DIARIO DE CAMPAÑA

La lección de historia de Camila

Camila Antonia Vallejo Dowling tiene apenas 23 años. Camila, como es obvio, es mujer. Y es, desde el 24 de noviembre del 2010, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, una de las tres grandes universidades santiaguinas.

Camila es una de las dirigentes emblemáticas de la actual revuelta estudiantil en Chile. Revuelta que es cosecha de una muy bien sembrada historia. Me refiero a la esparcida semilla del «modelo chileno», que implícita o explícitamente reposaba sobre la creencia de que Pinochet, aunque fuera un monstruo, en materia económica había tomado las decisiones acertadas. Y ahora, el modelo del «monstruo ma non troppo» se ve en todo su esplendor: el 40% del estudiantado chileno que jamás accederá a un título universitario, queda endeudado de por vida, debido a un sistema educativo basado en la privatización y en la mercantilización del derecho humano a la Educación.

La historia no se juzga en una baldosa, sino con el debido tiempo de maduración ¿Acaso los EEUU de hoy, tambaleantes como los civiles iraquíes heridos por sus helicópteros ansiosos por dispararle a algo, eran imaginables 6 años atrás? ¿Acaso solucionó algo la curita republicana para el default, habida cuenta de la caída en picada de las principales bolsas del mundo, y la previsible desvalorización de todas las emisiones soberanas del imperio? Si a mediados de los 80 nadie o muy pocos imaginaban la posterior caída del muro de Berlín… ¿Que Nostradamus se atreve hoy a aventurar la suerte imperial- y por arrastre, de casi todo el mundo- de aquí a un par de años?

Hemos leído párrafos, páginas, y hasta ensayos dedicados al último congreso del Partido Comunista de Cuba, anunciado por sus imparciales y objetivos escribas como el principio del fin de la Revolución Cubana. Pero los dueños de la historia, los que siempre saben qué va a pasar, parece que esta vez erraron la diana. Cuba se está transformando, pero sigue siendo una Revolución Socialista, aunque moleste. Me pregunto: ¿Leeremos de las mismas proféticas plumas similares párrafos, páginas y ensayos con profecías sobre que el mundo se encamina a una crisis largamente peor a la de 1929, o meras constataciones, como que el tan ejemplar «modelo chileno» no era más que fino maquillaje sobre las profundas heridas de la sociedad?

La historia es un frondoso árbol. Se toma su tiempo para crecer, madurar, cambia de hojas y de coloraciones, y a todo aquel que se apresure con la poda, le puede jugar una mala pasada. Puede ser que el radiante árbol poblado en verano de hojas verdes como el dólar se reseque y muera en invierno o, inversamente, que el mustio árbol otoñal llegue a su más radiante primavera pleno de flores rojas. Chile era el modelo, el ejemplo a seguir. Y es Piñera quien ha desatado la feroz represión contra los estudiantes que muestra su verdadera naturaleza política, pasado el oportunismo de lucir como una suerte de buen padre de todo Chile, robando cámara ante cada noticia de los mineros atrapados en las entrañas de la tierra.

Y Piñera está pagando su brutalidad, con un históricamente bajo nivel de aprobación, inferior al 30%. Pero el modelo educativo actual de Chile no lo inventó Piñera. Viene desde los tiempos del «monstruo andante con fuoco», Pinochet. Pero, más relevante aún, es que no fue sustancialmente modificado por los sucesivos gobiernos de la Concertación. Que no fue Piñera quien gobernó Chile en los 20 años que lo precedieron, vamos. Y eso, nos habla a nosotros, aquí y ahora, de manera muy directa. Hay herencias malditas, es totalmente cierto. Pero también existe la maldita costumbre de no saber o querer romper con la herencia.

En buen romance: intentemos cambiar aquí y ahora lo que no queremos llorar después. Tatiana Acuña Selles, secretaria ejecutiva del Fondo del Libro, dependiente del Ministerio de la Cultura chileno, difundió a través de Twitter, en relación a Camila Vallejo toda una sutileza: «Se mata a la perra y se acaba la leva».

Claro, Camila, la «perra» en cuestión, es mujer. Y es joven, de apenas 23 años. Y es muy inteligente, carismática, con gran capacidad retórica, sumamente combativa y corajuda. Pero encima es bella, «habráse visto insolencia, barbarie y alevosía», diría doña Violeta Parra. Pero, por si todo esto fuera poco y para colmo de males, Camila es comunista. Como para no ser odiada visceralmente por los portavoces de las clases dominantes chilenas, las que, cosmética más o menos, saben muy bien que es «lucha de clases». Y por eso asesinaron obreros en Iquique, torturaron y mataron a Víctor Jara y tantos luchadores en el Estadio Nacional, inundaron el Mapocho de cadáveres provenientes de las poblaciones suburbanas de Santiago, construyeron a sangre y fuego el mejor modelo de máxima expansión para el capital.

Que Camila sea «perra» en Twittter no es más que prueba final de la caída del maquillaje del fascismo neopinochetista en Chile. Y para ella, claro está, no es insulto: por venir de quien viene, es todo un blasón. Que se lo ganó por mujer, joven, combativa y «comunista con el favor de mi Dios», como diría la gran Violeta. Y a muchísima honra y para admiración de muchos, qué caray.

El tiempo, y solo él, dirá, dónde van a parar Chile y Camila, esa estudiante de geografía. Pero junto a sus compañeros está escribiendo hoy y ahora, una gran lección de historia.

Intuyo que en los bellos ojos de Camila se abren las grandes alamedas a las que en sus últimas palabras invocaba Salvador Allende. La suya ya es más que la cara visible del masivo y heroico movimiento estudiantil chileno: es un emblema de la dignidad de la mujer, de la dignidad de Chile y de la Educación como auténtico derecho humano. Y es el testimonio de que no habrá de morir el comunismo, ni el socialismo, ni la Revolución, mientras haya apenas un comunista, un socialista, un revolucionario, dando su combate cotidiano en algún rinconcito de la Tierra.

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