Están previstas unas noventa manifestaciones en Nueva York

Miles de policías alertas por la reunión cumbre

Marcelo Raimon – Nueva York, ANSA

La Administración Clinton y la alcaldía de Nueva York, bajo el mando del polémico Rudolph Giuliani, no quieren ningún tipo de sorpresa desagradable durante la reunión, y por ello tienen los mejores equipos antiterrorismo en las calles de la ciudad.

Por ahora, mientras comienzan a llegar los mandatarios para la cumbre que empieza oficialmente el miércoles, las ultra especializadas brigadas antiterrorismo sólo tuvieron que intervenir para arrestar cinco personas, cuatro de ellas manifestantes contra el régimen iraní.

Una persona fue detenida cuando intentaba arrojar pintura amarilla –el «color de la vergüenza», explicaron– contra el automóvil de Mohammad Khatami, el presidente iraní. Los otros portaban pintura del mismo color en los alrededores del hotel donde se aloja la delegación.

La policía de Nueva York espera que durante estos días se desarrollen unas noventa manifestaciones alrededor de la cumbre, aunque ninguna de ellas –ni tampoco en conjunto– tendrá la envergadura de las protestas de Seattle –a fines de 1999– ni Washington DC, en abril de 2000.

Los grupos anti-globalización que protagonizaron los choques de Seattle y Washington no anunciaron manifestaciones contra la cumbre de la ONU. Giuliani, por su parte, dijo que los servicios de inteligencias de la comuna no prevén protestas violentas.

Cientos de policías están apostados varias cuadras a la redonda del Palacio de Vidrio, y es imposible traspasar las vallas sin las credenciales correspondientes emitidas por la ONU para la oportunidad.

Vallas de ocho metros de longitud, un metro de altura y unas 15 toneladas de peso fueron instaladas en las intersección de la 1 y 2 avenidas, y las restricciones de circulación fueron extendidas a todo el vecindario que rodea el Palacio de Cristal.

Las televisoras locales, en plena jornada de feriado por el Labor Day (día del trabajo) mostraban hoy entrevistas con divertidos habitantes de la ciudad que tomaban con humor los estritos cortes callejeros y los consecuentes problemas en el tránsito. Las sonrisas se tranformarán en gruñidos a partir de mañana, cuando la ciudad recupere su alocado ritmo callejero y los autobuses, taxímetros y automóviles particulares se vean obligados a cambiar sus recorridos. La primera avenida, por ejemplo, ya está cortada entre las calles 34 y 63.

Las calles están ocupadas hoy con patrullas policiales, agentes con perros adiestrados y elementos de los servicios secretos, además de llamativos camiones en la primera avenida en sus intersecciones con las calles 42 y 44, y en la segunda avenida con la 46.

Los camiones del servicio de limpieza están rellenos con arena, convirtiéndose así en una especie de muralla móvil que puede detener el avance de un blindado.

Entre los camiones, en cambio, podrán transitar las 170 caravanas de delegaciones oficiales, que movilizarán unos 1.300 automóviles.

Los líderes «estarán protegidos mejor que en cualquier otra parte del mundo, pero lo que me preocupa es que algunos de ellos son seres humanos despreciables y horribles», dijo el viernes Giuliani, el alcalde conservador que hace tres meses abandonó la disputa electoral por una senaduría, frente a la primera dama Hillary Clinton. Giuliani dijo que el despliegue representa «un gran esfuerzo» para la ciudad de 7,3 millones de residentes, pero admitió también que la reunión trae importantes beneficios a la ciudad, que seguramente compensarán los más de diez millones de dólares en gastos extra.

Entre los gastos de seguridad se cuentan las cámaras de televisión de circuito cerrado instaladas en los techos y adyacencias de la ONU. Las tapas de hierro de la vía pública fueron soldadas y neutralizadas azoteas y alturas desde las cuales puedan llegar eventuales amenazas.

En el río del Este, que corre por detrás de la ONU, habrá embarcaciones de patrulla del Servicio de Guardacostas y de la policía de Nueva York y el espacio aéreo estará cerrado a todos los vuelos, excepto los helicópteros policiales.

Llamativas carpas fueron instaladas en los ingresos por donde circularán los dignatarios, para cerrar aún más el campo de visión de eventuales francotiradores.

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