Policía Técnica analiza muestras de sangre y pelo extraídas a un sospechoso

El crimen de Susana Manzur revive en el ADN

Las mismas se encuentran ahora en los laboratorios de la Dirección Nacional de Policía Técnica (DNPT), cuyos expertos procederán en los próximos días a presentar su informe con los resultados obtenidos.

Los peritos deberán cotejar el perfil genético del sospechoso, con los indicios recabados en la escena del crimen de la modelo Susana Manzur, ocurrido en mayo de 1996. En aquella oportunidad los investigadores policiales encontraron en el cadáver y en la casa algunos elementos de los que se puede extraer ADN, y que contendrían la información del o los implicados en el crimen.

Entre los rastros se cuentan varios tipos de cabellos y semen. El sargento que revistaba en la DNII accedió a que se le practicaran las pruebas, aunque las fuentes a las que accedió LA REPUBLICA indicaron que el magistrado a cargo del expediente hubiera ordenado que igual se realizaran en el caso de que el ex funcionario se hubiera opuesto.

Fuentes en la Policía Técnica explicaron que el pasado jueves por orden del magistrado competente se ordenó la extracción de estos elementos para ser analizados y cotejados con los indicios de aquel entonces. Los estudios, que llevarán varios días, permitirán o no vincular al sospechoso con el caso en base a los elementos que se poseen, o de lo contrario descartar este extremo.

Historia de comisiones

Desde que en la tarde de aquel día de mayo se conoció el asesinato de la modelo y empresaria, el expediente ha tenido un sinfín de idas y venidas, principalmente por el hecho de que la víctima tenía una larga lista de conocidos y, por tanto, una larga lista de posibles sospechosos que había que depurar.

Culminada esta etapa el cerco se estrechó lo suficiente en torno a un reducido número de personas. Se habla de dos, tres o cuatro eventuales implicados. La persona a la cual se le tomaron las recientes pruebas mantuvo en su momento una relación cercana con Manzur. En el primer gobierno de Julio María Sanguinetti el hoy ex sargento procesado por extorsión llegó al Edificio Libertad a través del pase en comisión desde la Jefatura de Policía de Montevideo. Por su parte la modelo, empresaria y funcionaria pública, se desempeñó hasta mayo de 1981 en la Dirección Nacional de Aduanas.

Mediante el mecanismo del pase en comisión fue trasladada al Tribunal de Cuentas y por recomendación de un legislador posteriormente desembarcó en el Edificio Libertad, también en el primer gobierno de Sanguinetti. Primero estuvo en la Pro Secretaría, después en Contaduría y finalmente en el Servicio de Prensa y Difusión. Haciendo uso de una licencia sin goce de sueldo en esta repartición fue que Manzur murió degollada.

Ese mismo año el policía pasó en comisión, una vez más, en este caso a la DNII, en donde revistó hasta que la semana pasada la Seccional 11ª lo detuvo tras comprobar su participación, junto a un civil, en un caso de extorsión. La Justicia lo procesó con prisión y al momento de ser fichado por Técnica fue que se le sacaron muestras de cabello y de sangre.

La escena

Manzur tenía 38 años al momento de ser ultimada. Era polifacética e independiente, en cuanto al manejo de sus relaciones personales. Sus vecinos de Pocitos, y más precisamente del edificio de Rivera y Soca donde vivía, en su momento dieron fe del gran movimiento de personas que se daba en el apartamento 902.

Además de sus trabajos ya reseñados, la mujer tenía un programa radial todos los días que se emitía de madrugada, y al momento de morir estaba abocada a lanzar al mercado dos publicaciones. El misterio de su muerte –alimentado por el hecho de estar aún sin resolver y por los ámbitos en los que se desenvolvía– continúa siendo hoy por hoy impenetrable.

Sobre las 16 y 30 del 23 de mayo de 1996 personal de la Seccional 10ª y de Radio Patrulla llegó hasta el apartamento de la víctima. La encontraron sobre un sofá con un profundo corte en el cuello, varios puntazos en el tórax y una de sus piernas atadas al mueble en el que yacía. En un primer momento los investigadores no advirtieron la falta de valores, por lo tanto el robo fue descartado.

Sin embargo, en ulteriores pesquisas surgieron algunos elementos que, si bien no hacen pensar en el hurto como móvil, sí evidencian la sustracción de materiales que podrían comprometer al o los homicidas. Entre ellos un archivo de su computadora, hojas de su agenda y varias fotografías. Ahora, desde el juzgado, se aguarda el informe de Policía Técnica para saber si se confirmaron hipótesis de trabajo o si las sospechas sobre el ex policía se desvanecen. *

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