Obama. Analizará detalles de los acuerdos de libre comercio, que podrían ser renegociados

EEUU confirma proteccionismo comercial ante América Latina

El gobierno de Barack Obama estudia con atención los detalles del acuerdo de libre comercio con Colombia, firmado hace más de dos años y pendiente de aprobación en el Congreso, y considera que el de Corea del Sur debe ser renegociado, declaró el responsable elegido para representar a Washington en negociaciones comerciales, Ron Kirk.

«Vamos a llevar a cabo una revisión muy clara de todos los acuerdos pendientes para asegurarnos de que reúnen todos los criterios que el presidente ha indicado», explicó Kirk durante una audiencia para ser ratificado en su cargo de representante de Comercio (USTR) ante el Congreso.

Obama nunca ocultó, antes de llegar al poder, una posición mucho más fría ante el libre comercio que su predecesor, George W. Bush, quien firmó personalmente catorce acuerdos (TLC), el último apenas días antes de dejar el cargo, con Perú.

Kirk confirmó el lunes algo que ya había sido esbozado por otros demócratas: a pesar de que el TLC con Colombia fue negociado antes, el gobierno Obama está dispuesto a hacer pasar por delante el acuerdo con Panamá.

El acuerdo con Panamá «es el que está más cerca de ser aprobado», dijo Kirk.

Respecto a Colombia, «no puedo comprometerme con un calendario», añadió.

Los asesinatos de sindicalistas en Colombia han sido denunciados durante años por organizaciones de derechos humanos estadounidenses, por activistas y miembros del ala izquierda del Partido Demócrata, y el propio Obama expresó sus reticencias públicamente a lo largo de 2008.

El presidente colombiano, Alvaro Uribe, reconoció en su última visita a Washington en enero que haría falta mucha «paciencia y perseverancia» para ver ratificado algún día ese TLC, que irónicamente favorecería en realidad la entrada de productos estadounidenses a su país.

Colombia ya goza de buenas preferencias arancelarias en Estados Unidos gracias a que forma parte del grupo de países andinos.

Con México el desaire comercial tiene un aspecto más embarazoso.

El Senado aprobó en la noche del martes un presupuesto para 2009 que eliminó la posibilidad de que camiones mexicanos puedan cruzar libremente la frontera, como un paso más dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

El libre paso de los camiones mexicanos es una batalla que se remonta a principios de los años 80. Con la firma del Tlcan en 1994, México esperaba que a corto plazo se autorizara esa libre circulación, que podría provocar una auténtica explosión del comercio por carretera entre ambos países.

Sin embargo, los poderosos sindicatos de transportistas estadounidenses y organizaciones medioambientalistas denuncian que los camiones mexicanos no cumplen las reglas ecológicas ni de seguridad necesarias para circular al norte de la frontera.

México ganó sus pleitos por ese tema ante paneles de expertos del Tlcan durante años. El gobierno de Bush consiguió finalmente aprobar un programa experimental en 2007.

El Congreso estadounidense acaba de tumbar ese programa experimental, que favoreció durante los últimos 18 meses a más de un centenar de camiones mexicanos (y a 61 camiones estadounidenses rumbo al sur, según datos de la embajada mexicana).

«De acuerdo al Tlcan, el gobierno mexicano identificará e implementará en breve medidas ante el no cumplimiento de las obligaciones comerciales internacionales por parte del Congreso de Estados Unidos», advirtió un comunicado de la embajada mexicana.

El Congreso ya emitió hace pocas semanas una señal de su nueva tendencia comercial al adoptar una controvertida cláusula «Compre Americano» dentro de su paquete de estímulo económico.

El gobierno de Obama aseguró luego que esa cláusula no entraría en conflicto con sus compromisos internacionales dentro del marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

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