El informe de "Las joyas de la familia" muestra apenas la punta del iceberg

Las acciones terroristas de la CIA

EL LÍDER CUBANO señaló, en uno de los editoriales que viene publicando en Granma, que por azar o por la actuación de sus servicios de seguridad se libró de unos 640 planes de asesinato, que involucran a sucesivos presidentes de EEUU, con excepción de Carter.

 

Los intentos de asesinato contra Fidel Castro

En uno de ellos, el intento de matarlo en 1960 con pastillas envenenadas, participaron dos de los mafiosos más buscados de la época. Baste decir que en el memorando respectivo de las «family jewels», después de un punto 1 en blanco se lee: «2. Johnny Roselli. The use of a member of the Mafia in an attempt to assassinate Fidel Castro». Allí se narra paso a paso el operativo fracasado. En el artículo mencionado, las denuncias se extienden al presidente Bush, que «autorizó u ordenó mi muerte» (o más bien ambas cosas a la vez) «desde antes de que le arrebatara la victoria mediante fraude al otro candidato». Se señalan otras actividades terroristas de la CIA vinculadas a Luis Posada Carriles, protegido a capa y espada por el gobierno de Bush: intento de asesinato a Fidel en Isla Margarita, Venezuela, bombas en hoteles y centros de recreación en La Habana y Varadero que causaron víctimas fatales. Con la particularidad de que «el dinero e incluso los materiales electrónicos para confeccionar tales bombas provenían de la Fundación Nacional Cubano Americana, que distribuía los cuantiosos fondos de que dispone haciendo lobby descarado en el Congreso con miembros de uno y otro partido».

 

La Comisión Church y la cadena de crímenes

No es la primera vez que salen a luz actividades terroristas de la CIA, toda vez que el terrorismo es una constante del accionar internacional de los gobiernos estadounidenses.

Pueden citarse al respecto las denuncias en el Congreso de los EEUU después del escándalo de Watergate que forzó la renuncia de Nixon (1974), y sobre todo el informe de la Comisión presidida por el senador Frank Church (346 páginas, noviembre de 1975). La investigación comprueba la injerencia política, militar y de inteligencia de EEUU en numerosos países, incluyendo el asesinato de líderes políticos, previo visto bueno presidencial. Allí se registran 13 años de actividad de la CIA en Cuba, el Congo, Vietnam, R. Dominicana, Chile, Guatemala, Perú, Laos, Irán, Indonesia y otros. Se relatan también los atentados urdidos contra Fidel y Raúl Castro, y se consigna una declaración formulada en un arranque de franqueza por el ex presidente Lyndon Johnson el 30 de julio de 1973: «Lo cierto es que en el Caribe habíamos montado una sociedad anónima dedicada al asesinato» (y no sólo allí). A partir de los 50, la CIA llevó a cabo importantes «operaciones secretas» en 48 países, que incluían «actos paramilitares» y el uso secreto de la fuerza. Siempre de acuerdo con el informe de la Comisión Church, de 1961 a 1971 la CIA practicó «800 operaciones secretas de gran magnitud», las cuales constituyen menos de la quinta parte del total. Entre ellas, el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala (1954); el complot para asesinar a Nasser (1958); el asesinato de Simón Bandanaraike, primer ministro de Sri Lanka (Ceylán, 1959); el asesinato del líder congoleño Patricio Lumumba, organizado por la CIA a sugerencia del presidente Eisenhower; el asesinato de E. Mondlane, de Mozambique (1969); el asesinato de Amílcar Cabral, de Guinea y Cabo Verde; el derrocamiento y muerte de Allende (1973) y el posterior asesinato en Washington de su ministro Orlando Letelier en un atentado urdido por un agente de la CIA en comisión en la DINA pinochetista; el asesinato de M. Rahman, presidente de Bangladesh (1975) y el de N’Gouabi, presidente de la R.P. del Congo.

La lista se alarga con el atentado a Cubana de Aviación (1976) en el complot maquinado por Posada Carriles; los sospechosos accidentes aéreos casi simultáneos que segaron la vida de Omar Torrijos y del presidente ecuatoriano Jaime Roldós; el intento de asesinato de Khadaffi por medio de un bombardeo desde la VI Flota del Mediterráneo al palacio presidencial de Libia. Respecto a este último se encuentran en las actas de la Cámara de Representantes de EEUU las explicaciones de William Casey, a la sazón director de la CIA. La primera ministra de la India Indira Gandhi fue asesinada en octubre 1984 en un complot de los sikhs, detrás de los cuales se encontró la mano de la CIA. Muchos investigadores y políticos señalan la participación de la Agencia en el asesinato del primer ministro sueco Olof Palme (28 de febrero de 1986), que hasta ahora aparece como el crimen perfecto.

 

Coda uruguaya

Sobre las actividades terroristas de la CIA pueden leerse los conocidos libros del ex oficial Víctor Marchetti, o de Philip Agee, que narra especialmente la organización de atentados en Uruguay en los años 60, en connivencia con militares y policías que unos años después participaron en el golpe del 27 de junio de 1973 y en lo que siguió. Así como el libro del cubano Hevia Cosculluela, que fue secretario y traductor de los agentes del FBI y la CIA Dan Mitrione, Sáenz y Cantrell, especialistas en terrorismo y adiestradores en materia de tortura. *

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