Un órgano faccioso manipuló los votos tras las elecciones presidenciales

México, un país dividido

unos días después del proceso electoral más reñido en la historia reciente de México, la autonomía de los integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) está en duda.

Los motivos de esta falta de credibilidad se acumularon rápidamente: el pésimo manejo político y de comunicación que se evidenció en el traslape del mensaje de Luis Carlos Ugalde con el de Vicente Fox la noche del 2 de julio; el fiasco informático que resultaron ser el conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP); la orden a los vocales ejecutivos para evitar que se abrieran los paquetes electorales en el cómputo distrital del miércoles 5 y la prisa por declarar a Felipe Calderón como ganador de la contienda cuando el cómputo final le corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf).

Para observadores ciudadanos, ex consejeros e incluso para integrantes de la estructura profesional del IFE, el Consejo General formó parte de un sospechoso operativo mediático e informático que, en lugar de dar certeza y transparencia a los resultados del 2 de julio, aceleró los procedimientos y favoreció a uno de los candidatos.

Clara Jusidman, ex directora del Registro Nacional de Electores e impulsora del Comité Conciudadano de Seguimiento del Proceso Electoral, lo resume así: «El IFE es como un portaviones guiado ahora por una tripulación de barco pesquero de ribera… con sus notables excepciones».

Y advierte que la debilidad del Consejo General proviene desde la elección de sus nueve consejeros ciudadanos «conformado por gente de Elba Esther Gordillo y amigos de Felipe Calderón o de su esposa Margarita Zavala».

Por su parte, el ex consejero del organismo Jaime Cárdenas advierte también en los actuales integrantes del Consejo General una «actitud de sumisión, de miedo, de interpretación de la ley como si fueran policías, con el debido respeto a los agentes de tránsito».

Cárdenas apunta que actitudes erráticas como las que se advirtieron en los mensajes sobrepuestos de Luis Carlos Ugalde y Vicente Fox la noche del 2 de julio, la precipitación para terminar el cómputo de los distritos y la negativa a abrir los paquetes electorales «hablan de una intromisión indebida a la autonomía» del IFE y «pueden constituir un elemento para la impugnación» en el Tepjf.

 

Sincronía sospechosa

A las 23 horas del 2 de julio, millones de ciudadanos presenciaron en cadena nacional dos mensajes televisivos con escasos 10 segundos de diferencia. Fueron «enlazados por Cepropie», el Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales de la Presidencia, según informó Joaquín López Dóriga.
Cuando todos los votantes esperaban información concreta sobre las tendencias, Luis Carlos Ugalde y Vicente Fox aparecieron en perfecta sincronía para decir los mismo: que los «científicos del Comité Técnico del conteo rápido no pudieron determinar quién era el candidato ganador».

También llamó la atención la similitud de los llamados a los partidos y candidatos para que no realizaran movilizaciones. Ugalde afirmó: «En nombre del IFE, exhorto a los partidos, a los candidatos, a los gobiernos federal y locales, a los medios de comunicación, a los medios, a los organismos de la sociedad civil, para que actuemos con toda la responsabilidad que México merece… Todos los mexicanos esperan un comportamiento ejemplar de partidos y candidatos. Todo el país demanda la prudencia que el momento y el futuro de México requieren».

En su mensaje, con cuatro ediciones y grabado a dos cámaras, Fox exhortó: «La ciudadanía ya emitió su decisión en las urnas y la sociedad espera que los candidatos y partidos que participaron en el proceso electoral contribuyan al clima de confianza y tranquilidad que debe prevalecer después de una jornada cívica como la que acabamos de vivir hoy».

Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se contó entre los primeros en manifestar públicamente su extrañeza por la cercanía de ambos mensajes y la presunción de que en Los Pinos se conoció antes el resultado del conteo rápido del IFE.

Clara Jusidman recuerda que cuando se transmitió el mensaje, Valadés reaccionó en el «cuarto de paz» de las organizaciones ciudadanas: «¿Cómo es posible esto?».

