SÍFILIS: MUCHO MÁS QUE UN FANTASMA DEL PASADO

Si bien la sífilis, el cólera, el dengue, etc. son muy diferentes entre sí, lo que tienen en común es que afectan más a las personas que conviven todos los días con la pobreza y entre ellas, las más vulnerables: mujeres, niñas y niños porque, entre otras razones, no pueden elegir evitar el contagio. La sífilis no es la excepción, aunque no son sólo los pobres los que se contagian de esta bacteria cargada de historia y estigmatización social.

En estas últimas semanas se dieron a conocer las estadísticas que registra la clínica ginecológica del Hospital Pereira Rossell, muy concluyentes al respecto. Desde 2005 los casos de mujeres con sífilis en el parto siguen creciendo: 1,7% en 2003, 1,5% en 2004, 1,5% en 2005, 2,5% en 2006, 3% en 2007. En 2008, la tendencia se mantuvo: el 3,5% de las mujeres que parieron en ese establecimiento o fueron derivadas hacia el mismo tenía sífilis. Hubo 7943 nacimientos, 277 madres tenían sífilis y 209 niños (2,6%) nacieron con sífilis. La progresión entre los recién nacidos había sido de 1,4% en 2003, 0,7% en 2004, 0,5% en 2005, 1,3% en 2006, 2,1% en 2007.

El dato conocido más fresco es del mes de abril de 2009: a la puerta del hospital público llegaron 26 mujeres embarazadas portadoras de sífilis (20% de ellas no estaba controlado; el otro 80% había sido controlado más de una vez, con diagnósticos y tratamientos, pero no se logró captar a sus parejas sexuales y hubo recontagios); 23 niños nacieron con sífilis congénita.

Hasta aquí las cifras que refieren a la mayor maternidad del país. Aunque estos números no hablan de la población uruguaya en su totalidad, marcan una clara tendencia al aumento de la enfermedad que parece haber llegado para quedarse.

 

CONTROL DEL EMBARAZO, UNA DE LAS CLAVES

En un país tan pequeño como el nuestro, cuesta creer que no se pueda detectar a tiempo esta enfermedad o proponerse la erradicación de la sífilis congénita.

La explicación médica es que todavía un número significativo (no mayoritario) de mujeres no controla su embarazo y va al hospital solamente en el momento de parir. En los controles, mediante un examen muy simple, se podría detectar y solucionar a tiempo el problema, aunque las diagnosticadas y tratadas se reinfectan en un porcentaje muy alto sin lograr evitar la transmisión de la sífilis al feto. De ahí el espectacular crecimiento de la sífilis congénita.

Aquí la medicina se encuentran con un problema que le resulta muy difícil resolver: el no involucramiento de las parejas sexuales en el tratamiento de la enfermedad. La sífilis es una enfermedad de notificación obligatoria, pero esto no significa obligar a las parejas que con demasiada frecuencia no acuden al centro hospitalario pese a ser citados y, al menos hasta ahora, no se ha encontrado la forma de llegar a ellos. Por supuesto, aunque parezca una obviedad, esto implica que quienes están enfermos seguirán contagiando.

El 28 de mayo pasado, en su exposición en el XV Congreso Uruguayo de Ginecología y Obstetricia, la doctora Libia Cuevas, presidenta de la Sociedad contra infecciones de transmisión sexual, afirmó que esta no captación de los padres ha llevado a que en muchas policlínicas ?Casavalle, Jardines del Hipódromo, Rincón de la Bolsa, Las Piedras, por ejemplo- se estén entregando preservativos a las mujeres embarazadas, para tratar de impedir que la madre vuelva a infectarse. «Pero esa es una campaña que recién ha empezado y hay mucha resistencia porque el hombre en general piensa que es para evitar embarazos. Si la mamá está embarazada, ‘¿para qué usar condón?’ Esto viene de muy largo tiempo?, precisó.

Por si fuera poco, en términos de costos también hay diferencias: mientras la realización del diagnóstico cuesta $253 (un simple examen de sangre) y su tratamiento es sumamente accesible mediante la penicilina, un neonato con sífilis -si logra sobrevivir- representa un gasto aproximado de US$ 22.000, para no hablar de las consecuencias en términos de salud.

En el imaginario colectivo nacional, la sífilis todavía es una enfermedad del pasado, asociada al 900 y los ?vergonzosos pecados de la carne?. Lo cierto es que este rebrote, en términos comparativos, coloca a Uruguay en los guarismos de Bolivia o Perú. Tratándose de una infección perfectamente tratable con antibióticos como la penicilina, disponibles en la amplia cobertura de salud existente, su propagación parece inadmisible y, por supuesto, repercute en las tasas de natalidad y mortalidad perinatal del país, a la vez que atenta contra la calidad de vida de mujeres y niños.

