Tómelo o déjelo. Biografía no autorizada de un intendente "que está para más"

Marcos Carámbula, el tercer hombre del Frente Amplio

Marcos Carámbula, intendente de Canelones, comenzó a estar presente en las conversaciones cuando se comenzó a hablar de candidaturas de la izquierda para las próximas elecciones.

El Pepe Mujica, un reciente conocido para el jefe comunal canario, ha lanzado opiniones y trascendidos a su favor, donde no descarta que sea el compañero de fórmula de Danilo Astori, si es que el mismo Mujica no ocupa ese lugar.

Gobierna un departamento en el que siempre se dijo que hay que ganar, para quedarse con el gobierno nacional. «El que gana Canelones, gana el país», se dijo y se ha dicho hasta hoy en el boliche más despolitizado, donde los parroquianos toman vino de cuarta y no intercambian opiniones ni sobre el resultado de la quiniela. Es que sólo con mirarse alcanza para trasmitir ideas o por los menos soledades.

 

¿Quién es Carámbula?

Dicen que tiene 60 años de edad, que viene desde el Partido Colorado, que tuvo una formación religiosa ­ su familia era de las pocas que iban a la Iglesia de Costa Azul­ y que en la década del 60 se integró al Partido Socialista, para pasar al Partido Comunista casi en el mismo momento del golpe de Estado. En 1992 se retiró del Partido Comunista de Uruguay, buscó el reagrupamiento de los ex comunistas, fue candidato de Confa y de la Alianza Progresista, hasta que quedó independiente, aunque siempre con afectos hacia sus compañeros de andanzas militantes. Los socialistas, los comunistas y los aliancistas lo quieren, aunque usted no lo crea.

La medicina y la política siempre estuvieron unidas, aunque no haya supeditado la medicina a la política. Fue dirigente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, integró la dirección del Hospital de Clínicas por el orden estudiantil y fue presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU). Intentó, sin suerte, unir al SMU con la FEMI. Durante la dictadura publicó, junto a otros, la primera revista de izquierda: La Plaza.

Este médico inmunólogo, viene de una «extraña» familia donde el liberalismo batllista del padre y el catolicismo de su madre, supieron conjugarse sin contradicciones. Su padre fue un liberal y, quizás por ello, la masonería uruguaya de hoy lo percibe cariñosamente. Lo mismo le pasa con los cristianos progresistas, que lo recuerdan con afecto por su amistad con «Perico» Pérez Aguirre.

Fue, además, uno de los amigos del general Líber Seregni y de Lilí Lerena, con quien compartió vinos y sueños en Bello Horizonte, La Floresta o Costa Azul, aunque lloviera torrencialmente y los vientos fuera huracanados.

Si tuviera que definir una de las características de Carámbula, de su hermano Gonzalo y del resto de la familia, es que siempre caminaron descalzos sobre el hormigón caliente, casi al borde de los 90 grados, sin sentir nada. Por eso hoy está en las conversaciones, debido a que, como dijo Mujica, «está para más».

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