Por la Defensa de los Derechos Humanos

Proclaman a Garzón para Nobel de la Paz

La presentación oficial de su candidatura fue realizada por miembros del Comité de Honor de la misma, que inician así la campaña para su postulación, la recogida pública de adhesiones (a sumar a las ya numerosas obtenidas apenas se anunció el acto de hoy) y las labores para conseguir el otorgamiento de este galardón de resonancias mundiales a este joven magistrado español (47 años) como «reconocimiento a su defensa incansable de los Derechos Humanos, a su lucha tenaz contra la impunidad y al trabajo realizado por la creación de la Corte Penal Internacional», según señala la Fundamentación de su candidatura.

En un día significativo

Por una feliz coincidencia, la presentación oficial de esta candidatura se realizó el mismo día en que se anunció que 60 Estados (o más) han ratificado ya el Estatuto que dio lugar a la creación de la Corte Penal Internacional, con lo que ésta entra en vigor.

Feliz coincidencia porque Garzón fue un incansable luchador por el establecimiento de este Tribunal –lo que le llevó hasta la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que pronunció un discurso en apoyo de esa iniciativa que cosechó 10 minutos de aplausos–, como se recordó en el acto.

El Ayuntamiento del pueblo natal de Garzón (Torres, en la andaluza provincia de Jaén), la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica (que él presidió en el año de su fundación) y la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos son las tres impulsoras de esta candidatura.

El Comité de Honor de la misma está integrado por cinco personalidades españolas: el ex director de la Unesco y presidente de la Fundación «Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, el teólogo y orientador de los Círculos de Base Cristianos, Enrique Miret Magdalena, el alcalde de Torres, Manuel Molina Lozano, el escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán, y el popular periodista radial Luis del Olmo. Los tres primeros presidieron la Mesa del acto.

Como demostración de las múltiples actividades y el compromiso social de Baltazar Garzón, él mismo no pudo estar presente en el acto porque se encontraba en el Palacio Real en una audiencia de la reina doña Sofía a los miembros de la Fundación «Comité Drogas-No» (que la soberana preside y Garzón y el periodista del Olmo integran).

Una ausencia y un saludo

Tampoco pudo asistir el escritor argentino Ernesto Sábato, otro distinguido luchador por los Derechos Humanos y «contra la impunidad» (el «maestro Sábato», en palabras de Garzón), a quien le dedicó un caluroso y afectuoso saludo el juez candidato al Nobel en el mensaje que envió al acto, al comprobar que no podría llegar a él en hora.

En ese mensaje, Garzón se congratula de «la mayor iniciativa del siglo XX: la Corte Penal Internacional». Su establecimiento –subrayó– es «el éxito de la razón y el derecho, la justicia para las víctimas –las grandes olvidadas– y una iniciativa de paz». «La paz –agregó– que es una idea, un sentimiento por el que todos debemos luchar».

«Nunca se puede poner en el mismo plano el terrorismo de Estado y el de quienes lo utilizan para atacar a la Humanidad –expresó en el mensaje– porque los atentados terroristas son crímenes de lesa Humanidad. Pero también lo son las acciones de Ariel Sharon contra el pueblo palestino y ningún atentado terrorista autoriza una acción ilegal de un gobierno».

Citando a Bertold Brecht, el mensaje de Garzón afirma que «la última palabra no está dicha» y señala que «los pueblos somos más que una bolsa de votos electorales y todos juntos podemos conseguir un mundo más justo, menos globalizado, más digno, más solidario y en paz».

Un video sobre la trayectoria de Baltazar Garzón fue proyectado tras unas actuaciones musicales. Estas «músicas de los pueblos» incluyeron un breve concierto de «campanas tibetanas» (por el músico español Enrique Cardal Arana), el baile de una milonga y un tango por la pareja Ricardo Cámara (chileno) y Susana Abrantes (española) y dos «cantes» flamencos por el cantaor Carlos Cruz. (Garzón es un gran amante y entendido del tango y del flamenco). Como presentador y moderador intervino el actor de cine y teatro José Sacristán.

Al iniciarse los breves discursos de los integrantes de la mesa, el alcalde Manuel Molina Lozano invitó a un niño de Torres (integrante de una delegación de escolares del pueblo) a leer una redacción sobre «Garzón y la tolerancia», «La tolerancia –dijo luego en intervención el alcalde– es el orgullo del pueblo de Torres. Nosotros fuimos emigrantes a Europa y hoy el pueblo lo repoblamos con inmigrantes del Magreb y de Latinoamérica. Los acogemos porque sabemos lo que es estar lejos del hogar y los tuyos y por eso aprendimos a ser tolerantes».

Una semilla y un anhelo

En su exposición, Federico Mayor Zaragoza tuvo a la paz como eje de sus palabras. La definió como «un comportamiento, una forma de vivir y aplicar la tolerancia». Subrayó que Garzón «fomentó la paz a través del derecho» y que tuvo «la imaginación y el coraje de plantar una semilla, la de la acción contra la impunidad». «Esta semilla ya dio un fruto: el tribunal por el que él luchó y que, al posibilitar la desaparición de la impunidad, es una acción significativa por la paz».

Por su parte, Enrique Miret Magdalena recordó la «labor y la brega» de Garzón contra el narcotráfico y la droga, la impunidad y el terrorismo («el del Estado y el otro») en España y por los Derechos Humanos y contra la impunidad en el Cono Sur. «Fue y es Garzón –dijo– un denodado combatiente por la paz, sin caer en la retórica y fáciles frases rimbombantes». Citando a los clásicos del Siglo de Oro, expresó que cumplió la «lección magistral de Santo Tomás»: «la paz se logra con la convivencia, el orden exterior y la tranquilidad interior de cada uno». Y esa paz es «el anhelo de todos nosotros, el que también sé que es el de Garzón, porque lucha por ella», finalizó diciendo. *

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