 

EL FACTOR MASCULINO

Todavía se discute si Colón llevó la sífilis de América o la bacteria ya existía de intercambios más antiguos entre vikingos y bárbaros de otra especie. Pero la más famosa y legendaria enfermedad de transmisión sexual, padecida por reyes, conquistadores, artistas, escritores o ?chicos malos? como Al Capone, crece hoy como reguero de pólvora en todo el mundo.

Aún países tan alejados de Occidente como China, de acuerdo a la revista especializada británica ?The Lancet?, en poco más de una década aumentaron los casos de sífilis en un 500% y en un 72% en los recién nacidos. La explicación se reduce a un esquema de comportamiento global muy simple: aún en tiempos del sida, la gente no utiliza preservativos y se arriesga, total, la sífilis, es curable (detectada a tiempo) y el VIH ?ya? puede ser tratado como una enfermedad crónica mediante los retrovirales.

Mientras en nuestro país sólo tenemos cifras de Salud Pública ?lo que a muchos hace creer que afecta nada más que a un sector de la población-, en el mundo se manejan estadísticas alarmantes y políticas focalizadas casi siempre hacia el ?factor masculino?. Al menos ese es el caso de Estados Unidos, cuyas campañas publicitarias incitan a su población masculina a hacerse los test que detectan no sólo el VIH sino la sífilis. Se entiende que quienes la padecen están más expuestos a adquirir el VIH -o viceversa- y por eso son vinculantes. En ciudades como Nueva York, Chicago o San Francisco, estas campañas se han focalizado en la población masculina homosexual y bisexual. La ?simpática? campaña ?Penes saludables? (2002-2005) de la ciudad gay más legendaria de ese país fue muy positiva: concurrieron más hombres a hacerse los test y tristemente se identificaron muchos nuevos casos de sífilis entre portadores de VIH (60%).

En España, donde el rebrote de la sífilis se detecta en algunas zonas con un crecimiento de 60 o 70% en el mismo período de tiempo que reflejan las cifras del Pereira Rossell -Madrid, Andalucía, Cataluña- ,sorprende saber que la cuarta parte de los españoles (32% de los varones y 24% de las mujeres) todavía mantienen relaciones sexuales sin ningún tipo de protección. Este país tiene más estudiado el perfil de los que se contagian de sífilis ?también de gonorrea, otra enfermedad venérea que asoma en el horizonte- No son simplemente los adolescentes o jóvenes que vivieron ajenos al nacimiento y expansión del sida en el mundo. Tampoco personas sin cultura ni preparación o de bajos recursos. De acuerdo con la Fundación para la Investigación y Prevención del Sida en España (Fipse), el perfil del afectado de sífilis se corresponde con el de un hombre de casi 35 años, con estudios secundarios o superiores (58%), un poco más joven entre los casos de gonococia (31,6) y las mujeres. Seis de cada diez son españoles y los cuatro restantes inmigrantes procedentes en su mayor parte de Latinoamérica y, en menor medida, de Europa del Este y África subsahariana. Las prácticas homosexuales no protegidas son mayoría (63.1%), sin olvidar entonces que casi un 40% resulta de relaciones heterosexuales sin condón.

 

PELIGROS DEL FUTURO

¿Qué pasará en el futuro? Las proyecciones no son nada alentadoras, como puede apreciarse en el mapamundi de la OMS (2008). Un experto en tratamiento de enfermedades venéreas en Madrid,
Jorge del Romero, completa este panorama con una afirmación tristemente válida a escala planetaria: ?Todo empieza cuando la enfermedad (VIH-sida), a la que muchos pusieron la etiqueta de castigo divino para homosexuales y promiscuos, pasa de ser mortal a convertirse en crónica. La gente entonces comienza a bajar la guardia y a prescindir cada vez más del condón. Es cuando otras infecciones como la sífilis, la gonorrea o el virus del papiloma humano -la más desconocida y grave de todas las ITS (infecciones de transmisión sexual), pues está relacionado con un número muy elevado de cánceres de cuello de útero- renacen tras años de silencio, tanto en heterosexuales como en gay. Y lo peor es que esto no ha hecho más que empezar?.

 

SIFILIS EN URUGUAY

Año  

Nacimientos  

Embarazadas  

Recién nacidos

2003  

9.200  

152 (1,7%)  

131 (1,4%)

2004  

7.896  

122 (1,5%)  

59 (0,7%)

2005  

7.869  

115 (1,5%)  

39 (0,5%)

2006  

8.647  

214   (2,5%)  

117 (1,3%)

2007  

8.191  

245 (3%)  

175 (2,1%)

2008  

7.943  

277 (3,5%)  

209 (2,6%)

Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR)

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