OPINION INTERNACIONAL

WIKILEAKS, GUANTANAMO, LIBIA

Los documentos secretos del Pentágono fueron divulgados simultáneamente por varios medios estadounidenses y europeos, como The New York Times, The Washington Post, The Guardian, The Daily Telegraph, El País de Madrid, Le Monde de París, Der Spiegel de Alemania y La Reppublica de Roma. Los casos de 758 de los 779 prisioneros que desfilaron por la base son descritos con todo detalle en memorandos que la Fuerza de Tarea Conjunta en la bahía de Guantánamo envió al Comando Sur de EEUU con base en Miami, Florida. Un caso típico es el de Abu Zubaydah, secuestrado en Pakistán en marzo de 2002, que pasó cuatro años y medio en prisiones secretas de la CIA, incluso en Tailandia y Polonia, y fue sometido en 83 ocasiones a la tortura del «waterboarding». Se trata del submarino, que los uruguayos conocemos de sobra. Los informes revelan además que cientos de los detenidos eran afganos o pakistaníes inocentes, incluidos choferes, agricultores o cocineros, apresados en operaciones frenéticas de inteligencia en zonas de guerra, o un pastor afgano llamado Sharbat, capturado cerca de un camino donde explotó una bomba, y sin la menor relación con los enfrentamientos. No obstante, todos ellos estuvieron durante años, que para muchos llegaron hasta nueve, sometidos a torturas.

Uno de los diarios que publica los documentos establece el siguiente resumen: «En Guantánamo, Estados Unidos creó un sistema policial y penal sin garantías en el que sólo importaban dos cuestiones: cuánta información se obtendría de los presos, aunque fueran inocentes, y si podrían ser peligrosos en el futuro. Guantánamo funciona como una gran comisaría de policía sin límite de estancia y en la que la duración del castigo no es proporcional al supuesto hecho cometido. Ancianos con demencia senil, adolescentes, enfermos psiquiátricos graves y maestros de escuela o granjeros sin ningún vínculo con la yihad fueron conducidos al presidio» y mezclados con los presuntos participantes del 11 de setiembre. Se cita la declaración del director de la CIA ante el Senado, en febrero, en el sentido de que si Osama bin Laden fuera capturado, acabaría probablemente en Guantánamo.

Se le ha criticado también a Obama el hecho de que permita las inadmisibles condiciones en que se mantiene encarcelado al soldado Bradley Manning, supuesto informante de Wikileaks.

Decíamos que las actuales revelaciones se vinculan con la guerra en Libia y muestran que uno de los principales asesores militares de los opositores libios guarda estrecha relación con Al Qaeda. Se recordará que esto ya lo habían señalado el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto yanki, y el propio Kadafi. Ambos tienen por qué saberlo. El hecho es que el ciudadano Abu Sufian bin Qumu estuvo dedicado durante dos décadas a actividades extremistas y luego pasó a entrenarse en dos campos de Al Qaeda. Participó en la lucha de los talibanes contra la Unión Soviética en Afganistán y luego acompañó a bin Laden en su periplo por Sudán. Todo esto lo dijo la Radio Pública estadounidense, agregando que estuvo detenido durante 6 años en Guantánamo, antes de que EEUU lo entregara a las autoridades de Libia en 2007, a pedido del propio Kadafi. El verano pasado fue dejado en libertad y apareció ahora asesorando a los rebeldes libios en sus operaciones militares.

Por esta vía hemos desembocado en el frente de guerra libio. Después de ceder el comando militar a la OTAN, EEUU había declarado que no iba a participar directamente en las operaciones, pero el Pentágono anunció el sábado pasado los primeros ataques de sus aviones no tripulados (drones) en Libia. Es lo que ha venido reclamando en tono belicoso el senador McCain, de visita en el cuartel general rebelde de Bengasi. Simultáneamente, aviones no tripulados norteamericanos, operados por la CIA desde una base cercana, lanzaron 5 misiles sobre Pakistán, en la región montañosa de Waziristán del Norte, en la frontera con Afganistán, provocando 21 víctimas mortales, que se suman a las 39 víctimas de un reciente ataque de similares características, lo que ha desatado manifestaciones de protesta en todo el país y bloqueos de carreteras para impedir el paso de suministros de la OTAN hacia Afganistán.

En Libia, la propia OTAN se ha lanzado de lleno a la caza de Kadafi. En la madrugada del lunes 25 su despacho, en la amplia residencia en Trípoli, fue totalmente destruido por un ataque aéreo de la OTAN, lo que se describió como un intento de asesinato. Los senadores estadounidenses John McCain, Joe Lieberman y el republicano Lindsey Graham reclamaron que la OTAN efectúe un ataque concentrado contra los cuarteles militares y los complejos del líder libio para matarlo y ultimar a los integrantes de su círculo más estrecho. Sin más vueltas.

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