Venezuela: instrucción militar para los civiles

Los integrantes de la Reserva militar y de la Guardia Territorial, lanzadas por el presidente Hugo Chávez en abril de 2005 por si a Estados Unidos se le ocurre invadir Venezuela para apoderarse de su petróleo, como él denuncia, comenzaron a ser entrenados el 4 de marzo, durante 20 sábados consecutivos.

Teresa Téllez, que el último sábado participó junto a algunos centenares de guardias territoriales en un entrenamiento de «orden cerrado y desfile» en las calles de Cúa, 35 km al suroeste de Caracas, tendrá su bautismo de fuego el sábado próximo, en el cercano fuerte Guaicaipuro, en su primera instrucción de tiro e infiltración.

Casada con un taxista, con un hijo de 31 años y dos nietos, Teresa dijo a la AFP que se inscribió en la Guardia Territorial hace un año «por amor a mi patria, para defender nuestra idiosincracia, nuestro folclore, lo nuestro, y no caer en manos del imperialismo».

A pesar de haber superado el límite de edad para recibir entrenamiento militar -50 años-, Teresa podrá hacerlo porque es maratonista desde hace 20.

«He corrido en Colombia, Trinidad y en la maratón de Nueva York», dijo, con sus ojitos brillando debajo de su pesado casco de guerra.

Explicó que no trabaja, que estudia derecho gracias a una de las misiones impulsadas por Chávez, pero que todavía no recibió una beca del gobierno.

«Chávez me despertó del letargo», dijo Teresa. «Fue el único político que se acercó a su pueblo, que utiliza el mismo vocabulario del pueblo, que se ha preocupado por la educación», subrayó.

La Asamblea Nacional reformó en 2005 la ley orgánica de la FAN para reorganizar a nivel municipal la Reserva y crear la Guardia Territorial.

El año pasado fueron formados 20 batallones de reserva, integrados por voluntarios que ya pertenecieron a la FAN o hicieron su servicio militar, y en abril serán creados otros 22, dijo a la AFP el teniente coronel Rafael Angel Faría Villalobos, comandante del batallón de reserva «batalla de Charallave», que nuclea 9 municipios y está acantonado en el fuerte Guaicaipuro.

Precisó que en su batallón revistan «mil y pico de integrantes», encuadrados por 20 oficiales de la FAN, y que en su jurisdicción, que incluye Cúa, «están inscriptos 5.000 guardias» territoriales.

Indicó que «la Guardia Territorial se utilizará en caso de una invasión extranjera. Va a actuar en todo el municipio, en una guerra de resistencia, junto a la reserva».

«Estamos enseñando a la gente a cortar la luz, cortar el agua, bloquear las entradas de la ciudad, las carreteras, sacar las alcantarillas, hacer bombas Molotov», dijo el comandante.

Precisó que «también reciben entrenamiento de orden público, para que sirvan como complemento de la Guardia Nacional» en caso de disturbios callejeros.

Interrogado si también reciben instrucción ideológica, sobre el socialismo del siglo XXI que impulsa el presidente Chávez, el comandante Faría respondió: «Por el momento no».

Las autoridades militares estiman que dos millones de venezolanos, de una población de 26 millones, podrán encuadrarse en la Reserva y en la Guardia Territorial.

La reserva será armada con los fusiles FAL de la FAN, cuando ésta reciba los 100.000 kalashnikov comprados a Rusia.

«Tengo entendido que las armas que vienen, rusas, vienen a reemplazar el FAL, y este armamento que está en buen estado pasará a disposición de los batallones de reserva», dijo Faría.

El sábado pasado en Cúa, marchando al rayo del sol, aprendían «disciplina, obediencia y subordinación» hombres y mujeres, estudiantes del instituto universitario de la FAN, un pelotón de niños hijos de guardias territoriales, y un grupo de ancianas, las dos mayores de 79 años. La mayoría provenía de los estratos más pobres de la población.

«Simón Bolívar», gritaba el mayor instructor, «padre de seis naciones», respondían al unísono los reclutas.

«El día del entrenamiento reciben 16.000 bolívares (7,45 dólares), desayuno, almuerzo y cena», explicó el comandante Faría.

«También tenemos una oficina de atención social al ciudadano, donde le canalizamos -al reservista y al guardia- las necesidades sociales, en relación a la vivienda, a la salud; por ejemplo si un enfermo precisa viajar a Cuba para recibir atención», precisó el comandante. *