PARTIDOS

La difícil renovación del Partido Nacional

Desde la dirigencia del Partido Nacional hay una clara intención de renovar esa colectividad política, porque se percibe que existe la posibilidad de disputarle al Frente Amplio las próximas elecciones nacionales.

El alejamiento de la presidencia del Directorio del PN del doctor Luis Alberto Lacalle (ex presidente de la República) abrió paso a una nueva realidad donde las diversas corrientes pugnan por alcanzar la dirección partidaria.

El senador Luis Alberto Heber, integrante del Herrerismo al igual que Lacalle, surge como la personalidad más fuerte entre las que quieren una modernización de la vieja colectividad blanca, desde el momento que es el nuevo presidente de los blancos.

En los últimos días Heber mostró su semblante renovador, con la clara intención de ubicar al viejo partido de Oribe dentro de la modernidad, clamando porque sus dirigentes, medios y altos, se plieguen a los movimientos sociales.

«El PN está ávido de tener gente preocupada por el tema social; a veces nos parlamentarizamos mucho. Hay un déficit de un partido que debe entender que en lo social se generan las opiniones que después repercuten en el Parlamento. No estamos presentes en cosas que son del diario vivir», dijo Heber a «La Diaria», lo que fue un verdadero acto de confesión, donde solo faltó la presencia del cura.

Molesto sobre cómo lo percibe la sociedad, la que se expresa en los barrios como en las encuestas, aseguró que su colectividad política «no es un partido de izquierda, pero no es de derecha». «El PN es un partido nacional y popular. Cuando digo nacional me refiero al nuevo nacionalismo que tiene que haber en un país y en un mundo que se globaliza cada vez más, y cuando digo popular es que nosotros abrazamos las causas del pueblo, que eso no quiere decir populismo. No somos representantes de ninguna oligarquía y quien lo dice ofende al PN, no somos el partido de los ganaderos ni del agro, no usamos camisas con caballito ni andamos en 4×4″, agregó, para añadir de inmediato: «No admito que al PN se lo etiquete como el partido de la Asociación Rural o la Cámara de Industrias», lo que muestra que electoralmente esas organizaciones sociales no tienen prestigio en los ámbitos populares.

Estas palabras mostraron la angustia de un dirigente relativamente joven, que hace esfuerzos tremendos para transformar a su partido en la perspectiva de un mundo que está en crisis, pero que no acepta las «etiquetas», a la vez que no se atreve a salir a decir que su partido, si no es de derecha o de izquierda, se debe definir como de centro, aunque en estos tiempos modernos las categorías de centro, derecha e izquierda no sean muy precisas.

Hasta el momento, quizá sea demasiado precipitado exigirlo, no han surgido propuestas programáticas ideológicas renovadoras por parte de la distintas corrientes. Incluso en estos días, con motivo de un nuevo aniversario del PN, se ha reafirmado más el blanquismo que el nacionalismo o la idea de un partido de carácter nacional, que contemple en su seno a la sociedad variopinta.

Todo indica que los nacionalistas, sus sectores dirigentes, no podrán incluir en su discurso una sola frase de Batlle y Ordóñez o de Emilio Frugoni, porque no se pueden desprender del sectarismo político que los ha caracterizado.

Para los actuales dirigentes del PN la historia del Uruguay es la de ellos ­solamente la de ellos­, cosa que la izquierda uruguaya, que tiene recaídas sectarias cada tanto, supo sintetizar en su discurso, el pensamiento progresista que va desde el respeto al pensamiento anarquista, pasando por los marxistas y los demócratas cristianos, así como reconociendo e incorporando el pensamiento de blancos y colorados.

Todo indica, entonces, que la renovación del Partido Nacional no será tema sencillo, incluso porque hasta la fecha no se conoce un estudio serio y sereno del pensamiento y la acción de Wilson Ferreira Aldunate, que fue la primera renovación política, ideológica y cultural que vivió en la década del 70 la colectividad blanca.

Renovación, por cierto, que por el quebranto de salud y el posterior fallecimiento de Wilson quedó adormecida, sin herederos y continuadores. Después de la muerte de Ferreira el PN no supo huir para adelante y quedó atrapado en el pensamiento neoliberal de la década de los 90, que invadió al mundo e impidió a muchos sectores políticos latinoamericanos el desarrollo de un pensamiento propio, dejando en manos de la izquierda, marxista o socialdemócrata, el pensamiento crítico y cuestionador de lo que en ese momento era la ideología dominante.

A nivel internacional el PN, por obra y gracia de Lacalle y de sus seguidores, se integró a las corrientes más conservadoras del mundo, como el Partido Popular de España y el grupo cubano de Miami, entre otros sectores de la derecha.

Si el PN no encara con seriedad y valentía lo que fue toda esa frustrada década de los 90 que se plegó con armas y bagajes al pensamiento neoliberal que hoy está teniendo sus efectos en su propia cuna, los Estados Unidos, no podrá avanzar con una nueva propuesta, que lo ponga del lado de lo nacional, de lo popular y del latinoamericanismo.

Hasta el momento lo más removedor, en materia de ideas y de gestualidad política, son los 12 puntos con los que el senador Jorge Larrañaga se presentó ante los uruguayos, para dar con tierra con la recolección de firmas para bajar la edad de imputabilidad.

En esos 12 puntos hay un planteo de claro corte progresista, que coloca al wilsonismo de Larrañaga más cerca del Frente Amplio que del líder colorado Pedro Bordaberry y del doctor Luis Alberto Lacalle, que en el imaginario político uruguayo son los dos referentes de la derecha, aunque el segundo haya sido un opositor a la dictadura cívico-militar.

Incluso esta salida pública de Larrañaga lo ha colocado dentro de una perspectiva de frente grande, tal como lo promovió Raúl Sendic a la salida de la dictadura y cuando los Tupamaros no habían ingresado al Frente Amplio. Por algo el diputado colorado Germán Cardozo no dudó en gritar a los cuatro vientos que Larrañaga actúa «como el primer soldado del presidente Mujica».

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje