Estancamiento. Ambas partes se afirman en sus razones, en un contexto delicado

Sigue tensión Argentina-EEUU  por carga no declarada en avión

«¿Se imagina la situación de Argentina llevando lo mismo hacia Estados Unidos? Primero estarían en Guantánamo, con un overol anaranjado en situación que no se las quiero ni explicar», dijo ayer el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sobre el decomiso de armas y medicamentos en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense que llegó a Argentina el jueves pasado.

El jefe de ministros defendió el procedimiento luego de que su gobierno presentara el lunes una protesta formal por el material incautado, al señalar que «Argentina es un país soberano, que tiene leyes que se tienen que respetar».

Fernández reafirmó que el decomiso se produjo porque «surgieron diferencias» entre la lista entregada previamente por la Embajada de Estados Unidos y el material que llegó el jueves a bordo del avión carguero C17.

En la aeronave había «distintos tipos de armas no declaradas, drogas, entre las que había dosis de morfina, material para interceptar comunicaciones, que es algo muy grave, GPS sofisticados, elementos tecnológicos cifrados y medicinas vencidas», detalló el funcionario a una radio.

No obstante, el juez a cargo de la causa, Ezequiel Berón de Astrada, dijo que hasta la mañana del martes no había recibido la información sobre el material decomisado por parte de la Aduana argentina.

«Estamos pidiendo el informe detallado de todo lo que se realizó, del material incautado», señaló el magistrado.

La mandataria Kirchner aludió al conflicto por primera vez ayer, aunque en forma indirecta, al asegurar que «las decisiones las toma el presidente desde la Casa Rosada y no se las impone nadie desde otro lugar».

El cargamento fue decomisado en un carguero C17 militar que llegó el jueves al aeropuerto de Ezeiza y que además trasladaba expertos para un curso de seguridad sobre rescate de rehenes, el cual fue suspendido tras el incidente.

El subsecretario adjunto estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, consideró el lunes «absolutamente necesario que se devuelvan de inmediato los materiales incautados».

«Que haya habido problemas en los papeles del avión puede ser, pero esas discrepancias las vamos a esclarecer porque no hubo ninguna voluntad de importar ilegalmente cosas indebidas en Argentina», dijo de su lado el martes Matthew Rooney, quien dirige el área de Política Económica Regional en el Departamento de Estado.

El episodio enfrió las relaciones sin grandes conflictos entre los gobiernos de Barack Obama y Cristina Kirchner, pese a que Argentina orienta hacia América Latina su prioridad en política exterior y mantiene sólidos lazos con Venezuela, Ecuador y Bolivia, muy críticos de Estados Unidos.

No obstante, la Casa Blanca no incluyó a Argentina en una gira latinoamericana de Obama prevista para marzo, que incluye El Salvador, Chile y Brasil.

Argentina y Brasil, socios principales del Mercosur, son las dos mayores economías sudamericanas. Kirchner mantuvo recientemente una actitud cautelosa frente a los cables secretos de la diplomacia estadounidense revelados por WikiLeaks en los que se pide información sobre la salud mental de la mandataria argentina.

Argentina y Estados Unidos tienen visiones similares en temas como el terrorismo, debido a que el país sudamericano fue escenario de dos atentados antijudíos, en 1992 y 1994, que dejaron un total de un centenar de muertos.

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