Testigo "clave" declara esta semana contra Bordaberry

Fue secuestrado en Argentina, traído ilegalmente a Uruguay, torturado, vuelto a llevar a Buenos Aires y nuevamente trasladado a Montevideo. Estuvo cinco meses desaparecido en la casona de Punta Gorda y otros seis meses en el «300 Carlos» detrás del Batallón 13. Fue condenado a siete años de prisión. Su testimonio evidencia la coordinación represiva en el gobierno del dictador.

Un testigo considerado «clave» para la jueza Graciela Gatti, a cargo de la causa por «atentado a la Constitución» y crímenes de lesa humanidad contra Juan María Bordaberry, será presentado esta semana para evidenciar la existencia de una coordinación represiva regional durante el mandato del dictador.

Los abogados denunciantes, Hebe Martínez Burlé y Walter De León, aportaron el nuevo testimonio que confirma que entre 1973 y 1976, durante los tres años de gobierno de Bordaberry, se constató el secuestro de uruguayos en Argentina y su traslado a Montevideo, con conocimiento del gobierno de facto.

El nuevo testigo, cuya identidad se mantiene bajo reserva, protagonizó uno de los casos más esclarecedores sobre el nivel de coordinación represiva entre el régimen dictatorial de Bordaberry y el gobierno institucional de María Estela Martínez de Perón, en el que ya operaban grupos paramilitares.

La existencia del nuevo testimonio fue adelantada ayer por la periodista Georgina Mayo en el informativo de Canal 5, y confirmada a LA REPUBLICA por fuentes allegadas a los denunciantes, quienes consideran que el testigo constituye una prueba viva de la represión de la dictadura de Bordaberry.

 

Triple traslado

El testigo fue víctima un triple traslado entre Argentina y Uruguay en menos de 48 horas por parte de la denominada «patota de la OCOA» cuyos operativos en Buenos Aires ya encabezaba el coronel José Nino Gavazzo, quien se encuentra procesado con prisión por otra causa de desaparición forzada.

En diciembre de 1975, la víctima, que se encontraba exiliada en Buenos Aires, fue secuestrado de su domicilio, para ser traído a Montevideo, torturado en un centro de represión, vuelto a llevar a Argentina, y trasladado por segunda vez a Uruguay, en una operación coordinada con policías y militares argentinos.

El testigo, víctima de la dictadura de Bordaberry, permaneció en calidad de «desaparecido» por cinco meses en una casona de Punta Gorda, luego sufrió otros seis meses en el «300 Carlos» del Servicio de Material y Armamento, y finalmente terminó condenado a siete años de prisión. Fue liberado en 1983.

Con el nuevo testimonio quedaría demostrado que luego del golpe de Estado de 1973, y durante la presidencia de Juan María Bordaberry, la dictadura coordinaba acciones con agencias de inteligencia y grupos paramilitares de otros países de la región que derivaron en crímenes de lesa humanidad. *

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