Al respecto, el documentalista Carlos Mendoza, director de Canalseisdejulio, acusa al consejero presidente del IFE de «mentiroso», pues la producción de ambos videos revela que «es imposible que en menos de 15 minutos, según le reveló Ugalde en declaraciones a Carlos Loret de Mola, hubiera conocido el veredicto de los científicos del conteo rápido, hubiera redactado su texto para luego subirlo al teleprompter, producirlo y al mismo tiempo transmitirlo».

Consultado por Proceso, Mendoza considera que Fox conoció con anticipación el mensaje de Ugalde y el dictamen del comité técnico del conteo rápido, porque «es imposible que hubiera digerido en unos cuantos segundos lo que Ugalde acababa de anunciar y que, además, hubiera grabado un mensaje con más producción».

Para el documentalista, lo natural es que Fox hubiera aparecido varios minutos después y dirigiera un mensaje más coloquial y menos preparado.

El 7 de julio, Joaquín López Dóriga informó que para «evitar confusiones» entre Los Pinos y el IFE, acordaron que este organismo autónomo le adelantara a Fox el resultado del conteo rápido «para definir el tono del mensaje presidencial».

«Ya tenían previstos cuatro discursos –publicó López Dóriga en su columna En Privado, que publica en el diario Milenio–, uno para cada escenario: que ganara Calderón, que ganara López Obrador, un ganador con conflicto, un ganador sin conflicto, y el que usaron, el de too close to call.

«Los mensajes se comenzaron a grabar el mismo domingo a las 10 de la noche –Zedillo grabó el suyo hace seis años a eso de las nueve– y a las 10 y media quedaron listos y editados.

«A las 22:53, Ugalde llamó por teléfono a Fox para decirle que no contaría ganador ni tendencias por lo apretado de los conteos rápidos, y en Los Pinos rescataron el video correspondiente».

La sincronía tiene una historia más delicada para la autonomía del IFE. De acuerdo con informes internos de la propia institución, desde dos semanas atrás Ugalde sostuvo reuniones privadas con Vicente Fox para advertirle que, según sus propios estudios y encuestas, el resultado sería muy apretado entre Calderón y López Obrador. Previeron los posibles escenarios de conflicto.

Asesores del vocero presidencial, Rubén Aguilar, acordaron con Ugalde difundir mensajes para abrirle paso a la idea de un «empate técnico» que finalmente se resolvería con el famoso 0.6% de diferencia, porcentaje del que no se alejaron mucho el conteo rápido, el PREP ni el cómputo distrital.

Para redactar su mensaje, sus inflexiones de voz y hasta para responsabilizar en su discurso a «los científicos» del comité técnico del conteo rápido, el consejero presidente del IFE contó con una asesora de lujo: Ana Isabel Vázquez Colmenares, hija del ex gobernador oaxaqueño Pedro Vázquez Colmenares, amiga de Ugalde, especialista en comunicación política del ITAM, pero también ex asesora en Los Pinos. Ambos se encerraron en las oficinas de la Comisión de Radiodifusión para alistar la anticlimática aparición de Ugalde en cadena nacional.

Son muchas las huellas de la influencia de asesores gubernamentales en la estructura directiva del IFE. La carta que Ugalde hizo circular entre todos los vocales ejecutivos desde el 4 de julio para prohibir la apertura de paquetes electorales fue redactada por un ex c
olaborador del secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza.

Se trata del director de Servicios Legales de la Dirección Jurídica del IFE, Etienne Maximilien Alexandre Luquet.

Coincidentemente, el propio Abascal advirtió ante los medios de comunicación que no se permitiría abrir los paquetes electorales. El único consejero que le hizo un extrañamiento público fue Rodrigo Morales, quien le solicitó al funcionario que no se entrometiera en la autonomía del IFE.

