400 especies de animales practican el homosexualismo

Roma, ANSA

Más de 400 especies animales, desde al bisonte al canguro, de la oveja a la jirafa, practican la homosexualidad, según la revolucionaria teoría del inglés Bruce Bagemihl, autor del libro «Biological Exuberance».

Según el investigador, es el instinto y no sólo extrañas descompensaciones hormonales o la acción de agentes químicos lo que influye en la elección sexual de estas especies.

Para Bagemihl, la homosexualidad en el mundo animal no es un accidente en el recorrido de la evolución biológica, sino una rutina consolidada.

Los casos en apoyo de la tesis del investigador son muchos.

Los machos de las jirafas, por ejemplo, parecen gozar enormemente de sus caricias recíprocas con el cuello, y tienen también relaciones sexuales propiamente dichas que concluyen con el alcance del placer.

Entre las ovejas la homosexualidad está tan difundida que a menudo las hembras llegan a rechazar los avances de los machos, prefiriendo en cambio ejemplares de su mismo sexo.

Lo que es «anormal», para el biólogo inglés, es en realidad la manera en que la comunidad científica montó una suerte de «conspiración del silencio» sobre la homosexualidad animal.

«La teoría es innovadora», explica por su parte el experto de la WWF italiana Francesco Petretti.

«Bagemihl –agrega Petretti– sostiene que, en la naturaleza, no existe sólo el imperativo de responder a los requerimientos del ambiente mediante una continua prueba y error, sino que hay también una evolución que se da fuera de los esquemas».

En sustancia, la vida biológica no sería regulada sólo por el sistema rigurosamente mecanicista y necesario de la selección natural.

«La selección natural –señala Petretti– se considera como una suerte de árbitro que somete las determinaciones del organismo a un escrutinio. Según el biólogo inglés, en cambio, son verdaderas elecciones que se convierten en una expresión de vitalidad de los organismos».

Esta característica, hasta ahora, se creía perteneciente sólo a los seres humanos.

En todo caso, instinto aparte, también influye a menudo en la sexualidad de los animales la acción de agentes contaminantes ambientales.

En los últimos 20 años fue lanzada la alarma sobre la acción devastadora del lanzamiento incontrolado de agentes químicos.

Para algunos científicos, por ejemplo, las sustancias químicas están en la base del comportamiento homosexual de las gaviotas hembra en la región de los Grandes Lagos, en América del Norte.

Los ambientalistas también apuntan contra los contaminantes en el caso de las truchas hermafroditas de los ríos ingleses. En la base de esas supuestas «bromas de la naturaleza» habría, en realidad, sustancias con efectos femenizantes o masculinizantes procedentes, sobre todo, del campo agroalimentario.

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