OPINION INTERNACIONAL

SAMIR AMIN OPINA SOBRE EGIPTO

Interesa conocer la opinión sobre el tema de Samir Amin, uno de los más prestigiosos intelectuales egipcios, con proyección internacional. Lo conocimos en el encuentro de Actuel Marx efectuado a fines de setiembre de 1995 en París. Le correspondió inaugurar en La Sorbonne este fecundo intercambio de opiniones sobre la vigencia del marxismo, que después se trasladó a la Universidad de Nanterre, cuyo nombre evoca los acontecimientos de mayo del 68. «El desafío de la mundialización» fue el título de su ponencia, que publicamos aquí junto a exposiciones de Lucien Sève y José Luis Massera y fragmentos de los Grundrisse de Marx. Era entonces titular del Foro del Tercer Mundo de Dakar y ahora se desempeña como catedrático en la Universidad de París y del Centro de Investigaciones Africanas y Arabes de El Cairo.

Define la intensa confrontación que vive su país en los siguientes términos: «Egipto es la piedra angular del plan norteamericano para controlar el planeta. Washington no va a tolerar ningún intento de Egipto de poner fin a su total sumisión a los intereses imperiales, algo que también necesita Israel para proseguir colonizando lo que resta de Palestina. Este es el objetivo excluyente de Washington en su ‘involucramiento’ para impulsar una ‘transición suave’ en Egipto. En vista de esta situación, EEUU podría considerar que Mubarak debería renunciar. El recién designado vicepresidente Omar Suleiman, jefe de la inteligencia militar, quedaría a cargo. Pero el ejército fue muy cuidadoso en no quedar pegado a la represión, preservando su imagen ante la sociedad. Ni el ejército ni las agencias de inteligencia están dispuestos a abandonar la posición dominante que han disfrutado en el manejo de la sociedad. El plan de Estados Unidos para Egipto es similar al modelo paquistaní: una combinación de ‘islam político’ más inteligencia militar». En relación al gran movimiento que echó a andar para cambiar el régimen, se expresa así: «El movimiento actual tiene como sus componentes fundamentales a la juventud urbana, con estudios y diplomas pro sin trabajo, apoyada por segmentos de las clases medias educadas, demócratas. El nuevo régimen podría hacer tal vez algunas concesiones ­por ejemplo, garantizar su reclutamiento para servir en los aparatos estatales­ pero difícilmente algo más que eso». En conclusión sostiene que la situación podría cambiar si la clase obrera y los movimientos campesinos entran en escena.

En el curso de su análisis hace alusión a Mohamed El Baradei, que considera un demócrata que aspira a elecciones genuinas y el respeto a la ley, en particular al cese de los arrestos y las torturas (entre paréntesis, corresponsales de agencias norteamericanas que han sido encarcelados, entre otros, testimonian que persisten los malos tratos y torturas en los centros de detención). Dice también que, en caso de producirse elecciones, la Hermandad Musulmana pasaría a ser presumiblemente la mayor fuerza parlamentaria, pero relativiza el papel que podría desempeñar en un cambio de fondo en Egipto.

Una encuesta del Pew Global Attitudes Survey de 2010/11 establece que sólo el 17% de los egipcios tiene una actitud favorable a EEUU, contra el 82% con opinión desfavorable. La indignación contra Mubarak se genera también porque ha acumulado una fortuna de 70 mil millones de dólares, mientras 35 de los 80 millones de egipcios viven con menos de dos dólares diarios. El propio ejército (del cual ha salido Mubarak) es una poderosa fuerza económica, que dirige no sólo la industria militar sino también industrias civiles, lo que asegura sustanciosos ingresos a los oficiales superiores, que no quieren perder. Todo esto está en danza, mientras la lucha continúa.

También en los países vecinos. En Túnez, donde se inició la conmoción, con la participación de sindicatos de la UGTT. También en Jordania (donde el rey cambió el gabinete) y en Yemen. En Argelia se suceden movilizaciones en varias ciudades por mejoras en las condiciones de vida (la suba de los precios de los alimentos ha sido un gran factor de las protestas en la región). En Argelia se movilizan sectores de la salud, la educación y la banca, y se prepara una manifestación para el 12 de febrero a iniciativa de la Coordinadora para el Cambio Democrático.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje