217 electores. La Compañía de Jesús tiene hoy 19.000 miembros

Los influyentes jesuitas elegirán a su"general"

La 35ª congregación de los jesuitas comenzará el lunes en Roma para elegir a un nuevo prepósito general, en plena crisis de identidad de la compañía, una de las más influyentes de la Iglesia católica, debido al descenso de vocaciones y la competencia de comunidades más jóvenes.

Los 225 delegados (entre ellos 217 electores) de los 19.000 miembros de la Compañía de Jesús deben ponerse de acuerdo sobre un sucesor al actual prepósito general, el casi octogenario padre holandés Peter-Hans Kolvenbach, que presentó su dimisión.

Elegido de por vida en 1983, el general anunció en 2006 su intención de pasar el testigo.

«Una nueva visión puede contribuir a un gobierno mejor adaptado a un mundo en cambio rápido», había declarado.

El futuro Papa negro, como se conoce al prepósito general debido al color de su hábito y a su presunto poder a la sombra del Papa que le atribuye la historia, deberá arreglárselas para que la compañía creada por el español Ignacio de Loyola en 1540 recupere el aliento.

«Los jesuitas se interrogan sobre su futuro con cierta ansiedad», destaca el francés Hervé Hyannou, autor de un libro sobre esta comunidad religiosa.

«Siempre han sido misioneros, grandes intelectuales de renombre por la calidad de la formación de las élites y de los hombres de la red, pero hoy en día ya no son los únicos en este terreno», agregó.

Acusados antaño de aliarse con el poder o de condescender con el pensamiento moderno, los hombres de negro ya no fascinan tanto como antes, señal de que están perdiendo influencia.

«El Opus Dei ha tomado el relevo como objeto de la fantasía de una conspiración conservadora», destaca Hervé Hyannou.

Las sanciones dictadas por el Vaticano contra los jesuitas, precursores del diálogo interreligioso o del compromiso con los más pobres, mitigaron las iniciativas más osadas que siguieron al Concilio Vaticano II (1962-1965).

Los jesuitas, que eran 30.000 en 1964, asisten en las últimas décadas a un declive en sus efectivos, en particular en Europa, y se concentran en Asia, América Latina y Africa.

En el Vaticano poseen universidades y revistas. Un jesuita, Federico Lombardi, acumula las funciones de director de Radio Vaticano y de la sala de prensa.

El padre Kolvenbach tiene la reputación de haber apaciguado las relaciones de su comunidad con el Papa tras las turbulencias del período de su predecesor, el español Pedro Arrupe.

Pero la mayor parte de los colaboradores de Pontífice provienen de otras canteras, como la de los Salesianos.

Durante su congregación de duración indefinida, los jesuitas definirán las líneas maestras de los próximos años según las orientaciones del papa Benedicto XVI.

«Recientemente los papas llamaron a los jesuitas a oponerse al ateísmo y a desarrollar el diálogo interreligioso y hacemos todo lo que podemos en estos ámbitos difíciles», recordó en varias ocasiones el padre Kolvenbach.

«Hoy, más que el ateísmo, es la indiferencia religiosa la que preocupa al jefe de la Iglesia católica», recalca Hervé Hyannou.

 

EL PAPA CON LAS HERMANAS

El papa Benedicto XVI fue recibido ayer con danzas indias y una guirnalda de flores rojas cuando llegó a la casa de las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, dentro de las murallas vaticanas, en la primera salida pública que realiza este año.

La casa fue fundada en mayo de 1998 por voluntad de Juan Pablo II y la Madre Teresa, la misionera albanesa que dedicó su vida a los más pobres en la India.

La casa hospeda a mujeres en dificultades y necesitadas.

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