Entrevista. Yaacov Peri, ex director del Shin Bet, una de las principales agencias de la inteligencia israelí

"El triunfo de Israel contra Hamas es muy importante para países árabes moderados"

El Shabak, conocido como el Shin Bet, es el servicio de inteligencia y seguridad general interior israelí. La agencia cuenta con aproximadamente 5.000 miembros.

Es una de las tres organizaciones principales de la comunidad de inteligencia israelí, junto con el servicio de inteligencia de las Fuerzas Armadas, Aman, y el Mossad.

­Usted era el jefe del Shabak cuando se fundó Hamas. ¿Previó en ese momento que esa organización se convertiría en uno de los principales enemigos de Israel?

­Aun en sus primeros momentos, en 1987, sabíamos que Hamas era una organización islámica extremista, fundada durante la primera intifada para organizar escaramuzas callejeras ­lanzamiento de piedras, proyectiles y manifestaciones­ contra Tsáhal (el ejército) e Israel. Hamas tuvo características violentas desde su mismo principio; desde siempre fue una organización integrista fundamentalista, que niega el derecho del Estado de Israel a su existencia, y aspira a instaurar un régimen religioso islamista en los países musulmanes en primera instancia, con intención de expandirse luego al resto del mundo. No podíamos prever que la violencia inicial degeneraría en atentados suicidas, bombas en autobuses y shoppings, y en los últimos años el lanzamiento de cohetes y aún misiles. Pero lo que nos sorprendió fueron las tácticas, ya que no se puede prever con exactitud hasta dónde podrán llegar los violentos, la estrategia ha sido básicamente siempre la misma.

­¿Es más difícil lograr un acuerdo con los palestinos por su división? ¿Es más difícil acordar con Hamas o con Fatah? Hay dos Palestinas…

­La pregunta da efectivamente en el clavo, y define con exactitud la situación fáctica actual. Desde el comienzo mismo de las negociaciones con los palestinos, previnimos a quien hoy llamamos Fatah ­en aquel entonces la OLP­ que sus rivales internos: Hamas, la Jihad Islámica y otras organizaciones fundamentalistas, son enemigos suyos tanto como nuestros. El tiempo nos dio lamentablemente la razón, puesto que quien creó esa profunda división actual, que devino en dos entidades palestinas separadas; aquellos que expulsaron por la fuerza, con toda crueldad y brutalidad, al Fatah de la Franja de Gaza, fue precisamente Hamas. No cabe duda, que dichas luchas palestinas intestinas han creado un enorme obstáculo para alcanzar un acuerdo de paz con Israel, pero más que nada impiden a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) cumplir con sus objetivos, estabilizar su poder, y negociar la paz con la contraparte israelí.

El trabajo realizado por Abu Mazen y la ANP en la margen Occidental, por otra parte, ha sido relativamente exitoso. Existe en Cisjordania poder de policía propio que puede asegurar el orden público, hay estabilidad y el nivel de vida de la población va en constante aumento, y se van normalizando paulatinamente las relaciones con Israel en todos los niveles; a pesar de que, estrictamente, nada puede ser considerado «normal» cuando del Medio Oriente se trata…

En Gaza, por el contrario, existe indigencia y hambre, hay una enorme desocupación, y anarquía de gobierno, por más que Hamas pretenda mostrar una imagen diferente. No existe en Gaza un poder central de gobierno propiamente dicho, sino que la Franja está hoy en día bajo control de una pandilla fanática, ultrarreligiosa, sumamente violenta y cruel, aunque tengo la esperanza de que la operación israelí en curso, quizá traiga a Hamas a la aceptación ­aún a regañadientes­ de algún tipo de arreglo con la ANP, que posibilite en un futuro llegar a un acuerdo con Israel.

­¿Cuál es la responsabilidad de Israel por la situación humanitaria en la Franja de Gaza?

­Israel es prácticamente el único país al que le importa verdaderamente la situación humanitaria en la Franja, porque nos afecta directamente. Israel siempre ha sido sensible a la situación humanitaria de la población civil: la casi totalidad del apoyo y la ayuda en rubros como infraestructura, combustibles, electricidad, agua, mercaderías y demás, se hace a través de Israel y por su propia iniciativa, y está a cargo de fábricas y empresas israelíes. El hecho de que haya quien no lo quiera ver, no cambia los hechos. La ayuda humanitaria externa existe, claro está, pero está basada principalmente en organizaciones no gubernamentales y de voluntarios, principalmente de Europa.

