Conspiración. Se van conociendo las múltiples ramificaciones del intento de magnicidio

Terrorismo separatista en Bolivia

Ya no ofrece dudas a esta altura la magnitud del plan. Se proponían matar a una lista muy extensa de gobernantes y figuras públicas, empezando por el presidente y el vicepresidente, derribar al gobierno e impulsar la secesión de Santa Cruz. Para eso fue llamado el terrorista boliviano-húngaro-croata Eduardo Rózsa Flores.

Tenemos a la vista la traducción del reportaje que le hiciera el periodista András Kepes el 8 de setiembre de 2008, que consideraba su testamento y recién ahora se difunde. El periodista lo presenta en estos términos: «Los libros de Croacia, Alemania e Inglaterra hablan de Eduardo Rózsa como uno de los héroes de la guerra de los Balcanes». El dice que cuando era guardia fronterizo durante su servicio militar en Hungría tuvo contactos con el terrorista Ilich Ramírez, conocido como el comandante Carlos o El Chacal, y agrega: «Hace un año y medio me buscaron de Bolivia, donde yo nací, en Santa Cruz. Hace bastante tiempo que esta parte (Oriente) está pensando en separarse. Hay una persona que pidió cooperación, que vuelva a casa y ayude. Yo tengo un poco de experiencia de guerras. Si no hay autonomía y no podemos vivir juntos, vamos a gritar que somos independientes y haremos un nuevo país. Queremos mostrar la fuerza e independizarnos».

En la Feria Exposición de Santa Cruz se encontraron, cuando se desbarató el complot, escopetas, fusiles, carabinas, una ametralladora y explosivos de alto poder C4 en el stand de la Cooperativa de Teléfonos Automáticos de Santa Cruz, Cotas. Después aparecieron diversos materiales que vinculaban a Rózsa con la misma.

También es objeto de investigación el boliviano Juan Carlos Gueber Bruno, miembro de la Unión Juvenil Cruceñista, brazo de choque de la oposición y de su Comité Cívico, que preside Branko Marinkovic.

El fiscal Marcelo Sosa presentó un video en el que aparecen los tres terroristas muertos lamentándose por no haber colocado una bomba en el barco militar multipropósito en el que sesionaban Evo Morales y sus ministros en el lago Titicaca el 3 de abril. Vimos aquí por TV secuencias de este video.

La lista de las 100 personalidades que iba a asesinar la célula terrorista incluía a los gobernantes Evo Morales, Alvaro García Linera, Alfredo Rada, Juan Ramón Quintana y al concejal cruceño Oswaldo «Chato» Peredo, a figuras políticas como Jorge «Tuto» Quiroga y Samuel Doria Medina, al técnico de la Selección boliviana Edwin «Platini» Sánchez, a la periodista Amalia Nieto, y se cierra sugestivamente con la mención a «venezolanos chavistas» y «cubanos castristas». Se sabe que incluía también, provocativamente, al prefecto cruceño Rubén Costas, y que antes atentaron contra el domicilio del arzobispo Julio Terrazas.

Ahora están saliendo a luz las conexiones internacionales del operativo. Estas incluyen a mercenarios europeos, ex militares golpistas argentinos y organismos de la extrema derecha colombiana, las últimas vinculadas a la vez con la Heritage Foundation de EEUU. El vicepresidente García Linera solicitó colaboración al gobierno argentino para ubicar a ex militares «carapintadas» como Jorge Mones Ruiz, que mantuvo contactos con Rózsa en la guerra que determinó el desmembramiento de Yugoslavia, en la que participaron también militares de la dictadura argentina de la época. Uno de ellos llegó a Bolivia desde Hungría, con documentación africana. Por su parte, Mones Ruiz arribó al país como delegado de la Fundación UnoAmérica, que está integrada por diversos organismos colombianos de extracción militar, y por otro lado contacta con dos agencias norteamericanas bien conocidas como la Usaid (Agencia Internacional para el Desarrollo) y la Nacional Endowment for Democracy (NED). Otros lazos de UnoAmérica conducen a la Heritage Foundation, redactora de los cuatro sucesivos documentos de Santa Fe, que apuntan a la subordinación del continente a los planes imperiales. Y por otro lado a la Fundación para el Análisis Económico y Social (FAES), que dirige José María Aznar, y con eso está todo dicho.

Mientras la investigación sigue por todas las vías, y en el Congreso se formó una Comisión multipartidaria a esos efectos, el presidente Evo Morales llamó a un pacto nacional antiterrorista para preservar la unidad del país, convocando a todas las instituciones del Estado y a las organizaciones políticas y sociales a «aportar mediante una reunión de alto nivel y debatir de manera conjunta para garantizar la integridad y unidad de Bolivia».

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje