Ambición. El francés quiere concretar la venta de aviones

Sarkozy se reencuentra con Lula en Brasil

Nicolas Sarkozy era aguardado ayer por la noche en Brasil para una corta visita de Estado durante la que espera finalmente cerrar -aunque aún no pueda anunciar- la primera y esperada victoria en las ventas del avión francés de combate Rafale fuera de Francia.

Invitado de honor para las fiestas por la Independencia brasileña, el presidente francés tenía previsto aterrizar ayer en Brasilia hacia las 19.30 (hora local), sin su esposa Carla, para compartir una cena reservada con su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva en su residencia oficial.

Considerado como el momento más importante en substancia en todo el día, este primer encuentro permitirá a los dos mandatarios, que ya se encontraron cara a cara tres veces este año, discutir lo esencial de la agenda: la licitación brasileña para comprar 36 aviones caza de última generación franceses.

Pocas semanas antes del anuncio del veredicto sobre esa compra, el Rafale, de la francesa Dassault, aparece como favorito por delante del sueco Gripen, fabricado por Saab, y el estadounidense F/A-18, de la gigante Boeing. Para convencer al gigante sudamericano, que desea desarrollar su propia industria de defensa, Francia aceptó un acuerdo de transferencia de tecnología considerado sin precedentes y cuenta con la relación privilegiada entre los dos jefes de estado para vencer la apuesta.

«Entre Brasil y Francia no existe una relación de abastecedor a cliente, sino entre asociados», dijo Sarkozy en una entrevista ayer al diario O Globo. «Y queremos actuar en conjunto porque compartimos los mismos valores y una misma visión de las grandes metas internacionales», añadió el mandatario.

A su vez el presidente Lula se mostró sensible a esos argumentos al dejar ver su preferencia por el Rafale. «Francia se mostró como el país más flexible para la transferencia de tecnología», dijo el miércoles en una entrevista a la AFP. «Evidentemente, es una ventaja comparativa excepcional», opinó.

A pesar de estos indicios, la delegación francesa, con la experiencia de fracasos anteriores en las tentativas de exportar el Rafale, prefiere no anticipar un eventual anuncio durante esta visita. El calendario fijado por Brasil indica que el anuncio sería realizado en octubre.

Pero aún sin anuncios sobre el Rafale, Sarkozy formalizará los contratos cerrados en diciembre, en su anterior viaje a Brasil, para vender cuatro submarinos de ataque Scorpène, 50 helicópteros de transporte militar, y la fabricación del casco de un submarino nuclear.

Estos contratos, según la prensa brasileña, son estimados en 8.500 millones de euros. De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, «Brasil firmará con Francia su mayor contrato militar» y añade que «probablemente» el gobierno brasileño le agregará en breve el contrato por los aviones caza.

Sarkozy espera igualmente conseguir un impulso a empresas francesas que disputan otros enormes contratos en el mercado brasileño, como la construcción o la operación de la línea de tren rápido entre Rio de Janeiro y Sao Paulo.

El presidente francés estará acompañado en Brasilia por altos dirigentes de grandes empresas (EADS, Safran, Alstom, GDF Suez, Dassault) que lanzarán en la próxima semana con sus pares brasileños un «grupo de alto nivel», que tendrá la tarea de «preparar la próxima etapa de la asociación», informó la presidencia francesa.

En la mañana del lunes, Sarkozy planea presenciar el tradicional desfile por la fiesta nacional antes de una nueva reunión con Lula y una conferencia de prensa.

Luego de una visita al cantero de obras para el tranvía en Brasilia (responsabilidad de Alstom) y un breve encuentro con la comunidad francesa, Sarkozy tiene previsto regresar a París.

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