El Ejército rindió homenaje al "soldado oriental"

Ayer se conmemoró «por primera vez y en forma perpetua» el «Día del soldado oriental», como anunciara el comandante en jefe del Ejército, teniente general Carlos Daners, en su polémico discurso del pasado 18 de mayo.

La ceremonia comenzó puntualmente a la hora 9 de la fría mañana de ayer frente al Panteón del Ejército, en el Cementerio del Norte. El acto fue breve –apenas duró once minutos– y consistió en la lectura de una orden del Comando del Ejército, la colocación de una ofrenda floral y un toque de silencio. Entre otros, asistieron el ministro de Defensa, Yamandú Fau, el subsecretario de la cartera, Elías Bluth, los comandantes en jefe de las tres armas, así como decenas de oficiales del Ejército en actividad y en retiro. Entre la nutrida concurrencia se destacó la figura del ex presidente de facto teniente general Gregorio «Goyo» Alvarez. A diferencia de otras celebraciones castrenses, Alvarez eligió el protagonismo.

El ex comandante en jefe se ubicó en el centro de la escena, se mostró animado, saludó con gesto decidido y conversó con varios militares. Poco antes del inicio de la ceremonia, el jefe del Ejército teniente general Carlos Daners caminó a su encuentro y estrechó su mano. La escena duró apenas unos segundos, pero fue muy elocuente. El gesto de Daners fue acompañado por unas pocas palabras, que Alvarez pareció agradecer con una leve inclinación de su cabeza hacia adelante.

En la orden del Comando Nº10.145, leída por un ayudante, el comandante en jefe del Ejército rindió homenaje a todos los integrantes del arma caídos en cualquier época de la historia y circunstancia en cumplimiento del deber, destacando el compromiso de «este noble Ejército» con los «valores que hacen a la esencia misma de la nación».

«Vencer o morir debe ser nuestra cifra, dijo el general José Gervasio Artigas, al lanzar la proclama de Mercedes, y días después el 24 de mayo de 1811, fallece el capitán Manuel Antonio Artigas, a consecuencia de las heridas sufridas en el combate de San José; reflejando en ese acto sublime de ofrendar su vida por la causa de la libertad, el espíritu que anima a todo soldado», afirmó Daners.

Destacó que el ejército artiguista marcó «inexorablemente la senda a seguir por todas las generaciones de soldados» y afirmó que «desde las contiendas por la independencia hasta nuestros días, jamás renunciaron a sus principios e ideales, sacrificando la única riqueza que poseían, sus vidas, en cumplimiento del mandato soberano de mantener nuestra tierra libre». *