Las consecuencias de la guerra contra Hezbolá

Ehud Olmert culpa al ejército israelí

En particular, Olmert rechazó la responsabilidad del fracaso de la operación de gran envergadura lanzada el 12 de julio en represalia por un ataque de la milicia chiita Hezbolá, que ese día tomó prisioneros a dos soldados israelíes.

«En una visita al Estado Mayor antes del inicio de la guerra, el jefe del Estado Mayor (el general Dan Halutz) me dijo: ‘dispones de un ejército de calidad, fuerte y listo para cumplir con éxito todas la misiones que se le confíen’. Yo no podía saber que ése no era el caso», alegó Olmert ante la comisión.

«El ejército se decepcionó a sí mismo», sentenció. En relación a su papel, Olmert afirmó que podía cometer «errores».

«Pero pienso que actuamos de manera apropiada y responsable», acotó. «Todo el mundo dijo que había que responder duramente. Todo el mundo sabía que una réplica dura culminaría en una reacción muy dura que alcanzaría la retaguardia y nos obligaría a actuar», afirmó Olmert.

«Si hubiésemos dejado pasar 48 horas sin hacer nada, habríamos roto la dinámica internacional que actuaba en favor nuestro de manera excepcional», arguyó.

«Sabíamos de antemano que (Hezbolá) iba a bombardear nuestra retaguardia y teníamos que tomar una decisión: no actuar, o ser los primeros en actuar», prosiguió.

«Dimos el primer golpe y sabíamos que esto iba a durar en el mejor de los casos varias semanas, o de algunos días a varias semanas (…) Todo el mundo sabía que no se iba a acabar después de haber dado el primer golpe», dijo. *

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