Italia. "Soñamos con un Zapatero italiano", dicen los homosexuales

La Gay Pride de Roma grita y exige libertades

Decenas de miles de personas desfilaron ayer sábado en Roma en la tradicional Gay Pride para exigir el reconocimiento de las parejas homosexuales y demostrar al alcalde de derecha de la ciudad que su manifestación no es un acto de «exhibicionismo sexual», como llegó a decir él.

«Tenemos aún más razones de estar aquí hoy que en los años anteriores», estimó Vladimir Luxuria, un travesti y ex diputado de izquierda que se ha convertido en el estandarte del movimiento homosexual para la creación de un Pacto Civil de Solidaridad, una figura legal que reconoce derechos a las parejas del mismo sexo.

«El Papa tuvo derecho al besamanos de Silvio Berlusconi», dijo indignado en alusión a la audiencia concedida el viernes por Benedicto XVI al jefe del gobierno. La Iglesia católica se opone categóricamente a un Pacto Civil de Solidaridad a la italiana, como el vigente en Francia.

«Y tenemos una ministra de Paridad que dice que no tenemos necesidad de desfilar porque no hay discriminación en este país», agregó Vladimir Luxuria, protegiéndose del sol bajo un paraguas con los colores del arco iris.

«Con la derecha en el poder, la Gay Pride se convierte en una manifestación por la libertad y contra las derivas autoritarias», opinó Franco Grillini, ex diputado de la izquierda y uno de los fundadores de la principal asociación italiana de defensa de los homosexuales, Arcigay, que encabezaba un cortejo colorido y estentóreo. A principios de mayo, en cuanto estrenó su sillón de la alcaldía de Roma, el ex neofascista Gianni Alemanno declaró que la Gay Pride era «un acto de exhibición sexual» y anunció que su equipo buscaría una fórmula para que el desfile «no ofenda a nadie».

Al cabo de unos días, la ministra de Paridad, Mara Carfagna, de 32 años, una ex presentadora de televisión y candidata al concurso de Miss Italia, pidió una Gay Pride «sobria», sin «exhibicionismo» ni «folclore».

«Carfagna, tú desnuda en los calendarios, nosotros a pelo en nuestros derechos como parejas», se leía el sábado en varias pancartas a lo largo del recorrido de la Gay Pride, en referencia a unas fotografías de la ministra anteriores a su nombramiento. «Europa avanza y nosotros retrocedemos, estamos entre los últimos países de la UE que no tienen Pacto de Solidaridad. Pero no abandonaremos, las feministas también tuvieron que luchar mucho tiempo», recalcó Sara Fontana, una romana veinteañera.

«¿El alcalde de Roma? Todo el mundo conoce sus raíces políticas. Por más que venga del fascismo, nunca podrá prohibir la Gay Pride. En lo que lleva razón desgraciadamente es que esta noche (…) no habrá más que imágenes de travestis y nada sobre nuestras reivindicaciones», lamentó Francesco.

«Francamente te digo que no tenemos esperanza en este país y en sus dirigentes. Si tuviéramos medios, iríamos a vivir a España. Soñamos con un Zapatero italiano», resume Gennaro, su compañero sentimental, refiriéndose al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

«Es cierto que Zapatero tuvo el valor de coger el toro por los cuernos», estimó Gaetano Serminatore, otro participante.

En julio de 2005, España aprobó una ley impulsada por el gobierno socialista de Zapatero que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo con plenitud e igualdad de derechos y obligaciones.

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