Lo cierto es que un país, o un territorio, que depende exclusivamente de la ayuda externa durante tanto tiempo, demuestra la ineptitud de sus dirigentes para gobernar y suministrar a su población un nivel aceptable de vida. Cuando Israel se retiró de la Franja en 2005, entregó el gobierno en manos de la ANP para que pudiera comenzar a construir en Gaza el futuro estado palestino, y darle bienestar a la población. Desde el momento que Hamas derrocó por la fuerza y expulsó a Abu Mazen y a la gente de Fatah de Gaza y los relegó a Cisjordania, es responsable por la suerte de los civiles bajo su gobierno de facto.

­El factor confesional parece ser un elemento que complica aún más el conflicto…

­No cabe duda que todo tema que atañe a una religión, cualquiera sea, pero principalmente una de las tres religiones monoteístas ­judaísmo, cristianismo e islam­ requiere de una gran sensibilidad en su tratamiento. Israel es extremadamente cuidadoso en su respeto a las diversas religiones y a la libertad de cultos.

Por otro lado, los organismos islámicos fundamentalistas que utilizan métodos terroristas, se aprovechan de la religión para sus fines espurios: inventan toda clase de fantasías, mentiras y engaños, y embaucan a su gente para su conveniencia, lo que dificulta aún más la problemática de por sí compleja.

El fanatismo religioso no es bueno en ninguna de las religiones, pero es particularmente virulento en el islam extremista. Ejemplos de ello tenemos de sobra: Irán, Al-Qaeda, la Jihad mundial, los Hermanos Musulmanes, y muchos más, que amenazan hoy en día la estabilidad de los países árabes laicos y moderados.

­¿Los palestinos están permeados hoy por la influencia de otros países musulmanes?

­Sin lugar a dudas. Especialmente, por Irán. Irán influye profundamente tanto sobre Hamas en Gaza como sobre Hezbolá en Líbano, su otro brazo limítrofe con Israel. Irán, directamente o a través de una extensa red de organizaciones fundamentalistas que abarca numerosos países árabes, apoya, financia, ayuda y entrena terroristas. Siria también apoya al extremismo palestino, y permite a los cuarteles generales de Hamas, la Jihad Islámica y otros grupos, asentarse y actuar desde su territorio.

Es de vital importancia destacar, que aunque prácticamente ningún país árabe puede reconocerlo públicamente por razones obvias, el triunfo de Israel en su lucha contra Hamas es de extrema importancia para los regímenes árabes moderados, que temen por el continuo fortalecimiento del Islam extremista en sus respectivos países, y sufren por él no menos que Israel.

­¿Era inevitable la ofensiva de Israel?

­Era inevitable e impostergable bajo todo punto de vista. Ningún país soberano y responsable en el mundo libre, se hubiera contenido y limitado en sus acciones durante ocho largos años, viendo cómo su población civil es víctima de ataques incesantes con misiles, día y noche.

Israel intentó todos los métodos a su alcance, luego de contenerse lo inimaginable sin replicar; advirtió innumerable cantidad de veces que la situación era insostenible y la agresión continua debía acabar, acordó todo tipo de treguas aún sabiendo que Hamas las aprovechaba para armarse, por lo que la presente operación era absolutamente imperiosa. Israel no podía actuar de otra manera para intentar cambiar la realidad en la que viven los ciudadanos israelíes del sur del país.

La prueba está en que numerosos países oscilan entre el apoyo a Israel y el reconocimiento a sus motivos, y un silencio táctico que demuestra la comprensión de que no existía otra alternativ
a que un operativo militar contra Hamas, porque un Estado soberano no tiene otra opción que defender a sus habitantes.

Israel es consciente de la crisis humanitaria que se suscita en este tipo de campañas bélicas, por lo que instruyó expresamente a Tsáhal, su infantería y su fuerza aérea, a extremar su sensibilidad para reducir al mínimo las bajas civiles. Pero como dicen los franceses, «à la guerra comme à la guerre», es inevitable que haya pérdida de vidas inocentes en una batalla, y no hay duda que Israel lo lamenta sinceramente. Pero el operativo contra Hamas era ineludible y justo.

­¿Las tácticas de Hamas y Hezbolá son similares?

­No hay duda que Hamas aprendió mucho de Hezbolá, y por lo que sé, también fue entrenado por él. Entre otras tácticas copiadas de los terroristas del Líbano, se encuentra la siembra de campos de minas, como hiciera Hezbolá en la guerra de 2006. También aprendieron la guerra subterránea, la construcción de numerosos búnkers ramificados bajo tierra, esa es sin duda otra de las tácticas características de Hezbolá. Igualmente, el lanzamiento de cohetes cada vez más precisos y mortíferos. Israel sufrió durante décadas el bombardeo de misiles Katiusha en el norte del país; sólo hace dos años, cientos de proyectiles asolaron toda la zona hasta Haifa y aún más al sur. Hamás copió e implementó la misma estrategia en el sur. Sin duda hay componentes muy similares en la actividad de ambas organizaciones terroristas, ambas financiadas por Irán y que reciben directivas de ese país. Son dos entidades confesionales de extremo fanatismo, que comparten su odio abismal hacia Israel y todo lo que él representa.

­¿Se corre peligro que el conflicto se internacionalice y que milicias armadas islamistas comiencen a operar en Gaza o eventualmente en Cisjordania?

­No sería de descartar que culminada la operación militar en Gaza, y en base a experiencias anteriores, organismos islámicos extremistas intenten su «venganza», y busquen objetivos israelíes contra los que realizar atentados. No es un fenómeno nuevo, ya que comandos islámicos de diverso tipo ­Hamás, Jihad, Al-Qaeda, los Hermanos Musulmanes y otros grupos opositores palestinos­ nunca pierden oportunidad de intentar atentar contra blancos israelíes. Seguramente Israel y las organizaciones judías redoblarán sus esfuerzos para abortar este tipo de actividades, pero la alerta israelí es de por sí alta, de modo que no es de esperar un cambio dramático en ese sentido.

­¿No paga Israel un alto precio político a nivel internacional?

­No, no creo que Israel pague un precio excesivo. El Estado de Israel defiende a su población, y aunque esté de moda condenar a Israel estoy convencido de que los que lo critican no harían nada distinto, si sufrieran lo que Israel y su gente tuvo que pasar durante largos años. Se trata de una guerra justa, y no creo que Israel tenga que pagar un precio internacional más elevado que en otras ocasiones. Siempre hubo quienes nos apoyaron y comprendieron las necesidades del país; y siempre hubo pseudohumanistas que nos buscan y seguirán buscando supuestos defectos.

Israel actuó con justicia cuando salió a defenderse luego de haber agotado toda otra instancia, y por lo que puedo apreciar, gran parte de los países así lo entiende. Acepto que el papel del mundo es condenar muertes inocentes y oponerse a acciones militares, pero en este caso no nos dejaron ninguna alternativa.

­¿La ofensiva no unifica a todos los palestinos y a la mayoría del mundo árabe en contra Israel?

­No creo que se produzca tal unión, aunque es natural que los musulmanes del mundo se identifiquen con el sufrimiento de sus hermanos bajo una ofensiva militar de tanta envergadura. Incluso los ciudadanos árabes israelíes organizaron marchas de protesta en Israel.

Sin embargo, las críticas más incisivas vienen de todo tipo de intelectuales europeos «hipersensibles», que son mucho menos comprensibles que el lógico dolor de un musulmán por la suerte de su correligionario. Pero no pienso que el mundo islámico vaya a unirse más de lo que está unido hoy en día. Dentro del Islam existen grandes controversias y conflictos entre chiitas y sunnitas, y entre otros bandos musulmanes entre sí.

Las organizaciones terroristas de distintas facciones, están unidas por su odio ciego contra Israel. Irán y Hezbolá, chiitas, cooperan y colaboran con el sunnita Hamas, obviando las enormes diferencias religiosas entre la sunnita y la chií.

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