 

Prohibido abrir paquetes

Aunque es conocido por sus decisiones lentas, tibias y hasta equívocas, Ugalde fue sorpresivamente ágil y contundente desde el 4 de julio para negarse tajantemente a que se abrieran los paquetes electorales durante el cómputo distrital.

La circular dirigida a todos los vocales ejecutivos de las juntas locales ejecutivas del IFE rechaza abiertamente esta posibilidad: «El escrutinio y cómputo de las boletas no procede bajo el argumento de transparentar o dar mayor certeza a los resultados, aludiendo supuestas irregularidades durante la jornada electoral o durante el desarrollo de las actividades de casilla».

En otra cuartilla adjunta, de la cual Proceso obtuvo una copia, el Consejo General instruye a los responsables del cómputo distrital: «La ley es muy clara, como quedó asentado, y se basa en que la etapa del cómputo de casilla fue realizada en su momento, también establecido en la ley, por los ciudadanos funcionarios de las mesas directivas de casilla, con la presencia de los representantes debidamente acreditados. Para mayor abundancia al respecto, debe entenderse entonces que podrá realizarse el cómputo de casilla en la sesión de cómputo distrital, cuando exista y sólo cuando exista una causal claramente tipificada en el código, y no hacerlo si no existen estas razones de ley».

Para Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, esta orden del Consejo General del IFE es una interpretación equivocada del artículo 247 de la Ley Electoral y restringe el derecho de los ciudadanos a tener certeza sobre el resultado de la elección.

En distintas declaraciones a medios, Valadés subrayó que «jurídicamente no hay impedimento» para abrir los paquetes electorales. El único problema es físico, por la gran cantidad de paquetes. Por eso sugiere realizar una selección aleatoria de los paquetes que se abrirán.

Eduardo Huchim, ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, recordó a Proceso que esa misma demanda se planteó en 1997, durante los comicios para elegir jefe de gobierno capitalino, y finalmente se aceptó «en aras de la transparencia y la certidumbre».

En algunos comités distritales, como en el XXIII, ubicado en la delegación Coyoacán de la Ciudad de México, sólo porque los seis consejeros ciudadanos se enfrentaron a la negativa del vocal ejecutivo del IFE se logró abrir 68 paquetes electorales. En otros casos, como en el distrito II de Ciudad Juárez, se llegó a los golpes por la misma razón.

 

Consejeros inconsistentes

Clara Jusidman subraya que existe un «vicio de origen» en los integrantes del actual Consejo General del IFE, porque fueron negociados entre Elba Esther Gordillo, entonces coordinadora de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, y el PAN de Felipe Calderón.

También responsabiliza a Pablo Gómez, entonces coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, quien por «necedad» se sostuvo en su propuesta a favor del ex consejero Jesús Cantú, «aún cuando el acuerdo era que ninguno de los consejeros anteriores repitiera».

«A la hora en que Pablo Gómez quiso negociar –rememora Jusidman, propuesta también a última hora por el PRD para integrarse como consejera ciudadana–, ya habían hecho la negociación el PAN y el PRI».

En todo caso, los consejeros «no son gente capacitada y formada realmente en el manejo de procesos electorales, que conozca a profundidad los procesos, aun cuando algunos de ellos han sido consejeros locales, como Lourdes López, o conozcan la estructura central del IFE, como Arturo Sánchez.

«En la experiencia de la relación con ellos –describe Jusidman–, realmente Andrés Albo ha tenido una actitud de apertura, de transparencia. Quiero reconocerle a él, que con más perspicacia nos ayudó en todo lo referente al monitoreo de medios. Teresa González es muy amable, gentil, abierta, pero no conoce los procesos, los mecanismos, los instrumentos. Con Rodrigo Morales nunca hubo un diálogo con los ciudadanos, excepto una media hora sobre el PREP y el conteo rápido. Virgilio Andrade estuvo en una reunión con el Comité Conciudadano y me pareció un hombre que conoce de derecho».

