Argentina. Elecciones en la provincia de Catamarca

El primer test para los esposos Kirchner

Los Kirchner deberán lidiar en elecciones parlamentarias y comunales contra una coalición de fuerzas afines al vicepresidente de la nación, Julio Cobos, un socialdemócrata que pasó a la oposición sin renunciar al puesto, y al gobernador de la agrícola Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral.

La mandataria y su marido, que forman de hecho un matrimonio cogobernante, deberán pasar este año por la dura prueba de una renovación parcial del Parlamento en octubre, con la popularidad dañada por el prolongado conflicto con las patronales agrarias enemigas de los impuestos a las exportaciones.

«Este será el peor año en los últimos cien», acaban de anunciar los Kirchner en sendos discursos, por los efectos recesivos que la nación sudamericana empieza a sentir a raíz de la crisis global nacida en Estados Unidos.

Cobos, expulsado de la segunda fuerza parlamentaria, la Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata) por haber integrado en 2007 la fórmula presidencial con Cristina Kirchner, rompió vínculos con el Gobierno hace un año, cuando se opuso a un tributo flotante a las exportaciones agrarias.

El vicepresidente fue quien desempató con su voto la histórica sesión del Senado en que fracasó la iniciativa de los Kirchner de gabelas flotantes a las ventas externas de alimentos por 25.000 millones de dólares en 2008.

Las encuestas privadas otorgan ventaja al frente de Cobos con Brizuela del Moral, otro ex dirigente de la UCR enemistado con los Kirchner, en un comicio que reeditará el antiguo lance político argentino entre peronistas y radicales.

Los Kirchner, de perfil progresista y socialdemócrata, se aliaron en Catamarca con sus viejos adversarios de la derecha y ultraderecha peronista, entre ellos el ex gobernador Ramón Saadi y Luis Barrionuevo, jefe de una fracción antioficialista de la central obrera CGT.

Saadi es miembro de un clan familiar que gobernó durante dos décadas esa provincia con un estilo feudal y mano de hierro contra los opositores.

Unos 250.000 electores renovarán el domingo las cámaras provinciales de diputados y senadores, en un distrito empobrecido donde reina el clientelismo político y la minería apareció en los últimos años como tabla de salvación de su frágil economía.

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