OPINION INTERNACIONAL

ALGUNOS NUMERITOS

Se basó en el plan de rescate de Obama, uno de cuyos aspectos fundamentales es (al igual que el plan postrero de Bush) el salvataje de grandes bancos y empresas en quiebra con dinero de los contribuyentes. Estimó un costo de 700 mil millones de dólares, que en los hechos se elevó a 787 mil millones y que se suman a los 500 mil millones de dólares que ya se les proporcionó (más todavía los miles de millones de euros que entregan los gobiernos de Europa a los bancos en crisis de ese continente). El planeta cuenta con casi 6.700 millones de habitantes. Si se dividen solamente los 700 mil millones de dólares entre esa cifra, alcanza para entregar más de 100 millones de dólares a cada uno, y sobra plata. No solamente se erradicaría la pobreza, sino que se convierten en millonarios (como se aspira en la película que ganó el Oscar) todos los seres humanos. Su conclusión es: «Parece que hay un pequeño problema en la distribución de la riqueza». (Digamos de paso que en la versión final del proyecto promulgado, tras los tironeos entre demócratas y republicanos en el Congreso, se recortaron los gastos en educación, subsidios de salud para los desempleados y el fondo de estabilización en algunos estados, que ya carecen de recursos para cubrir el seguro de desempleo, el principal problema hoy en EEUU).

El mismo cálculo efectuado para España (donde el gobierno entregó 30 mil millones de euros a los grandes bancos para evitar el colapso) da que cada familia de 4 personas podría recibir en promedio más de 650 millones de euros. «Con eso podríamos pagar las hipotecas», señala.

Volviendo a EEUU: en esos días la Chrysler se presentó solicitando 5 mil millones de dólares adicionales, a sumar a los 4 mil millones que ya le fueron entregados para evitar la quiebra. Y la General Motors pide 16.600 millones más, al tiempo que anuncia 47 mil despidos y el cierre de 5 plantas en el país.

El diario La Jornada de México adornaba su primera plana uno de esos días con las fotos de «Ocho banqueros en el banquillo» y la siguiente leyenda: «Los jefes financieros del Bank of New York, JP Morgan, Goldman Sachs, Wells Fargo, Citigroup, Morgan Stanley, Bank of America y State Street comparecieron ante el Congreso para rendir cuentas sobre los 350 mil millones de dólares que destinó el gobierno para rescatar ésas y otras entidades. Los ejecutivos fueron severamente cuestionados sobre su responsabilidad por la crisis actual, la restricción de créditos y los escandalosos bonos que se adjudicaron. Los banqueros admitieron haber cometido ‘algunos errores'». En una palabra: los ejecutivos se metieron el dinero en el bolsillo, y a los clientes en busca de créditos (para sus empresas, el pago de hipotecas o el acceso a la educación y la salud) que los parta un rayo. Ante los congresistas prometieron devolver todo el dinero. Ya veremos.

Algunos datos son francamente obscenos: Merrill Lynch entregó más de un millón de dólares a 700 ejecutivos. Cuatro de ellos se alzaron con 121 millones de dólares. «En total, Merrill Lynch repartió 3600 millones de dólares en bonos sólo unos días antes de que Bank of America terminara su acuerdo para comprar la colapsada empresa con la ayuda de 45 mil millones de dólares de los contribuyentes», dice el Daily News. Esos beneficios se entregaron en diciembre, un mes antes de lo habitual. O sea que lo vaciaron y los nuevos compradores lo adquirieron con la plata de la gente.

Otro ejemplo. Dick Fuld, ex ejecutivo de Lehman Brothers, cobró 500 millones de dólares en los 8 años antes de que su compañía quebrara. Frente al riesgo de que lo demandaran, vendió a la sordina su mansión en la Florida, valuada en 13 millones de dólares, por 100 dólares a su esposa. Ahora bien: Lehman, junto con Merrill Lynch y Bearn Stearns (los tres quebrados), más Goldman Sachs y Morgan Stanley repartieron 145 millones de dólares por bonificaciones en el lustro previo al colapso, según estimaciones de Bloomberg. La cifra supera al PBI de Pakistan y de Egipto.

Joseph Stiglitz opina que las instituciones de crédito son un fracaso, y que la única solución es la nacionalización. Aunque parezca mentira, anda diciendo lo mismo Alan Greenspan, nada menos. Quien lo hubiera creído.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje