Un año y tres días después…

Era el resultado de una investigación periodística conjunta con el abogado Oscar López Goldaracena y familiares de las víctimas, que llevaría a abrir una causa judicial en mayo de 2007, por la cual ocho meses después se decidió el procesamiento del ex dictador Goyo Alvarez y dos oficiales de marina por crímenes de desaparición forzada.

 

El 8 de agosto de 2005, cuando el comandante en jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya, brigadier general Enrique Bonelli, reconoció que había existido el «segundo vuelo de Orletti» por el que 22 uruguayos secuestrados en Buenos Aires en 1976 en realidad habían sido trasladados ilegalmente a Montevideo y ejecutados masivamente, no sólo confirmaba una investigación que LA REPUBLICA había realizado tres años antes, sino que abría la puerta a nuevas indagaciones.

Desde entonces, LA REPUBLICA comenzó una nueva investigación periodística para intentar confirmar la hipótesis de nuevos traslados masivos.

La investigación fue realizada en forma conjunta con el abogado Oscar López Goldaracena, quien comenzó a conectar a los familiares de los desaparecidos y ordenar los valiosos testimonios que cada una de las familias de las víctimas había acumulado a lo largo de años de búsqueda, con los que se ampliaba la información recopilada por la organización de Madres y Familiares de Desaparecidos en el libro «A todos ellos» que, a partir de la confirmación del «segundo vuelo» de Orletti, obligaba a una relectura de toda la información publicada.

El 16 de mayo de 2007 LA REPUBLICA publicó el trabajo de investigación que se había venido realizando con el abogado López Goldaracena. «Los trajeron por tierra, aire y mar», denunciaba el artículo en el que se resumía la denuncia judicial que ese mismo día se presentaba ante la Justicia penal en representación de media docena de familiares de las víctimas.

El Poder Judicial comenzaba a instruir la causa, que recayó en el Juzgado penal de 19º Turno, a cargo del juez Luis Charles y la fiscal Mirtha Guianze (quienes también tenían a su cargo la causa del «segundo vuelo» de Orletti).

Una serie de nuevos elementos comenzó a llegar a manos de familiares de las víctimas, que con el patrocinio de López Goldaracena agregaban al expediente múltiples testimonios y documentos que se iban desclasificando en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia del Ministerio del Interior y en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Todo comprobaba los traslados.

El 28 de mayo LA REPUBLICA publicó documentación inédita acerca de los entretelones de una interna militar que marcó aquellos años de la dictadura. El artículo «El día que el Goyo mutiló a Amaury Prantl» narraba cómo el comandante en jefe del Ejército, Gregorio Alvarez, tuvo un enfrentamiento con el director del Servicio de Información y Defensa (SID), general Amaury Prantl, y su mano derecha, el teniente coronel José Nino Gavazzo, que terminó con el pase a retiro de ambos. El Goyo Alvarez logró entonces la descompartimentación de toda la información sobre operaciones antisubversivas, por lo que no podía negar que tenía conocimiento de lo que ocurría en 1978.