De enredos y órdenes del amor

Por medio de las Constelaciones Familiares podemos descubrir la incidencia de los mandatos, mitos y «lealtades invisibles» de nuestro sistema familiar, incluso de varias generaciones atrás. Al integrar y reconocer a nuestros ancestros, podemos transformar y soltar estos enredos sistémicos, saneando y equilibrando nuestros vínculos, restableciendo un orden interno que nos da plenitud, reconciliación y paz interior.

 

LOS ENREDOS SISTEMICOS

Como seres vivos, sabemos instintivamente que la pertenenci a (a nuestra familia, tribu, clan o sociedad) garantiza nuestra supervivencia. Si a un bebé le falta el abrigo, la protección, el amor y el alimento de su madre, su vida peligra. Por lo tanto, desde muy temprano estamos dispuestos a hacer lo que sea para pertenecer, siguiendo al pie de la letra las pautas que nuestro sistema exige para no dejarnos fuera, siendo profunda y ciegamente leales a él.

Como seres gregarios, para pertenecer debemos vincularnos con los demás miembros del grupo, de un modo más o menos ordenado, siendo necesarias ciertas reglas y jerarquías. A estas leyes que rigen secretamente el funcionamiento y el intercambio de los núcleos humanos y que condicionan irreversiblemente nuestra manera de actuar, Bert Hellinger las llama «Órdenes del Amor».

En su vasta experiencia terapéutica, Hellinger detectó órdenes que rigen los vínculos intergeneracionales, exigiendo el respeto a los ancestros y especialmente a los padres; órdenes que garantizan el equilibrio del intercambio en las parejas, estableciendo un balance entre el «dar y el recibir» y también reconoció la existencia de órdenes propias y específicas de cada familia.

Pero descubrió además que la transgresión de estos «Órdenes del Amor» tiene graves consecuencias en el sistema, que llegan a manifestarse como severas patologías.

 

DEL AMOR CIEGO AL AMOR QUE VE

Al trabajar con el enfoque sistémico consideramos que toda patología individual es el síntoma de un conflicto familiar y que el miembro de la familia que carga con el problema o la enfermedad, es tan sólo el emergente del sistema. Hellinger señala además que estas patologías sirven al sistema, hacen algo por él y lo hacen por la profunda lealtad de la persona hacia su sistema, o sea, por amor.

Al sacar a la luz las dinámicas ocultas, las Constelaciones Familiares transforman ese amor leal que actúa ciegamente, el «amor ciego», en «amor que ve» , en amor que integra, que reconcilia y que cura.

 

¿QUÉ ES CONSTELAR

Constelar es básicamente configurar , es decir, representar o escenificar el sistema familiar. Se puede constelar de forma individual, ya sea con pequeñas figuras, muñecos, palitos, almohadones, etc., pero la modalidad más rica del trabajo son los talleres grupales. En ellos, la persona plantea el tema que desea trabajar y en base a esto configura su sistema familiar, eligiendo para ello personas del grupo, que sirven de representantes de los distintos miembros de la familia y son ubicados en el espacio como piezas en el tablero de un juego.

Aquellos que son elegidos como representantes no tienen que «actuar» un papel, sino simplemente ocupar el lugar que les fue asignado, centrarse y eventualmente desplazarse por el espacio o manifestar las sensaciones que surgen en ellos.

A partir de allí se desarrolla un proceso vivencial en el que pueden verse con una claridad asombrosa los hilos que mueven al sistema, dónde se originan sus enredos, cómo surgieron y por qué se reproducen.

En este proceso, el terapeuta, el cliente, los representantes y demás participantes se entregan, sin juicio y sin intención a los movimientos que surgen de la propia configuración. Los desplazamientos, gestos y expresiones que surgen de los propios representantes van conduciendo hacia una configuración alternativa o imagen de solución.

 

MOVIMIENTOS DEL ALMA

Hellinger los llama «Movimientos del alma», ya que son la manifestación dinámica del «alma familiar» ­el inconsciente colectivo del sistema- que se revela al entrar, por medio de una Constelación, al campo mórfico de la familia. El biólogo Rupert Sheldrake habla de campos mórficos o morfogenéticos para referirse a la memoria, al registro genético e histórico del sistema, información accesible para todos los miembros del sistema en cualquier momento.

Al configurar la familia recreamos este campo mórfico, que los representantes pueden captar con asombrosa exactitud, trayendo al plano consciente la información que echa luz sobre el verdadero problema y abre el camino hacia su solución.

El éxito de las Constelaciones radica en que sus efectos, disparados en una breve intervención, operan a un nivel muy profundo, actúan durante meses incluso años, y alcanzan a todos los miembros del sistema. Operan en un nivel muy sutil, pero al tocar el «alma familiar», tocan el alma de todos aquellos que pertenecen, transformando sus vínculos y sus vidas.

Actualmente, la metodología se aplica también a empresas, organizaciones e instituciones (Constelaciones organizacionales) y en el ámbito educativo.

(*) Antropóloga Social y Visual; Instructora en terapias corporales de la Fundación Río Abierto Internacional; Facilitadora en Constelaciones Familiares por el Instituto de Terapia Integrativa Sistémica Familiar y de Pareja de Berlín.

constelacionesuruguay@yahoo.com

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje