masonería femenina en expansión

licia Toyos Yánez sostiene que «a la luz de la realidad de hoy, la polémica de la mujer en la Masonería ya no tiene sentido alguno»; no obstante, admite que al respecto hay «mucha confusión, incluso entre los integrantes de diferentes agrupaciones masónicas que parecen ignorar algunas de las órdenes donde trabajamos las mujeres».

Por esta razón, considera necesario realizar un relato acerca de cuál ha sido «el camino masónico que hizo la mujer uruguaya hasta nuestros días», partiendo de que «en la época en que se reorganiza la Masonería -en 1717 en Inglaterra- era casi impensable que una mujer pudiera integrarla». Esto, desde su perspectiva, se debe a que «en esa época la mujer no era considerada libre, no fue excluida por una cuestión iniciática o relacionada con la tradición; sino por un hecho histórico: en aquella época:’ las mujeres vivían y morían bajo la tutela masculina».

Esto fue cambiando paulatinamente en Francia y luego de «tan solo 60 años», en 1774 la mujeres «integraron la Masonería de adopción que trabajaba bajo la tutela de la masculina», lo que «inexorablemente desembocó en las logias femeninas independientes», cuenta la Serenísima Gran Maestra.

Recién en 1882 en Francia se funda la primera orden mixta, llamada Orden Masónica Mixta Internacional «Le Droit Humain», y más tarde, desde Buenos Aires donde dicha orden tenía una federación, se crea la primera Logia mixta en el Uruguay, llamada Eleusys Nº 1206 en el año 1973. Más tarde, esta Logia mixta se independiza de la federación que le dio origen y «es considerada Logia pionera dependiendo directamente del Supremo Consejo que está en París, Francia» .

En 1982 se funda otra orden mixta llamada Gran Oriente Latinoamericano (GOLA) bajo los auspicios de un Supremo Consejo también internacional que tiene logias en toda América y cuyo Gran Maestre es uruguayo.

Producto de una de las logias montevideanas del GOLA, nace Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal (Gofmu) en 1998. Esta fue la logia que el pasado 20 de setiembre organizó ­en el marco de la conmemoración del Día del Libre Pensamiento de la Unidad Italiana- una mesa redonda sobre «¿Qué lugar para la mujer en la Masonería?», de la cual La República de las Mujeres dio cuenta en ediciones anteriores.

 

INDEPENDIENTES DESDE 2004

En 2004, un grupo de mujeres masonas que integraba la Orden Masónica Mixta Internacional «Le Droit Humain», fundó la primera logia estrictamente femenina, la Respetable Logia Fe, bajo los auspicios de la Gran Logia Femenina de Chile. » De esta forma las mujeres uruguayas encontraban nuevas oportunidades para elegir cómo trabajar masónicamente», asevera Toyos.

Según ella, «si la Masonería fue un aporte importantísimo en la historia de muchos países e influyó en la formación de las sociedades, no se puede pensar en dejar a la mitad de la población del mundo fuera de esa empresa». «De hecho, esto fue ampliamente analizado por un gran masón visionario que se dedicó durante muchos años a trabajar para que la mujer tuviera su espacio en la Masonería y en especial en logias estrictamente femeninas», por lo que no significa tampoco una novedad.

«Mucha razón tenía cuando nos decía que al fundarse la Masonería femenina las mujeres se iban a sumar masivamente. En muy poco tiempo la Masonería femenina uruguaya tuvo un crecimiento casi inédito en América. Además también como él lo sostenía, tuvo una gran aceptación dentro de la Masonería tradicional masculina», agrega la Gran Maestra.

 

UNA REALIDAD MUNDIAL

Y esto no ocurre solamente en Uruguay: «Hoy día la Masonería femenina es reconocida y apoyada no solamente por la Gran Logia Unida de Inglaterra, sino por toda la Masonería masculina universal ­amplía Toyos- y si bien es cierto que La Gran Logia de Inglaterra es dueña de la Regularidad, también es cierto que jamás prohibió a nadie hacer Masonería de las más diversas formas».

Ahora bien, para que «no se desvirtúen los conceptos, principios y fundamentos, como cualquier otra institución tiene sus ordenanzas y reglamentos -dice Toyos- las bases de esos reglamentos tienen un nombre específico para los masones y todo aquel que se separe de esos principios se separa de la Regularidad». En ello se centra, fundamentalmente, el meollo del asunto para la Serenísima Gran Maestra, que no obstante relativiza: «Quizás deba haber una revisión y adaptación a los tiempos de estos estatutos. Pero a la luz de la realidad el
artículo donde se excluye a la mujer perdió prácticamente su validez, incluso en otras dos partes de ese mismo artículo que habla de lisiados o mutilados de guerra y de esclavos».

«La mujer masona ya es una realidad acá, en Inglaterra y en todos los países del mundo», asegura Toyos, aclarando que «se tiene la certeza que las mujeres, aunque en casos aislados, participaron de las logias desde remotos tiempos, tanto en Inglaterra como en Francia».

Toyos, además, está persuadida de que » la Masonería puede salvar al mundo. La consigna es hacer que más y más hombres y mujeres la integren y puedan extraer de ella el tesoro que tiene para brindarnos» . Sin querer «ser elitista», se ve en la necesidad de decir también «que no es para cualquiera; así como para ser médico o abogado se necesita tener cierto perfil, para ser masón o masona se necesitan ciertas cualidades».

Toyos cree que » Energéticamente, al trabajar las mujeres por un lado y los varones por otro, las energías femeninas y masculinas se potencian en sus posibilidades de acción». A su juicio , » Esto está demostrado en todo el mundo» y es la razón por la cual «la Masonería tradicional fomenta la formación de logias masculinas y femeninas y no las mixtas».

 

COMPLEMENTARIEDAD

«En nuestro país está demostrado que la Masonería femenina, la cual tengo el honor de dirigir, es la de mayor reconocimiento y compatibilidad con los principios y fundamentos de la Masonería tradicional», asegura Toyos, aclarando además que la Masonería femenina y masculina nunca estuvieron «enfrentadas o enemistadas», sino que » en realidad son complementarias«.

Según la Gran Maestra, «Las mujeres masonas no nos sentimos relegadas. Hemos comprendido el sentir de aquellos hombres de la Edad Media y de los fundadores de la Masonería de 1717, llamada Moderna. Aún comprendemos a aquellos que en la actualidad no nos reconocen como masonas». No obstante, dice creer profundamente que en el tema de la igualdad: «Debemos luchar sin perder de vista nuestra propia identidad, nuestra historia y evitar comparaciones estériles. Las mujeres que forman la Gran Logia Femenina del Uruguay no deseamos discutir si se nos considera regulares o no. Estamos demasiado absortas en formarnos espiritual e intelectualmente para enfrentar los problemas que aquejan a nuestra sociedad y al mundo».

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