices muy bajos, no logrados desde hace muchísimos años, de desocupación. Atacando con éxito problemas endémicos como son la pobreza y la falta de educación a todos los niveles, la cobertura de salud, a través de un plan que permite el acceso indiscriminado a toda la población, para cubrir todas las facetas de ella.

¿Cómo se llegó a todo esto? Con el mismo ejemplo de la Celeste, cohesión en sus líneas, espíritu de sacrificio, modestia, solidaridad, trabajo permanente, por lo tanto no debemos olvidar estas premisas y de dónde venimos, dónde se inició esta historia, para seguir prosperando y llevar a todos los uruguayos a levantar la copa y mantener en lo más alto la bandera de Otorgués, que nos envuelve a todos aquellos que creímos, desde siempre, que lo del título de esta nota resulta esencial.

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje