Mujeres. Son reformistas y quieren un movimiento mixto

Nietas del Mayo del 68 redefinen el feminismo

Cuarenta años después de mayo del 68 y del Movimiento de Liberación Femenina, las «veteranas» de esas jornadas consideran que las jóvenes deben inventar una nueva forma de militar para «defender los logros» en peligro.

«El feminismo recibió un golpe fuerte, reconoce Nelly Martin, portavoz de la coordinación francesa de la Marcha mundial de las mujeres, organizadora de un manifestación prevista par a hoy sábado en París.

En vísperas de las elecciones municipales y cuando parte de los franceses está aún de vacaciones, las feministas no creen que se produzca un milagro y, como en años anteriores, el mitin estará lejos de ser multitudinario.

Si bien las razones para movilizarse no han desaparecido, el movimiento que nació en el rechazo al matrimonio, a la sexualidad impuesta y a la maternidad como destino ya no es capaz de provocar grandes manifestaciones, reconoce Monique Dental de la red feminista Ruptures.

«Hubo una generación que saltó, entre las veteranas y las jóvenes de 30 años (…) A ellas corresponde encontrar nuevas formas de militar, pues estamos perdiendo lo logrado», afirmó Nelly Martin.

«La nueva generación de feministas se distingue muy bien de las antiguas», según Françoise Picq, politóloga especialista de la historia del feminismo.

«Quieren que su movimiento tenga un carácter mixto y son reformistas, y tienen razón, pues el contexto ha cambiado», agregó.

Ahora no hay «un movimiento (feminista) afirmó, sino una dispersión de feministas en asociaciones con reivindicaciones particulares, en los sindicatos, los partidos y con divergencias profundas, como por ejemplo en relación al uso de velo islámico».

Entre las que quieren un movimiento de carácter mixto está Mix-cité, que reivindica su filiación con las feministas de 1968 y que fue fundado en 1997.

Se dio a conocer por su campaña contra la utilización de mujeres como maniquíes vivientes en una gran tienda de París.

«El combate feminista es también de los hombres», destacó Isabelle Cabat-Houssais, de 31 años, citando la lucha contra la violencia de género, por salarios iguales y por la repartición de las tareas domésticas.

«Reivindico el término de feminista, es una palabra bonita», dice esta militante, «aunque provoca miedo o es ridiculizado por los medios informativos».

Reconoce que le «hubiera gustado mucho vivir los movimientos de los años 70″.

Había una solidaridad, el sentido de los colectivo; yo no he conocido grandes manifestaciones», agregó.

«Antes militábamos por nuestros derechos, luego por no perder nuestros derechos; es quizás menos atractivo», estimó.

A los 25 años, egresada de la universidad donde «esas historias de sexismo, de desigualdad» no le preocupaban, descubrió el tema en el mundo del trabajo.

«Estaba en un sindicato de artesanos de la construcción con servicios tapizados de afiches pornográficos, de bromas sexistas. En la calle era agredida por el sexismo ordinario. Me pregunté entonces en qué mundo estaba viviendo y tuve necesidad de militar», dijo.

La jornada del Día Internacional de la mujer del 8 de marzo es para ella, a la vez «un poco ridícula», pero también una «ventana hacia los medios informativos». Isabelle Cabat-Houssais, que es profesora, consiguió una jornada libre por semana para intervenir en las clases y formar a sus colegas en la igualdad entre hombres y mujeres: «Es una acción militante, la igualdad pasará por la educación».

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