Jusidman y otros integrantes del Comité Conciudadano sostuvieron una reunión la noche del martes 4 con Arturo Sánchez, Andrés Albo, Lourdes López y Teresa González Luna. En esa reunión, Hugo Almada, integrante del comité, les reprochó los datos erróneos del PREP, y Sergio Aguayo y Denise Dresser les demandaron un manejo imparcial y equitativo de la información. Sobre todo, les reprocharon a los consejeros la falta de capacitación de muchos ciudadanos elegidos para trabajar en los comités distritales y en las casillas.

–¿Cómo fue la relación de las organizaciones ciudadanas con Ugalde? –se le pregunta a Jusidman.

–Yo creo que Ugalde nos usó, de alguna manera. Desató una serie de reuniones con varios mecanismos ciudadanos e invitaron a los miembros del comité técnico de la Ley de Fomento de Organizaciones Ciudadanas. Creo que era como procedimiento y no como un auténtico sentimiento de apertura y de diálogo, a diferencia de Andrés Albo.

–¿Hubo algún compromiso firme con Ugalde?

–No. Ugalde nos recibía, y punto. Era más para dar una imagen externa. A otros consejeros les advertimos del problema del envejecimiento del padrón, de cambios en los criterios para insacular a los ciudadanos en la capacitación, de cambios en criterios para declarar inconsistencias en las actas que se tenían. Sí hubo un diálogo, pero sentimos que no nos hicieron caso. Pedimos que revisaran como 20 distritos con cifras extrañas de ciudadanos insaculados que no se encontraron en el momento de irlos a visitar o muchas sustituciones de funcionarios de casillas.

–¿Cuál es el balance que hacen de la actuación del IFE después de este proceso?

–Nuestra propuesta es que hay que terminar de limpiar el instituto. Hay grupos o vocales ejecutivos en Veracruz y Chihuahua que responde a otros intereses y no estrictamente a los del IFE. Hubo inconsistencias sistemáticas en la capacitación. Por ejemplo, hubo funcionarios de casillas que no sumaban los votos anulados al total de votos. Eso fue una de las razones para abrir algunos de los paquetes.

–¿Qué hacer con los integrantes del Consejo General?

–El problema con el Consejo General es su desconocimiento del aparato, su falta de interés en conocerlo a profundidad, la ingenuidad en algunos de ellos…. y la otra, es un muy mal manejo político y de comunicación, que fue pésimo.

«Esta pérdida de autonomía, este fiasco sobre el propio PREP que llevó a esta declaratoria triunfalista de Felipe Calderón con poco más de 98% de las actas computadas, la falta de oportunidad para parar a los partidos políticos desde la guerra de spots, desde este inútil debate sobre la libertad de expresión cuando está el artículo 38 del Cofipe, que claramente define qué no deben ser las campañas.

Jusidman le atribuye la baja calidad de la campaña a esa incapacidad de la autoridad electoral para actuar. Sin embargo, dice, «hay que hacer una diferencia entre los consejeros electorales y el aparato electoral de IFE que hemos construido
entre todos los mexicanos. Incluso hay priistas destacados que contribuyeron a la construcción de un padrón electoral creíble. Hay que reconocer por ejemplo a Jorge Carpizo, que fue el primero en hacer el comité técnico para la auditoría general del padrón».

Jusidman insiste en la necesidad de una reforma legal para evitar que los intereses partidistas se impongan en la integración del Consejo General. Por ejemplo, propone que a través de la insaculación o de un panel ciudadano puede hacerse la selección del consejo.

El problema de este Consejo General, reitera, «es cuando entran las decisiones políticas y cuando no se saben establecer las distancias entre lo que es administrar un aparato que organiza elecciones y cuando ese mismo aparato se contamina con posiciones facciosas. Esa es la parte política que los consejeros no supieron cómo manejar. les faltó autoridad moral». *

* En acuerdo con la revista mexicana Proceso

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