Lacalle "estuvo en la decisión" de venta del Pan de Azúcar

En el acto de presentación, García Pintos dijo que una de las principales motivaciones que lo llevó a escribir el libro fue que «del gobierno de Lacalle nadie leyó nada y si a las nuevas generaciones no se les informa, y sólo tienen una visión de las cosas, la polución que intentó perjudicar a esa administración quedará en el aire».

El secretario de la Presidencia de la administración de Luis A. Lacalle, Pablo García Pintos, presentó ayer en sociedad su libro: «Faltan 60 meses». El evento contó con la presencia del ex presidente de la República, de varios integrantes de aquel gabinete y de legisladores nacionalistas, además del diputado forista Washington Abdala, y del ex senador de la Lista 15 y ex ministro de Economía, Alejandro Aatchugarry.

En la presentación, también hicieron uso de la palabra el ex ministro de Educación y Cultura, Antonio Mercader, y el columnista del Semanario Búsqueda Daniel Gianelli. Durante la presentación, García Pintos advirtió que «quizás haya personas que no compartan algunas cosas de las que están escritas en el libro», pero señaló que el texto «fue escrito con total tranquilidad de espíritu y sin tomar en cuenta las rabietas que uno tuvo que soportar en aquella época».

García Pintos dijo que la falta de literatura, del género, sobre esa administración lo motivó a escribir, ya que a su juicio «no es bueno que a las nuevas generaciones no se les informe sobre lo que sucedió y que sólo se refleje una visión de las cosas (la de la oposición)». En tal sentido, el secretario de la Presidencia de Lacalle dijo que «no existe ningún investigador que haya dado sustrato a ese rumor que premeditadamente se ubicó en la sociedad para perjudicar, en especial a una persona», en alusión a Lacalle.

 

La relación con Vázquez

En el libro de García Pintos hay un capítulo en el que se destaca «la relación (de Lacalle) con Tabaré Vázquez». Esa parte del libro, tres carillas, sostiene que ya desde la época en que Vázquez es elegido intendente de Montevideo, Lacalle «ya lo consideraba como el rival político de futuro». El libro detalla, además, que «de 1992 en adelante Lacalle y Vázquez continuaron reuniéndose, en reserva (a veces en la casa de Germán Arias) para tratar temas de diversa índole, inclusive militares, consolidándose una relación cordial en el futuro».

 

El peor año

El secretario de la Presidencia de Lacalle señaló en su libro que «el segundo año de gobierno (1991) fue el más duro del quinquenio», incluso peor que 1992 en donde el resultado adverso en el referéndum de las empresas públicas llevó a esa administración al peor nivel de su popularidad.

Para García Pintos, «los reveses graves en las expectativas creadas al comienzo del gobierno dan mérito a recordar, el 1991, como el peor año del gobierno» de Lacalle.

 

Venta del Pan de Azúcar

En otro pasaje, el libro se refiere a la venta del ex Banco Comercial. Al respecto, en la página 83, García Pintos sostiene que esta operación «la resuelve en sustancia el Presidente, con el consejo del ministro Braga y del Banco Central (de Uturbey, su vicepresidente, fue el que actuó por ese Banco). Por otro lado, destaca que «en la venta del Banco Pan de Azúcar no intervino el Ministerio de Economía y Finanzas, sí el Banco Central, pero también, en sustancia, el Presidente (Lacalle) estuvo en la decisión» de llevar adelante la operación. Pero en la página 56, en una llamada al pie de página, García Pintos escribe textualmente: «Mi conocimiento sobre la operación de venta del Banco Comercial se limitó al estudio de los antecedentes que se manifestaron en los debates parlamentarios y de lo que surgía de las actas de los entes involucrados. No tuve oportunidad de conocer, siquiera socialmente, a los hermanos Röhm, principales actores adquirentes. Cuando la operativa de venta del Banco Pan de Azúcar no tuve información, siquiera adjetiva, de la misma, pues, formalmente, Presidencia de la República era ajena a la cuestión. Tampoco llegué a tratar personalmente a quien figuraba como principal portavoz adquirente, Sr. Benhamou». *