OPINION INTERNACIONAL

¿ISLAMISMO HUMANISTA?

En un artículo sobre él de la Wikipedia de Internet, cuya neutralidad ha sido disputada, se dice que Güllen es una figura muy controvertida en Turquía. Pese a su gran número de seguidores y su significativa influencia en la sociedad y la política turca, ha estado viviendo durante algunos años en los Estados Unidos. Mientras que sus partidarios y gran parte de la sociedad turca lo respeta como un humanista islámico que busca una conciliación entre el Corán y la vida moderna, un sector igualmente numeroso lo ve como una amenaza al sistema secular turco. Antes de radicarse en los Estados Unidos tuvo varios problemas con la justicia de su país y provocó una gran polémica en 2004 con motivo de su equiparación del ateísmo con el terrorismo. Güllen, que nunca se casó, vive de manera reclusiva en su exilio norteamericano, mientras su movimiento crece y sus ideas despiertan un creciente interés en los mayores centros culturales del mundo.

Wikipedia cita entre los artículos recientes sobre el movimiento Güllen sendos artículos del diario francés «Le Monde» y la revista económica norteamericana «Forbes». El artículo en esta última lleva por título «Güllen inspira a los musulmanes en todo el mundo». Asimismo cita un reciente libro : «Un diálogo de civilizaciones: los ideales islámicos de Güllen y el discurso humanista» escrito por Jill Caroll de la Universidad Rice en la que compara los puntos de vista del intelectual turco con los de Confucio, Platón, Emanuel Kant, John Stuart Mill y Jean Paul Sastre en temas tales como el significado de los valores humanos, la dignidad moral, la libertad, la educación y la responsabilidad.

Asimismo destaca que recientemente tuvo lugar en la Cámara de los Lores una conferencia sobre Güllen y su movimiento auspiciada por la Escuela de Economía de Londres y la universidad de la capital británica.

Sin duda, esta conferencia (de la cual puede encontrarse una muy amplia información en Internet) debe haber estimulado a la revista británica «The Economist» a dedicarle un artículo en su edición del 14 de marzo. El artículo destaca las actividades de los «gullenistas» en materia educativa. Según fuentes del movimiento más de 500 centros de enseñanza en 90 países. En Kyrgistán, por ejemplo, el movimiento administra una universidad y una docena de colegios secundarios, que se destacan internacionalmente por su excelente nivel. Incluso en Pakistán, los alumnos de las escuelas Güllen aprenden canciones turcas y cuentan con excelentes laboratorios. Sorprendentemente el movimiento Güllen tiene una significativa presencia en el Norte de Irak, por medio de escuelas, un hospital y muy pronto, una universidad. Si bien el conflicto turco-kurdo constituye un escollo para una institución turca, el movimiento ha logrado establecer buenas relaciones con todos los grupos étnicos y religiosos de la zona.

Es muy difícil avaluar la relación de fuerzas entre el movimiento Güllen y otras redes internacionales islámicas. Sin duda, la más conocida es la de los Hermanos Musulmanes. En un momento en que esta organización islamista, que es la más antigua y fue creada en 1928, es motivo de una dura represión en su país de origen, Egipto, ha florecido en las comunidades musulmanas de distintos países occidentales, pese a su notorio extremismo. «The Economist» cuenta que la mayor organización musulmana en Francia responde a la «Hermandad» mientras en Gran Bretaña el grupo afín se dividió en dos alas, una más religiosa y otra, más dedicada al activismo político.

La revista británica menciona también a otros movimientos como «Hizb ut tharir» (Partido de la Liberación) que es activo en 40 países, incluyendo Gran Bretaña y Australia y «Tablighi Jamaat» originario del Sudeste de Asia y activo en Africa y en Europa, particularmente en Gran Bretaña. Ambos movimientos, al igual que la Hermandad Musulmana, aspiran a llegar de una manera u otra, a la supremacía del Islam en todo el mundo. Dice «The Economist» que comparado con todos esos grupos, el movimiento Güllen ofrece a los jóvenes musulmanes un mensaje que parece más positivo : los llama a aprovechar las oportunidades del mundo occidental, mientras sigan manteniendo sus raíces religiosas.

La revista británica termina su comentario señalando que el tono moderado de los gullenistas les ganó muchos admiradores en Occidente. Sin embargo cita a un miembro del movimiento que admitió saber que son vigilados por los servicios de seguridad occidentales. Sin embargo, agrega, hasta ahora estos servicios no han detectado vínculos ocultos con el extremismo.

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